Asistencia, control, pero sobre todo concienciación
Algo está fallando en nuestra conciencia fiscal colectiva cuando pensamos que pagamos suficientes impuestos y somos cumplidores, pero el resto de la sociedad no lo es tanto
—Buenos días. ¿En qué puedo ayudarle?
—Soy publicista en Barcelona y voy a llevar a cabo una campaña para una empresa canaria promocionando sus productos en la Península. ¿Debo facturar con IVA?
Si usted es capaz de contestar a esta pregunta en menos de cinco minutos y sin acudir a un manual tributario, este artículo posiblemente no le resulte de interés. Si, en cambio, como a la gran mayoría de los que aplicamos en mayor o menor medida el complejo sistema tributario, le resulta una cuestión cuanto menos complicada, no deje de leer.
A día de hoy, esta pregunta puede ser contestada en apenas unos minutos a través de las herramientas virtuales disponibles en la página web de la Agencia Tributaria.
Este es un ejemplo práctico de cómo está cambiando el modelo de información y asistencia en favor de los contribuyentes dentro de un entorno que tiende cada vez más hacia el fomento del cumplimiento voluntario. Recientemente se ha publicado en el BOE el Plan de Control Tributario 2021 en el que se apunta en esa dirección: asistente virtual para cuestiones relacionadas con el Suministro Inmediato de Información (SII), calculadoras de prorratas o el calificador inmobiliario son algunas de las herramientas virtuales desarrolladas y que van destinadas a asistir a los contribuyentes ayudándoles a cumplir con sus obligaciones.
Como novedad para este año es destacable la creación de las Administraciones de Asistencia Digital Integral (ADIs), que son plataformas dirigidas a prestar servicios de información y asistencia por medios electrónicos mediante la utilización de distintos canales de comunicación virtuales. Están destinadas a informar y asistir a los contribuyentes y a todos aquellos profesionales dedicados al asesoramiento tributario. En resumen, un mostrador virtual a todos los efectos.
Pero claro, no todos los contribuyentes, a pesar de ser conocedores de las obligaciones tributarias que les atañen, desean cumplirlas de forma voluntaria. Para ello, contamos con los poderes públicos: por un lado, el poder legislativo encargado de dotar a las administraciones tributarias de las potestades legales para poder luchar contra el fraude; por el otro, las propias Administraciones Tributarias, encargadas de la aplicación efectiva de dichas medidas, que han de adaptarse y focalizar sus esfuerzos hacia un fraude cada vez más sofisticado y virtual. Prueba de ello son las nuevas líneas de actuación recogidas en el Plan de Control Tributario 2021: utilización del big data para analizar los indicios de residencia, la potenciación de herramientas para el análisis de los flujos de renta y consumos de los contribuyentes, y sus familiares, o el incremento de las medidas de control de las criptomonedas.
Según los datos de la última encuesta sobre política fiscal realizada por el CIS, un 62% de los encuestados considera que los españoles somos nada o poco conscientes y responsables a la hora de pagar impuestos. En cambio, si se pregunta al encuestado sobre su propio cumplimiento, el 93% se considera muy o bastante consciente y responsable.
Este mismo estudio determina que únicamente un 10% de los encuestados considera que los españoles pagamos pocos impuestos, aunque debemos recordar que España se sitúa en términos de presión fiscal entre cinco y siete puntos por debajo de la media de la UE.
Algo está fallando entonces en nuestra conciencia fiscal colectiva cuando pensamos que pagamos suficientes impuestos y somos cumplidores, pero el resto de la sociedad no lo es tanto.
Estamos en una situación de extrema gravedad en lo sanitario, pero también en lo económico con sectores que lo están pasando realmente mal y reclaman ayudas directas. ¿Qué soluciones nos quedan? Seguir implantando medidas legales que aumenten los ingresos públicos. Unas aplaudidas por la gran mayoría como las consistentes en la lucha contra el fraude fiscal y otras no tanto, como las subidas de impuestos.
Y la segunda, quizá más efectiva pero mucho más complicada de conseguir, es la concienciación fiscal. Últimamente hemos visto y leído noticias sobre ciertas mudanzas a Andorra con la finalidad de abaratar la contribución fiscal y, cuando ese debate llega a las conversaciones con amigos o familiares, escuchamos demasiadas veces que cualquiera en su situación habría hecho lo mismo.
¿Qué mensaje están recibiendo nuestros jóvenes de aquellos que toman como referentes? Y más importante, ¿Qué otra información llega de la sociedad para contrarrestarlos?
Desde la Asociación Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado apostamos por una formación económico-financiera básica, adaptada a los distintos niveles de nuestro sistema educativo, potenciando el Programa de Educación Cívico Tributaria de la AEAT (Agencia Tributaria) que desde hace 20 años viene realizando una labor educativa muy necesaria en estos tiempos.
Por otro lado, toda ayuda tendente a la simplificación del sistema fiscal siempre es bienvenida. Sirvan de ejemplo los avances digitales implementados por la Agencia Tributaria. Por cierto, el asistente virtual nos dirá que el servicio del publicista no está sujeto al IVA.
Lluís Meseguer López es inspector de Hacienda y miembro de la Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado
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