Grifols incrementará la innovación para sortear el difícil acceso al plasma

La multinacional catalana Grifols, especializada en productos farmacéuticos hemoderivados, quiere iniciar una nueva etapa después de cumplir 15 años en Bolsa marcados por un fuerte crecimiento gracias a sus productos plasmáticos, tal como han explicado sus dirigentes este viernes en la junta de accionistas. La pandemia de coronavirus ha aupado a la compañía en algunos aspectos, pero también ha dificultado otros, como el abastecimiento de plasma en el mundo, que ha repercutido en las ventas. La multinacional prevé que se normalice el acceso a esta materia prima a partir de la segunda mitad de este año. En paralelo, ha iniciado una estrategia de apostar por la innovación, con la investigación y desarrollo de nuevos productos, para la que ha diseñado una estructura propia dentro del grupo.

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El beneficio de Grifols cae un 30% hasta marzo por el difícil acceso al plasma

El grupo farmacéutico ha cosechado años de fuerte crecimiento, pero este primer trimestre sus números han mostrado un retroceso: de enero a marzo, el beneficio fue de 129,9 millones, un 30% menos con respecto al mismo periodo del año anterior. La causa de este descenso está en los problemas causados por la pandemia, en especial las restricciones de movilidad, que han dificultado a la multinacional el acceso a su materia prima, el plasma (la parte líquida de la sangre). La facturación también se resintió, con un descenso del 8,4%.

Más centros de plasma

Estos problemas de abastecimiento están en vías de solucionarse y la situación se normalizará a partir de la segunda mitad de este año, según ha explicado la vicepresidenta corporativa de Tesorería y Relaciones con los Inversores de Grifols, Nuria Pascual, tras la junta de accionistas. No obstante, la repercusión en las ventas de esta mejora no se notará hasta dentro unos meses, ya que desde que se accede al plasma mediante los donantes hasta que se producen los medicamentos pasan entre seis y nueve meses. Durante la pandemia, y pese a las dificultades de acceso, los pacientes no han sufrido problemas de suministro.

El grupo, sin embargo, no se ha limitado a esperar para que mejore la situación, sino que en los últimos meses ha hecho un importante esfuerzo inversor al adquirir decenas de centros de plasma en Estados Unidos para mitigar sus problemas de abastecimiento. En ese país el sistema de recolección de plasma se basa en una recompensa económica al donante, algo que Grifols quiere que se replique en la Unión Europea. El co-consejero delegado, Raimon Grífols Roura, ha admitido que no tiene “muchas expectativas” en este sentido. La estrategia, de momento, es seguir creciendo con la adquisición de centros de plasma o con la colaboración con empresas o gobiernos locales, como se ha hecho hasta ahora en Canadá, Egipto o China. La inversión acumulada en los últimos cinco años en la expansión internacional es de 1.450 millones de euros.

Con todo, el grupo ha iniciado una etapa nueva en la que primará la innovación en productos no plasmáticos. “Queremos evolucionar en un nuevo paradigma en hemoderivados para no depender de EE UU”, ha explicado el otro co-consejero delegado, Víctor Grifols, en la junta de accionistas. El empresario ha destacado que el año pasado el 50% del crecimiento que experimentó la empresa llegó de nuevos productos. Si bien es cierto que la división Bioscience, la que se dedica a los productos plasmáticos, es la principal y aporta la mayor parte de los ingresos, el grupo quiere fomentar aún más el crecimiento en otros productos. Para ello se apoyará en las firmas Chiron, Alkahest y Gigagen, y en una estructura interna dedicada íntegramente a la innovación, la investigación y el desarrollo. El nuevo equipo está liderado por Albert Grífols Coma-Cros.