Industria busca una reunión con Great Wall en un último intento para que se instale en Barcelona
El Gobierno ofrece más facilidades al grupo chino, pero trabaja en otro plan en el que incluye al consorcio Tess Defence, vinculado a Defensa
Los movimientos se intensifican en la recta final para decidir qué proyectos se instalan en los actuales terrenos de Nissan. El Ministerio de Industria, junto al Departamento de Empresa de la Generalitat, intenta cerrar una reunión el próximo viernes con la cúpula del grupo chino Great Wall Motors (GWM) para intentar aproximar posiciones en un último intento para que la compañía se instale en Barcelona su primera fábrica europea de vehículos eléctricos.
El de GWM es el proyecto que más agrada a las dos administraciones por el efecto arrastre que puede tener sobre el resto del sector de la automoción en Cataluña. El Ministerio de Industria se compromete con GWM a intentar reducir el coste del alquiler de los terrenos de la Zona Franca, propiedad del Consorcio que controlan el Ministerio de Asuntos Económicos y el Ayuntamiento de Barcelona, y hablar con los sindicatos para renegociar las condiciones laborales que se aprobaron cuando se acordó el ERE de Nissan, que afecta a unas 2.500 personas. Esos dos puntos se añaden a las presiones ejercidas sobre Nissan en la última semana para que rebajara sus pretensiones en la valoración de los activos de la fábrica.
El pasado martes, y tras una auditoría sobre la planta barcelonesa, GWM trasladó a la mesa de reindustrialización creada tras el anuncio de cierre de Nissan, que la factoría no cubría sus expectativas: afirmaba que la factoría tenía una capacidad inferior a la prevista (sus pretensiones han pasado de 150.000 a 300.000 vehículos para una planta de un máximo de 250.000), que se tenían que realizar más inversiones de las inicialmente previstas y que las condiciones de contratación de la plantilla excedía sus pretensiones. Los sindicatos temían una estrategia para demandar mayores incentivos económicos.
Sea como sea, el último intento de las administraciones de atar a GWM dilatará las negociaciones. Este miércoles, la mesa de reindustrialización vuelve a reunirse, esta vez con el ruido exterior de la nueva protesta convocada por el comité de empresa de Nissan, que ve cómo se aproxima la fecha de cierre sin que se haya aclarado el panorama de la continuidad laboral de los trabajadores. El encuentro coordinado por KPMG, y en el que también participa Nissan, trabajará como si GWM solo fuera una opción más. Se planteará un plan B para ocupar las tres plantas.
En ese nuevo planteamiento, el hub liderado por QEV Technologies pasa a tomar mayores dimensiones. La propuesta trabajada en los últimos días pasa por que asuma unos 250.000 metros cuadrados de la planta de la Zona Franca, asumiendo la planta de pintura y las líneas de producción de Nissan. También se quedaría la planta de Sant Andreu de la Barca, interesante para su proyecto porque es allí donde podría fabricar los bastidores, tal y como hace actualmente Nissan.
Otra parcela de la planta del Consorcio de la Zona Franca lo podría ocupar un centro de logística y otro el consorcio Tess Defence, vinculado al Ministerio de Defensa, que se encarga de la construcción de los vehículos blindados VCR Dragon 8x8. Las instalaciones de Barcelona servirían para el mantenimiento de esos vehículos de combate, dejando a Tess Defence las pistas de pruebas existentes en el recinto. Ese proyecto generaría en torno a 200 empleos de alta calidad. En setiembre el Consejo de Ministros autorizó un nuevo convenio con el consorcio por un importe de 1.208 millones de euros.
El fabricante de motocicletas Silence, por su parte, mantendría su posición prioritaria para ocupar las instalaciones de Montcada i Reixac, donde quiere concentrar la producción de motocicletas eléctricas y su nuevo cuadriciclo. En total, su intención es fabricar 65.000 vehículos al año.
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