Italia revisa al alza sus previsiones y espera crecer un 6% este año
El Ejecutivo de Draghi trabaja ahora en la reforma fiscal, que deberá ya esbozar la semana que viene, tras mejorar las expectativas de crecimiento para 2021 en un punto y medio
Mario Draghi ha presentado este miércoles su primer cuadro macroeconómico como presidente del Consejo de Ministros de Italia. Un momento esperado y altamente simbólico, dado el prestigio acumulado durante su etapa como presidente del Banco Central Europeo, que aporta la medida del optimismo que se vive en Italia. El documento prevé un crecimiento del 6% y no del 4,5%, como se pensaba hace cuatro meses, para 2021. También mejora el de 2022, que se situará en un 4,7%. El déficit, además, será del 9,4%, también algo más bajo que la previsión y de lo que resultó en 2020. Lo mismo sucede con la deuda pública, talón de Aquiles italiano, que se reducirá en los próximos tres años de forma progresiva. Draghi sacó pecho y subrayó sus argumentos. “Es la confirmación de que del problema de deuda se sale con el crecimiento. Y significa que tenemos que estar atentos a qué medidas contribuyen a un crecimiento duradero e igualitario”, señaló.
Las cifras presentadas por Draghi y el titular de Economía, Daniel Franco, muestran un escenario de crecimiento estable en los próximos años que resulta inédito en el último cuarto de siglo en Italia. En 2022, se espera que PIB progrese en un 4,7%, un 2,8% en 2023 y 1,9% en 2024. Esa última cifra seguiría siendo superior a la de los últimos tiempos y muestra, en palabras del propio Draghi, cómo el país adquirirá una elevada velocidad de crucero que permitirá afrontar asuntos pendientes.
La esperada reforma fiscal no está lista y no ha podido ser presentada. Demasiada distancia entre lo que piden los partidos. La próxima semana, aseguró Draghi, se presentará el documento que delimita dicha reforma y que deberá discutirse en el Parlamento. Algo que no parece fácil, dado que formaciones como la Liga siguen pidiendo una tarifa plana de IRPF. Además, deberá afrontarse cómo se pone fin a la reforma de las pensiones aprobada en el Gobierno anterior.
El retraso en la aprobación de estas cuestiones no preocupa a Draghi, que sostuvo que “hay confianza en Italia, no hay retrasos con los plazos concordados con la Unión Europea”. “El aplazamiento de la reforma fiscal no se debe a los partidos políticos, sino a la actividad de un Gobierno que ha sido cada vez más intensa”, apuntó intentando desviar el foco de las discrepancias que emanan de las distintas sensibilidades políticas que conforman el Ejecutivo.
Draghi no entró en los detalles de la futura ley de presupuestos, pero sí adelantó que habrá que invertir más en Defensa. El margen para nuevas inversiones o modificaciones tributarias es considerable, explicó el ministro de Economía, Daniel Franco. “Todas las previsiones sobre la economía italiana se han revisado al alza. El cuadro económico es mucho mejor de lo que pensábamos”, señaló.
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