La necesidad de respirar aire puro impulsa la venta de dispositivos de purificación

Hasta algo tan devastador como una pandemia mundial ofrece una oportunidad a quien está en el momento y el lugar adecuados. Tras vender con sus hermanos la empresa familiar (la marca de productos de limpieza Blanco Nuclear), Xavier Trillo fundó en 2006 una compañía dedicada a los sistemas de purificación de aire, motivado por el asma de su abuela y las dificultades que detectó en los hospitales para obtener un aire libre de partículas. Durante años se centró en su producto estrella, una burbuja de aire purificado para uso médico, deportivo o de cosmética y belleza, los ámbitos en los que un aire puro podía ser necesario. La irrupción de la covid 19 cambió esta percepción, y junto con la mascarilla, los geles y la distancia social nació la necesidad de respirar aire puro en interiores.

Este impulso hace prever a Trillo que las ventas en 2021 pasen de los tres millones que habitualmente facturaba al año, a 22 millones. De estar presente en ciertos mercados nicho a convertirse en un referente para la purificación del aire en tiempos de pandemia hay un trecho, y para acompañar este inesperado éxito en la demanda, Zonair3D ha dado entrada en su capital a ACS, que mediante su filial tecnológica Grupo ETRA adquirió en septiembre pasado un 30% de las acciones. Trillo sigue siendo el accionista principal y cuenta con otros socios minoritarios.

“Tendremos un crecimiento fuerte mientras no esté controlado el virus”, prevé el emprendedor. Con la pandemia, el producto que más está fabricando la empresa son dispositivos de purificación de aire para interiores, aunque también los dispositivos de purificación de techo o pared, o especiales para vehículos, además de la Bubble Pure Air. Los productos, explica Trillo, tienen el sistema de filtración Ulpa, que elimina el 99,9% de las partículas. La tecnología que usan es resultado de investigaciones con la Universitat Politècnica de Catalunya y el CSIC.

Zonair3D está presente en más de 20 países —con especial incidencia en Europa y Asia, sobre todo en China—, tiene dos fábricas en Cataluña y una plantilla de unos 50 trabajadores. Con los objetivos de crecimiento, Trillo quiere dar el salto y abrir tiendas este año en España mediante franquicias en Madrid, Barcelona, Valencia y Castellón. Entre sus clientes figuran Renfe, los Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña, Puig, Louis Vuitton, Carrier, Veritas o Grupo Antolín. El ámbito médico, el Hospital Sant Joan de Déu o Quirón en Barcelona.