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Primafrio se suma a la larga lista de estrenos bursátiles frustrados en los últimos años

Opdenergy , Capital Energy, Tendam, VIPS, Cepsa, Via Celere o WiZink también tiraron la toalla a la espera de tiempos mejores

Un camión de Primafrío.
Un camión de Primafrío.

Primafrio ha decidido aplazar sin fecha la oferta pública de venta para colocar el 25% del capital, con la intención de alcanzar una capitalización bursátil de entre 1.300 y 1.700 millones de euros. La empresa debía estrenarse en Bolsa este jueves en una operación en la que los accionistas pensaban embolsarse entre 325 y 423 millones.

La empresa murciana, que anunció la OPV el pasado 10 de junio, ha tirado la toalla a la espera de que “mejoren las condiciones del mercado”, según ha explicado en un comunicado. La sobrevaloración de la compañía y las malas perspectivas para el transporte por carretera han podido pesar en esta suspensión de última hora ante la falta de interés de los inversores.

Se suma así a una larga lista de firmas que en los últimos años han abortado in extremis sus planes de cotizar en el parqué por la situación de inestabilidad de los mercados. Antes que la compañía de transporte frigorífico de frutas y hortalizas, se produjeron los estrenos frustrados de Opdenergy , Capital Energy, Balboa Ventures, Tendam, Haya Real Estate, VIPS, Cepsa, Via Celere o WiZink.

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El fracaso más sonado fue el de Cepsa, que en octubre de 2018 decidió dar marcha atrás a su intención de colocar un 25% del capital, en manos del fondo soberano de Abu Dabi Mubadala, por un valor total de la compañía de más de 8.000 millones.

Más recientemente, la compañía navarra de energías renovables Opdenergy se borró de su estreno bursátil, que tenía previsto el pasado 7 de mayo con una capitalización de entre 826 y 926 millones. También en el mismo sector, la compañía de energía eólica y solar Capital Energy renunció a su salida a Bolsa en abril pasado precisamente por el exceso de oferta de este tipo de compañías vinculadas al boom de las renovables. Una circunstancia que tendrá que salvar Acciona Energía, que tiene previsto debutar en Bolsa el próximo 1 de julio con una valoración de entre 8.800 y 9.800 millones de euros, después de haber colocado un 28,75% de capital.

En el otro lado, se estrenaron con éxito en los mercados Línea Directa, que subió un 23% el primer día de cotización el pasado 29 de abril; y Soltec, la compañía de energía solar, que salió a Bolsa a finales de octubre de 2020 valorada en 440 millones, y hoy casi ha triplicado su valor.

Una salida a Bolsa es un proceso largo, que no suele durar menos de seis meses, en el que intervienen un batallón de asesores legales y bancos de inversión. A lo largo de este periodo las circunstancias del mercado pueden cambiar radicalmente y la valoración de partida de la compañía verse mermada y no colmar las aspiraciones de los dueños. En estos momentos, los mercados de renta variable, tras una notable subida desde los mínimos de marzo de 2020, se encuentran en una fase de cierto nerviosismo que juega en contra de los intereses de aquellos aspirantes a colocar su empresa en el parqué. Los últimos datos de inflación, sobre todo en EE UU, podrían llevar a los bancos centrales a acelerar su hoja de ruta para la retirada de estímulos monetarios, lo que sería un importante contratiempo para las acciones.

En el rosario de salidas a Bolsa frustradas de los últimos años también hay que tener en cuenta la irrupción de un durísimo competidor: el capital riesgo. Los fondos de private equity en todo el mundo nadan en liquidez, consecuencia de los tipos de interés ultrabajos y de la llegada de inversores tradicionalmente ajenos a este tipo de activo por su elevada rentabilidad. Con los bolsillos llenos, los gestores de capital riesgo han desviado los planes iniciales de muchas compañías que tenían en el horizonte salir a Bolsa. El desarrollo de una OPV requiere tiempo, la valoración depende del cambio de humor de los mercados, y los gastos suelen ser elevados. Sin embargo, la venta de la compañía, o de parte de ella, a un fondo depende de una negociación bilateral y, debido a su poder adquisitivo, suele ofrecer mejores valoraciones para los dueños.

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