Correcciones en las Bolsas
A corto plazo es de esperar que la volatilidad se mantenga en niveles algo elevados
El arranque del año en las Bolsas viene marcado por un entorno de elevada volatilidad y caídas generalizadas. Supone el mayor desplome después de la crisis covid y el movimiento está siendo de especial intensidad en los índices de Estados Unidos. El S&P 500 ha llegado a entrar en zona de corrección técnica, con una caída acumulada desde máximos recientes superior al 10%. El Nasdaq, por su parte, dada la especial intensidad de la cesión de los valores tecnológicos, incluso se ha acercado a un inicio de mercado bajista con caídas cercanas al 20% desde esos máximos. Por su parte, al menos por ahora, las Bolsas europeas están mostrando una mayor fortaleza relativa en el movimiento reciente.
¿Qué ha llevado a esta corrección? Tres factores principalmente. En primer lugar, la anunciada retirada de los estímulos monetarios no convencionales, que la Reserva Federal había reeditado en marzo de 2020 tras la alerta sanitaria, provocó un fuerte repunte de los tipos de interés de la deuda pública en las últimas semanas. Además, el entorno vigente de elevada inflación ha suscitado el temor de los inversores a que los bancos centrales tengan que acelerar esa retirada de estímulos, con la posibilidad de que el endurecimiento de la política monetaria sea excesivo e impacte finalmente en el ciclo económico. En segundo lugar, las tensiones en el ámbito geopolítico, y en particular una posible intervención en Ucrania por parte de Rusia, supone un factor añadido generador de volatilidad a corto plazo. Por último, los elevados niveles de partida de las valoraciones de las acciones, principalmente en Estados Unidos, así como el inicio de la temporada de presentación de resultados, no dejan de ser potenciales generadores de ruido adicional en las cotizaciones.
Dicho esto, en el pasado, periodos de normalización de la política monetaria, en entornos de elevado crecimiento como el actual, han sido, en general, favorables para la renta variable. A corto plazo es de esperar que la volatilidad se mantenga en niveles algo elevados. Esta viene determinada, por un lado, por las dudas que genera el propio proceso de normalización de la política monetaria, si bien esta misma semana la Reserva Federal ha sugerido que no ve razones actualmente para acelerar esa normalización. Por otro, por la incertidumbre acerca del desenlace de las tensiones geopolíticas en Europa. En el otro lado de la balanza, el ajuste en las Bolsas ha sido muy sustancial. Ha supuesto una “depuración” nada despreciable de los niveles de valoración de finales del pasado año, muy singularmente de los sectores que, como el tecnológico, más habían escalado. Salvo contingencias mayores, y en el contexto previsto de expansión económica mundial durante los próximos dos años, probablemente merezca la pena tomar posiciones tanto en Estados Unidos como en Europa.
Rui da Mota Guedes y Daniel Manzano son analista y socio de Afi, respectivamente.
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