Renault apuesta por vender el 90% de coches electrificados en 2030
El grupo francés no desvela el porcentaje de vehículos que serán puramente eléctricos ni cuando cesará la fabricación de coches de combustión
Renault ya tiene un objetivo para no quedarse descolgado en el mercado de los vehículos eléctricos: que nueve de cada diez vehículos vendidos en 2030 sean electrificados para liderar la transición hacia la movilidad sostenible. La compañía francesa, que está apostando sobre todo por los coches híbridos enchufables en la revolución interna con la que busca volver a los beneficios, apuesta por convertirse en la “marca más verde del mercado”, según ha dicho hoy su consejero delegado, Luca de Meo, pese a que otras marcas como Ford y Volvo ya han anunciado que en el inicio de la próxima década solo venderán coches puramente eléctricos.
De Meo no ha ofrecido cuántos de esos nueve vehículos electrificados serán puros eléctricos –únicamente impulsados por baterías–, ya sean a través de la carga por la red eléctrica o con el uso de hidrógeno, pero igualmente el trabajo parece ingente. A día de hoy, apenas uno de cada 15 vehículos (43.000) comercializados son eléctricos en la marca del rombo.
El grupo considera que su futura rentabilidad dependerá de su capacidad “para reposicionar la marca en la movilidad sostenible”, ha reconocido De Meo, además de apostar por impulsar gamas de vehículos más grandes, una apuesta por lograr mejorar los márgenes.
El consejero delegado del grupo se ha negado, sin embargo, a ofrecer una fecha límite para acabar con el uso de los motores de combustión. “No lo sé”, ha respondido cuando le han preguntado al respecto, fiando una posible solución a las decisiones sobre emisiones que pueda tomar en los próximos años la Unión Europea. “De aquí a 2025 estaremos dentro de los límites normativos”, ha sugerido, si bien ha remarcado que para entonces la explosión de las ventas de vehículos electrificados ya se habrá producido, con una “venta masiva”. Aunque ha matizado que lo que suceda en Europa no sucederá, necesariamente, en el resto del mundo.
De Meo asume la “resurrección” de Renault después de haber visto cómo el ejercicio pasado perdía 8.000 millones de euros. A raíz de esa crisis interna, el fabricante elaboró un plan de viabilidad que pasa por conseguir unos ahorros de 3.000 millones de euros y reducir la producción en un intento desesperado por mejorar los beneficios por coche vendido. El problema es que esa revolución debe ir acompañada de inversiones para adaptarse al nuevo mercado, con más coches eléctricos y mayor digitalización, ante el riesgo de quedarse apartado por el resto de la competencia. Unas 14.000 personas se quedarán sin trabajo por el camino.
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