Una cooperativa contra la exclusión comercial
Uno de cada cuatro supermercados de barrio o de proximidad en España son propiedad de Covirán, cadena granadina que emplea a 15.746 personas
Hace algún tiempo que Toñi ya no atiende detrás del mostrador de carnes y embutidos del Supermercado José Antonio - Covirán de Pulpí (Almería), pero cuando trabajaba allí una de sus tareas era chivarle a algunas clientas qué quesos prefieren sus maridos. Ella, entre risas, se revolvía contra eso: “Vamos a ver, ¿tengo que saber yo el queso que le gusta a tu marido?”, les decía a las mujeres cuando le preguntaban. Pero a pesar de la queja, lo sabía, vaya si lo sabía. Y Juan Díaz, su jefe, conoce las galletas que les gustan a sus clientes. Muchos le consultan, antes más, cuando alguno enferma y los vecinos quieren llevarle un detalle. En el Covirán de Pulpí, como en otros muchos, saben más de lo que cuentan. Y esa es una de las fortalezas de la enseña, el conocimiento de sus clientes que, por lo general, son además sus vecinos. Porque en España, uno de cada cuatro supermercados de menos de 300 metros cuadrados –los súper de barrio o de proximidad– tienen sobre la entrada un cartel de la marca Covirán.
El nacimiento de esta cooperativa granadina se remonta a la primavera de 1961, hace 60 años, cuando los dueños de siete tiendas de ultramarinos de la capital se asociaron para poder comprar su mercancía a precios más baratos. Desde entonces, los siete socios originales se han convertido en 2.427 cooperativistas, de los que el casi 1.200 (48,6%) son mujeres. Y la marca, aunque mantiene el fuerte acento granadino con el que nació, ha aprendido todas las lenguas y acentos de España. Todos menos uno, el de Baleares, única comunidad autónoma a la que aún no ha llegado. Pero sí lo han hecho a sitios donde nadie más ha llegado. Así, en 324 localidades españolas, Covirán es el único supermercado al alcance de los vecinos, evitándoles la exclusión comercial.
Covirán también se ha empeñado en aprender portugués y lo hace a buen ritmo. En Portugal, según los datos de la memoria anual de 2019, a la espera de presentar en junio la de 2020, cuenta con 242 supermercados y no es raro que anuncie un par de aperturas al mes. El proyecto de Covirán en el país luso es especialmente relevante en los planes de expansión futura de la marca. Allí está presente en los 18 distritos y en las dos regiones autónomas insulares de los archipiélagos de las Azores y de Madeira. Y de allí procede el 10% de los cooperativistas. Según la empresa, ocupan además la segunda posición en el mercado de proximidad.
En 2020, la firma liquidó la filial que le servía para operar en Marruecos, donde llegó a tener dos supermercados pilotos. “Los problemas aduaneros eran grandes”, explica Patrocinio Contreras, presidenta de la cooperativa, que no descarta volver a intentarlo en el futuro. A pesar de todo, Covirán tiene una ligera presencia en África, concretamente en Cabo Verde y Guinea Ecuatorial, donde algunos supermercados se proveen de productos de la asociación granadina.
Covirán, acrónimo de Cooperativa Virgen de las Angustias –patrona de Granada– es una cooperativa desde sus inicios. Eso significa, explica Patrocinio Contreras, que “cada tienda es un negocio independiente, no somos una franquicia”. La entrada en Covirán supone por tanto el pago de la aportación de pertenencia a la cooperativa. A partir de ahí, su compromiso es abastecerse de alguna de las 30 plataformas logísticas, 27 en España y 3 en Portugal. Covirán cuenta con dos escuelas de comercio, una en Granada y otra en Portugal, en la que los cooperativistas reciben todo tipo de formación en gestión, marketing, etcétera, de modo que, explica Contreras, ayudan a formarse a quienes entran en este negocio sin experiencia previa.
Los 2.427 cooperativistas de la marca han puesto en pie 2.855 supermercados que dan trabajo, según los últimos datos oficiales, a 15.746 personas (14% en Portugal). Y todos esos supermercados generaron 1.463 millones de euros de ventas brutas en 2019. Patrocinio Contreras –que como cooperativista tiene cuatro supermercados en Montilla (Córdoba)– relata que Covirán es un polo de atracción para otros negocios en los pueblos pequeños y cuenta el caso de una localidad de Albacete de 400 habitantes donde la apertura de un supermercado de más de 500 metros cuadrados ha atraído a compradores de otros municipios que, finalmente, han hecho que surjan nuevos negocios. “El beneficio de Covirán en muchos sitios va más allá de la compra”, concluye Contreras.
Los planes de futuro de la marca pasan por la transformación de los supermercados en lo que denominan “Covirán 10”, el nuevo concepto de espacios accesibles y específicamente adaptados que van a desplegar, es decir, básicamente una modernización de los establecimientos más antiguos.
En cuanto a la expansión, además de seguir con paso firme en Portugal, la enseña mira a Latinoamérica, La pandemia llegó poco antes de comprar billetes de avión para viajar allá a estudiar “propuestas en Honduras, México, República Dominicana, Cuba y algún país más”, cuenta Contreras. “Cuando vuelva la movilidad queremos retomar eso y estudiar opciones allí porque es un mercado muy interesante, donde el ámbito cooperativo tiene muchas posibilidades de desarrollo”, prosigue. En Europa, continúa, “empresarios del sur de Francia se han dirigido a nosotros y también analizaremos esa vía”. Y “de un modo endógeno, dentro de la marca, queremos que nuestros socios sigan creciendo y a su vez hagan crecer a la cooperativa”.
Los sesenta años de Covirán, como la vida misma, no han sido pacíficos todo el tiempo. Los dos últimos años, de hecho, han sido los más convulsos que recuerdan en la casa. Todo empezó, públicamente al menos, a principios de 2019, con la marcha –destitución comunicada como marcha de mutuo acuerdo– de Luis Osuna, directivo de la empresa durante 22 años de los que 10 fue presidente. Tras la marcha, retomó el cargo unos meses Antonio Robles, presidente de honor en aquel momento. Contreras asumió la presidencia y tuvo que enfrentarse a algunos cooperativistas rebeldes que, según se investiga penalmente, presuntamente falsificaron firmas para intentar echarla a ella y a su consejo. Los problemas están casi olvidados a la espera de algunos coletazos judiciales, que previsiblemente se resolverán contra quienes falsificaron las firmas que ya no están en la cooperativa. “Era necesario hacer cambios, dar nuevos impulsos y generar más agilidad y eso molestó a algunos, pero todo ha quedado atrás”. Ahora, como siempre, toca mirar a los consumidores porque, como dice Contreras, “nuestras tiendas conocen a sus clientes más por su nombre que por los algoritmos”.
Diferencias entre España y Portugal
La entrada en nuevos mercados ofrece sorpresas no imaginadas. En el caso de Portugal, explica Patrocinio Contreras, fue el desapego a las marcas. En España dice, hay un cierto equilibrio entre los clientes que prefieren las marcas y las promociones. “En Portugal, no. El 90% de las compras en el supermercado se hacen de productos en oferta. La infidelidad es grande y eso nos sorprendió mucho al principio”, dice la presidenta. Además, el mercado es muy agresivo, de modo que, si una cadena baja los precios mucho, las demás se ven obligadas a seguir esa misma senda, cuenta.
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