El precio de la vivienda obstaculiza la incorporación de trabajadores de temporada en Baleares
Los empresarios advierten de las dificultades para completar las plantillas de cara al verano y comienzan a ofrecer alojamiento con las ofertas de trabajo. Los sindicatos alertan del riesgo de que las cargas de trabajo se disparen
En uno de los portales inmobiliarios más populares para la búsqueda de vivienda de alquiler se ofertan alrededor de 1.100 inmuebles en la isla de Mallorca. De ellos, poco más de 300 se ofrecen por un alquiler mensual inferior a los mil euros. En la isla de Ibiza la situación es todavía más grave porque de los 87 apartamentos que se publicitan en este portal, tan solo hay dos que lo hacen por menos de mil euros, y uno de ellos es un estudio de apenas 30 metros cuadrados por el que se piden 800 euros. El precio disparado de la vivienda de alquiler es uno de los factores que este año desincentiva la incorporación de los trabajadores turísticos que tradicionalmente regresan a las islas para la temporada de verano. En Baleares hay alrededor de 85.000 trabajadores fijos discontinuos, un tipo de contrato indefinido para cubrir los empleos que se desarrollan solo en un periodo del año y que es muy habitual en hostelería o agricultura.
La Federación Hotelera de Mallorca lleva semanas alertando de las dificultades para encontrar personal cualificado que permita completar las plantillas y sostienen que uno de los principales problemas es la falta de vivienda asequible, que se arrastra como una losa desde hace años. “En algunas zonas ya hay establecimientos hoteleros que desde hace muchos años tienen disponibilidad para ofrecer alojamiento, pero en muchas no existe esa disponibilidad de vivienda. Algunas soluciones son reducir horarios y servicios en los hoteles, como por ejemplo cerrando algunos de los restaurantes durante algunas horas, pero vamos a ver cómo evoluciona la temporada”, subraya la presidenta de la patronal, María Frontera. El problema de la vivienda es difícil de atajar de forma inmediata en la segunda comunidad donde más subió el precio del alquiler entre 2011 y 2020, según los datos del Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, que constatan un incremento del 43%, pasando de los 8,1 euros por metro cuadrado al inicio de la década a los 11,7 euros al finalizarla.
“Este año es mucho peor que los anteriores. El verano pasado pagué 700 euros por una habitación doble en el centro de Ibiza y este año me están pidiendo 1.000. Un piso de dos habitaciones para la temporada está por unos 2.500 euros”, cuenta Jorge, asturiano que la semana que viene llegará a Ibiza para trabajar, como desde hace cinco años, de chófer en una empresa de vehículos para traslados privados de turistas de alto standing. A una semana de aterrizar en la isla, no ha encontrado alojamiento y por el momento ha alquilado una habitación en un hostal mientras continúa la búsqueda a través de grupos de Telegram y de Facebook. Advierte de que este año muchos arrendadores están pidiendo por adelantado todo el dinero del alquiler de temporada, lo que supone desembolsar “más de 9.000 euros entre alquiler, fianza y agencia”. “O tienes contactos o dinero. Para la gente que llega por primera vez a trabajar es complicado, hay mucho caradura”, dice.
En Ibiza, desde hace algunas temporadas proliferan las ofertas de trabajo con alojamiento incluido, una práctica que ha comenzado a reinstaurarse también para encontrar empleados en determinados núcleos turísticos alejados de las ciudades en Mallorca. Rafael Carrión es jefe de cocina, natural de Toledo y ha trabajado los últimos cinco años en restaurantes de la isla. En mayo comenzará a hacerlo en un hotel de cuatro estrellas de la zona de Alcùdia tras aceptar una oferta en la que también le han incluido un apartamento para vivir hasta que termine la temporada, cuando regresará a Palma o volverá a Toledo. “A nivel económico las ofertas están muy parecidas a como estaban hace tres años, pero antes no te ofrecían alojamiento y ahora, como está más complicada la cosa, lo están ofreciendo”. En las cinco entrevistas que ha hecho para puestos en hoteles de la isla, le han ofrecido la posibilidad de contar con un lugar para vivir.
A pesar de las ofertas con alojamiento, la falta de trabajadores es una constante en el sector de la hotelería y la restauración. El director de recursos humanos de la cadena Garden Hotels, Agustín Echevarría, cree que será complicado completar la plantilla de sus hoteles, que ahora mismo está al 75%, aunque han alquilado varios pisos para poder alojar a algunos trabajadores. “A pesar de que nuestro convenio colectivo es muy competitivo a nivel nacional, la vivienda lastra muchísimo. A eso se suma que en los años de pandemia se ha dado un reajuste de gente que se ha recolocado en otras áreas y ha decidido no volver al turismo”, señala. La falta de trabajadores se da, sobre todo, para cubrir puestos de jefe de cocina, segundo chef y jefe de partida.
Incremento de cargas
Los sindicatos ya alertan de las consecuencias que puede tener la falta de trabajadores en el sector y temen que las cargas de trabajo de quienes se han incorporado con los llamamientos de temporada se incrementen más de lo debido. Para la secretaria de la Federación de Servicios de Comisiones Obreras en Baleares, Silvia Montejano, este es el principal riesgo de la situación que comienza a vislumbrarse para este verano. Cree que los hoteleros “no deberían esperar a que los establecimientos estén llenos” para buscar empleados, porque la lentitud solo empeorará la situación de las plantillas. “Van a exprimir a los trabajadores como si fueran limones o naranjas. Si hay falta de trabajadores es porque los empresarios lo quieren. Si falta vivienda, que pongan un suplemento, un incentivo o que paguen parte del alquiler”, reprocha José García, responsable de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT Baleares, para quien la contratación durante un periodo del año tampoco genera atractivos para el trabajador.
Los agentes de la propiedad inmobiliaria de Baleares reconocen que en las últimas semanas están recibiendo a diario peticiones de trabajadores para alquilar pisos estos meses de temporada. Los alquileres de larga duración y el arrendamiento vacacional rivalizan en el mercado inmobiliario con los alojamientos de temporada y para Natalia Bueno, presidenta de la Agrupación de Agentes, tiene “poco arreglo” porque la mayoría de propietarios se niegan al arrendamiento por meses. “Los que alquilan temporalmente se pasaron al alquiler vacacional hace tiempo, y los que quieren larga duración esquivan el alquiler temporal. Encontrar solución es complicado mientras tengamos el parque de viviendas que tenemos”, subraya. Apuesta por un cambio de mentalidad de los empresarios hoteleros para “volver al chip que tenían en los ochenta″, cuando los trabajadores de temporada estaban alojados por hoteleros y cobraban un salario que les permitía obtener rendimientos e incluso hacerse a la larga con una pequeña propiedad. “Con los sueldos de los inmuebles y los salarios actuales, ahora es imposible”, concluye.
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