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Hacienda crea una herramienta de inteligencia artificial para detectar redes de blanqueo de capitales

El proyecto Nidel, ya en funcionamiento en tres delegaciones de la Agencia Tributaria, permite rastrear incrementos de patrimonio no justificados de personas con vínculos delictivos

Óscar López-Fonseca
Agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera, durante una operación contra el blanqueo de capitales desarrollada en Valencia.
Agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera, durante una operación contra el blanqueo de capitales desarrollada en Valencia.

La lucha contra el blanqueo de capitales se parece, en muchas ocasiones, a la ardua y no siempre fructífera búsqueda de una aguja en un pajar. Para facilitar esa labor de los investigadores, la Agencia Tributaria (AEAT) ha creado una herramienta informática que aúna el análisis masivo de datos (big data), con técnicas de rastreo por algoritmos y la inteligencia artificial para rastrear de modo simultáneo múltiples bases de datos y detectar las redes de lavado de dinero utilizadas por la delincuencia, según detallan a EL PAÍS fuentes del Servicio de Vigilancia Aduanera. El proyecto, que va más allá de un programa inédito e incluye una novedosa metodología de trabajo, ha sido bautizado como Nidel, transcripción fonética del término inglés needle (aguja).

La herramienta informática ―que entró en funcionamiento a modo de prueba el pasado verano en una de las delegaciones especiales de la AEAT y en la actualidad ya se usa en otras dos― pretende detectar personas tanto físicas como jurídicas (empresas) que hayan registrado un incremento de origen desconocido y no justificado de su patrimonio, y que, además, tengan vínculos delictivos, ya sea porque tienen antecedentes o porque se pueda sospechar que actúan para otros como testaferros o sociedades patrimoniales. La piedra angular del proyecto es un programa informático creado específicamente para este fin por el Departamento de Informática Tributaria de la AEAT que facilita a los analistas el cruce de datos de personas, productos bancarios, vehículos, embarcaciones o inmuebles, entre otros, y la elaboración con todos ellos de tablas para agilizar la detección de individuos y sociedades que muestren perfiles con riesgo de dedicarse al lavado de dinero.

“La potencia de estas tecnologías, junto con el gran volumen de información disponible en las bases de datos de la Agencia tributaria y de otras entidades con las que hay convenios, hace posible que el programa encuentre patrones de blanqueo de modo eficaz. Lo que antes llevaba mucho tiempo, ahora se puede hacer mucho más rápido”, destaca en conversación telefónica Manuel Montesinos, subdirector general de Operaciones del Servicio de Vigilancia Aduanera y uno de los impulsores del proyecto Nidel.

Como ejemplo de la mejora que este representa, Montesinos pone el hipotético caso de la esposa de un condenado por narcotráfico que figura como administradora de una sociedad que adquiere un inmueble a un tercero cuya empresa tiene vínculos con los anteriores. “Hasta ahora, para investigar esta compraventa sospechosa había que analizar por separado la información de cada uno de los actores para constatar que estábamos ante una operación de blanqueo, lo que obligada a invertir mucho tiempo. Ahora, con el programa podremos descubrir los nexos entre unos y otros en cuestión de minutos”, señala.

Sin embargo, el alto cargo de Vigilancia Aduanera advierte: “Que nadie piense que se va a poder acabar con el blanqueo de capitales en 10 minutos o que se va a detener a todos los blanqueadores al día siguiente. Es una metodología compleja sujeta a evolución que aún está en sus inicios”, recalca. De hecho, el programa informático y el trabajo que hacen con él los analistas de Hacienda es solo un primer paso de la investigación. Ellos detectarán a aquellas personas con vinculaciones delictivas, ya sea familiares o societarias, que presentan situaciones económicas y patrimoniales anómalas y las trasladarán a los investigadores de Vigilancia Aduanera, que comenzaron a partir de esos datos iniciales unas pesquisas policiales de corte más tradicional. “El investigador tendrá que actualizar y contrastar esa información que se ha obtenido gracias al proyecto Nidel con las fuentes originales para construir un caso penal. Esta segunda fase del trabajo también es compleja y lleva su tiempo. No vamos a ir a un fiscal o un juez únicamente con la información que arroje el sistema”, incide Montesinos.

El proyecto ―cuyo origen se remonta a mediados de 2019― se está desarrollando en tres fases. En primer lugar, se ha identificado a las personas y sociedades que ya tienen antecedentes por actividades delictivas en las bases de datos del Servicio de Vigilancia Aduanera. A este colectivo se unen todas aquellas personas relacionadas con ellas por nexos “significativos”, ya sean familiares, societarios o financieros, ante la posibilidad de que, pese a que no tengan antecedentes, “puedan ser parte importante de la estructura de blanqueo”. Finalmente, se analiza el patrimonio de todos ellos en busca de “inconsistencias” que afloren indicios del lavado de fondo.

“La filosofía del sistema está amparada en la jurisprudencia del Tribunal Supremo, que fija claramente los tres indicios que deben sustentar una investigación de blanqueo: que haya un vínculo con una actividad delictiva, que el patrimonio o la operación económica sea inusual y que no haya una explicación para el mismo”, recalca Montesinos. El objetivo final es la desarticulación de la trama con la detención de los implicados, pero también la incautación de los bienes de los delincuentes. “De nada sirve arrestar a cinco personas que han blanqueado 50 millones de euros si no retornamos el dinero a la sociedad”, añade.

De hecho, el programa Nidel permitirá a los investigadores identificar no solo a los presuntos blanqueadores, sino también su patrimonio para facilitar que la justicia bloquee los bienes obtenidos ilícitamente. En los tres últimos años, Vigilancia Aduanera ha destapado casos de blanqueo por un valor medio anual de 100 millones de euros, con un pico en 2020, cuando se alcanzaron los 183 millones. Con el programa Nidel, Hacienda aspira a impulsar estas cifras.

Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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