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Cursillos a todo tren para instruir nuevos maquinistas de Renfe

Al grupo le acucia una alta tasa de jubilaciones y justifica en la pandemia el incremento de plazas vacantes

24.2.2022. L´Hospitalest de Llobregat. Escuela técnica profesional de conducción y operaciones. Formación y recursos humanos de Renfe. © Foto: Cristóbal Castro
24.2.2022. L´Hospitalest de Llobregat. Escuela técnica profesional de conducción y operaciones. Formación y recursos humanos de Renfe. © Foto: Cristóbal CastroCRISTÓBAL CASTRO
Marc Rovira

Renfe trata de dar un acelerón para mitigar el déficit de maquinistas que arrastra y que, según admite la propia compañía, se ha visto agudizado por los efectos de la pandemia. La dificultad para organizar cursos de formación e instruir a personal nuevo frustró el relevo de los empleados jubilados y, ahora, las vacantes se acumulan. La empresa refiere que en los últimos tiempos se han retirado una media de 500 maquinistas al año, y promueve un plan de choque para formar a 305 alumnos en toda España con el fin de convertirlos en conductores profesionales. Aquellos aspirantes que aprueben el período de selección y puedan pagar los 21.000 euros de matrícula para acceder a alguna de las nueve academias de Renfe “tienen trabajo garantizado en un 99%”, asegura Javier Ruiz Canti, director del centro de formación de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona).

Si se llega a alcanzar la condición de maquinista, el sueldo inicial ronda los 40.000 euros al año. Renfe apunta que los cursos de formación se enmarcan en un proceso de rejuvenecimiento de la plantilla. “Por cada diez jubilaciones, incorporamos 12 nuevos empleados”, afirma un portavoz de la compañía ferroviaria. En octubre, el sindicato de maquinistas Semaf convocó una huelga para demandar, entre otras reivindicaciones, que era necesario aumentar la dotación de personal para poder cubrir todos los servicios. El parón tensionó las líneas de Cercanías, sobre todo en Cataluña y la Comunidad Valenciana.

”Siempre pensé que en Renfe se entraba por enchufe de algún familiar”, manifiesta Judit Montero. Ella ya es alumna del centro de formación de la empresa ferroviaria en l’Hospitalet, y aspira a recibir la licencia de maquinista en los próximos meses. “Esto es duro”, detalla, para tratar de aclarar que sus prejuicios sobre el proceso de contratación eran infundados. Dedica siete horas del día a las clases y, luego, “otras tres o cuatro de repaso, por la tarde”. Cuenta que no sabía nada de trenes, más allá de ser viajera ocasional, y que estudiaba Educación Social. Su cuñado le dijo que podía probar a ser maquinista. “La Educación Social me gustaba, pero las condiciones laborales no son muy buenas”, pensó, antes de echar la solicitud para aprender a conducir trenes. Está en un grupo de 22 aspirantes en el que solo hay cuatro mujeres.

Oriol Giné es formador de maquinistas. Programa los simuladores que sirven para practicar imprevistos que podrían darse sobre las vías. “Tenemos que propiciar que practiquen situaciones de anormalidad, porque las incidencias pueden ocurrir”, indica. También los maquinistas veteranos acuden al simulador para reciclarse. “Es útil porque si fallas aquí, no pasa nada, pero luego, en la vía te encuentras con lo que te encuentras...”, dice Agustín Romero, 39 años de experiencia acumulada a los mandos de locomotoras. Un tren de Cercanías que circule a unos 160 kilómetros por hora necesita 700 metros para detenerse. Un AVE que sobrevuela las vías a 300 km/h tardará cuatro kilómetros en parar completamente.

Javier Ruiz Canti y Oriol Giné coinciden en que el perfil del aspirante a maquinista es una persona que supera los 30 años de edad, con formación académica, y que a menudo ha salido rebotado de otros sectores profesionales. “Tenemos policías, sanitarios o periodistas”, cuentan. “Hay que tomarlo como unas oposiciones”, advierten. “Imposible combinarlo con otra cosa, hay gente que viene de cursar Derecho y que dice que nunca ha tenido que estudiar tanto como aquí”, señala Judit Montero. Renfe afirma tener el objetivo de alcanzar un cupo de unos 5.500 maquinistas en activo, y admite cierta dificultad por retener talento. “El ferrocarril vive un bum, tanto en el servicio de pasajeros como en el de mercancías”, dice Ruiz Canti.

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