El ‘índice del miedo’ recoge la etapa de altibajos que viven los mercados por la crisis de Ucrania
El VIX de Chicago sube un 6% después de los últimos movimientos de Putin, pero sigue lejos de sus máximos históricos de 2008 y 2020
Los mercados se toman un respiro de las sucesivas oleadas de covid-19, que en los últimos dos años han puesto a prueba la paciencia de los inversores. Los riesgos, sin embargo, siguen planeando sobre los parqués. Ahora es la crisis de Ucrania la que sacude las bolsas, a la vez que sigue en el punto de mira la hoja de ruta de los bancos centrales para endurecer la política monetaria y apaciguar la inflación galopante. Dado este contexto de incertidumbre, los analistas no apartan la vista del Índice VIX, conocido también como índice del miedo, para ver las dimensiones de las turbulencias por las que atraviesan los mercados.
Este instrumento, creado en 1993 por el Chicago Board Options Exchange, el mayor mercado de opciones de Estados Unidos, es una evaluación de la volatilidad futura del mercado y varía en función de cuánto están dispuestos a pagar los inversores para comprar opciones sobre el índice estadounidense S&P 500. Quien posee las opciones tiene la posibilidad —no la obligación— de adquirir valores a precio fijo en una fecha determinada. Los inversores pueden adquirir esas opciones, bien para especular sobre sus movimientos, bien para cubrirse de las fluctuaciones del mercado. De hecho, cuando un inversor cree que el mercado caerá, suele ampararse en estos derivados financieros para reducir sus pérdidas. Cuanto más alto sea el índice VIX, mayor será el riesgo percibido por los corredores de bolsa.
El indicador marcó su máximo histórico intradía en octubre de 2008, tras la quiebra de Lehman Brothers. En aquel entonces alcanzó los 89,53 puntos. El 16 de marzo de 2020, al comienzo de la pandemia, la curva del miedo volvió a desbocarse y cerró con 82,69 puntos. La crisis del coronavirus dio lugar a varios repuntes en correspondencia con las olas que se sucedieron, aunque los ascensos quedaron muy lejos del pico registrado cuando estalló la covid.
Este martes, el índice opera en 29 puntos, un 6% más con respecto al cierre anterior. En este caso, como era de esperar, la causa es la ebullición de la crisis en Ucrania. Tras la decisión de Rusia de reconocer las repúblicas separatistas del este de Ucrania y de desplegar sus tropas, la tensión está en su punto álgido. Los mercados se siguen interrogando sobre los efectos del paso emprendido por el presidente ruso, Vladimir Putin, mientras desde la frontera siguen llegando noticias de movimientos militares. Natalia Aguirre, directora de Análisis de Renta 4, asegura que si la situación geopolítica se agrava, es probable que los bancos centrales no quieran echar más leña con el endurecimiento de su política monetaria. “Eso sí, los precios de la energía seguirán disparados y en ese caso estarían entre dos fuegos”, agrega.
Peligro de alarma a inversores
El pico máximo de cierre que el VIX ha alcanzado este año se dio el 26 de enero (31,96 puntos), cuando el Gobierno estadounidense estimó que Rusia atacaría a Ucrania a mediados de febrero. En lo que va de año, el índice ha crecido alrededor de un 80%. Para Javier Molina, portavoz de eToro En España, aunque se trata de un salto relevante, el semáforo todavía no se ha puesto en rojo. “Este inicio de 2022 está siendo complicado. No se dará la complacencia que se ha visto en años anteriores, pero tampoco es un mercado que está descontando una catástrofe. Cada uno tiene que buscar sus mejores estrategias y posiciones, según indica la volatilidad, que dibuja curvas. Sin embargo, no son curvas dramáticas. Son normales en un cambio de ciclo en el que estamos, con los tipos que suben y la inflación que se dispara”, apunta.
Stephane Michel, director de Renta Fija y Soluciones de Crédito Multiactivos del negocio internacional de Federated Hermes, señala que con la recuperación de la covid-19 y el fin de los confinamientos la economía está recuperándose, incluso con una cierta euforia. “Los indicadores de volatilidad, como el índice VIX, han liderado el movimiento de reajuste a esta realidad inflacionista, y los índices de crédito les han seguido posteriormente”, señala.
En ello coincide Molina, quien recalca que durante varios años las expectativas en los parqués eran de bajos movimientos. Entre 2012 y 2018, el índice no ha pasado la barrera de los 25 puntos, salvo en momentos puntuales, lo que reflejaba tranquilidad en los mercados. En cambio, a partir de 2018, se notó un incremento de volatilidad que se prolongó con los primeros compases de la pandemia y que empezó a corregirse a medida que se pusieron sobre la mesa las soluciones. “En la etapa de turbulencias en la que estamos ahora la precaución es la clave”, advierte el experto.
Michel considera que “la pregunta que debemos hacernos después de este dramático comienzo de 2022 es si las bolsas están reflejando ahora una preocupación excesiva por las subidas de tipos, tanto en términos de rapidez como de escala. El índice sugiere ciertamente que se ha producido algún exceso”. La volatilidad se contagia muy rápido y en un escenario en el que las Bolsas son unas montañas rusas cualquier acontecimiento inesperado podría alarmar a los inversores.
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