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Un proyecto deSantander

Los retos de España para reducir su brecha digital con los líderes mundiales

Los expertos valoran que la innovación española está muy por debajo de otras economías mundiales aunque se muestran optimistas con el impulso de los recursos europeos

Europa está a años luz de las economías más innovadoras de Asia y EE UU. Y, dentro de Europa, España está a muy por detrás del resto de los países de su entorno. Con los datos en la mano, la inversión en I+D se ha estancado en España en el 1,25% del PIB, frente a la media europea que alcanza el 4% o la de los países más avanzados que están en el entorno del 6%. Sin embargo, hay luz al final del túnel. Los fondos de recuperación pueden ayudar a superar los retos que plantea la digitalización en España, un país bien apuntalado por infraestructuras digitales.

Estas han sido las principales conclusiones a las que han llegado los cinco expertos sentados a la mesa del último debate telemático de Foro Futuro, el observatorio de tendencias económicas de Cinco Días y Banco Santander, titulado La digitalización de la economía y de la empresa, celebrado en la mañana de ayer.

Según los analistas, el proceso de digitalización tiene múltiples aristas, tantas como sectores a los que afecta. “La transformación digital tiene implicaciones en el sistema productivo, en el de comunicación e, incluso, en el funcionamiento humano”, sostiene Santiago Carbó, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Granada y director de Estudios Financieros de Funcas. No obstante, es en el ámbito económico donde la digitalización juega su partida más importante. “En España tenemos dos opciones: adaptarnos a lo que marquen las grandes tecnológicas chinas y de EE UU, que llevan una gran ventaja, o decidirnos a hacer algo”, reflexiona el catedrático.

Según Carbó, la transición de la economía hacia el mundo digital tiene efectos positivos si se apuesta por los valores adecuados. “La productividad a escala empresarial y macroeconómica aumenta, también el empleo, aunque puede generar dualidad de calidades según sea el perfil del trabajador más o menos digital”. Fernando Fernández, profesor de Economía del IE Business School, añade que “la digitalización va a cambiar el puesto de trabajo a todo el mundo, por eso es importante generar visiones transversales que faciliten la adaptación de todos los empleos. La apuesta fundamental es proteger al profesional por la vía de su cualificación: habilitar al trabajador para que sea capaz de adquirir las nuevas competencias que son necesarias para desempeñar su nueva tarea”, argumenta Fernández.

Problemas en España: empresas

Uso de Internet. "El 95% de las empresas de más de 10 empleados usa internet y tiene una conectividad razonable", destaca Santiago Carbó. Sin embargo, esta proporción disminuye con el número de empleados y hay grandes cambios entre comunidades autónomas, desde el 76% de las empresas de menos de 10 trabajadores en Madrid hasta el 51% de estas firmas en Melilla.

Tendencias del cloud. Los servicios en la nube los utilizan solo las empresas tecnológicas, en el resto de sectores su adopción es minoritaria (entre un 6 y un 7%).

Apps. La mayoría de las compañías invierten en apps pero poco en procesos y transformación de canales.

Formación. España tiene algunas de las mejores capacitaciones en IT en universidades.

Falta de ambición. No hay una política integral de digitalización vinculada a la ciencia y falta, en general, ambición y objetivos.

Carbó, por su parte, subraya la necesaria gestión política para orquestar todos los cambios de la nueva era digital. “En Europa no tenemos grandes tecnológicas, lo que hemos hecho es adaptarnos, y eso genera dependencia”. Una solución que propone el experto es “apoyar desde el ámbito público la creación de un gigante de inteligencia artificial para que Europa dependa mucho menos de fuera, que es la gran debilidad del continente”.

Segunda división

“España está siempre por debajo de la media europea”, sentencia Carbó. Según el Índice de Economía y Sociedad Digital que elabora la Comisión Europea, aunque España ha ido ganando posiciones en conectividad, uso de servicios de internet, capital humano, integración de tecnología digital y servicios públicos digitales —los cinco parámetros que mide este barómetro—, aún continúa por detrás del resto del continente en todos los indicadores salvo en este último. “Y eso que la UE está a su vez rezagada respecto a otros bloques de países”, añade el experto.

Los resultados del estudio anual de la Asociación Española de la Economía Digital (Adigital) subrayan la mirada pesimista de Carbó. “El entorno, el mercado, la regulación y la capacitación digital española están muy por detrás de los países líderes”, argumenta Carina Szpilka, presidenta de Adigital, y remacha: “España lidera la segunda división dentro de los países en proceso de transformación digital”. Sin embargo, según revela un informe que Adigital llevó a cabo con Boston Consulting Group, la economía digital en España representa un 19% del PIB. “Sería el segundo sector de mayor contribución a la economía española, solo por detrás del inmobiliario”, añade la presidenta de la asociación.

Según Szpilka, los sectores “tractores” de la digitalización, los pioneros, han sido los tecnológios y las compañías de telecomunicaciones seguidas muy de cerca por los medios de comunicación y la banca. En el otro lado están los sectores que aún no han dado el paso, como el de la construcción, el inmobiliario, la agricultura o la industria.

Falta formación

Para Adigital, el problema más relevante al que se enfrenta España es su falta de capacitación digital. “Harían falta dos generaciones para que los jóvenes que se integran al mercado laboral lo hagan al mismo nivel que aquellos en las economías más avanzadas en digitalización. Dos generaciones es mucho, y no parece que las cosas vayan remando a favor, sino todo lo contrario”, advierte Szpilka .

Tal y como argumenta la presidenta de Adigital, “hace falta incorporar un plan de educación digital que comience en la educación infantil y llegue hasta la universidad, con un foco muy importante en la formación profesional”. Szpilka apuesta por implantar un plan de formación tecnológica para todos los trabajadores, con especial énfasis en los autónomos, e impulsar un mercado de trabajo de calidad e innovador. “Los modelos de relación laboral van a cambiar y tenemos que sentarnos todos los jugadores para regular de forma conjunta”, sostiene.

Por último, considera que hay que promover un plan de digitalización específico para las pymes, “porque digitalizarse no es solo tener una página web, es utilizar datos en la nube, tomar decisiones basadas en datos y aprovechar la inteligencia artificial”.

Para Francisco Pérez, profesor emérito de Análisis Económico de la Universitat de València y director de Investigación del Ivie, la falta de capacitación sobre la que reflexiona Adigital se mueve en tres planos diferentes: la visión digital de los directivos de las empresas, los recursos humanos cualificados y extender las competencias digitales a toda la plantilla. “La proporción de empresas que tienen equipos humanos especializados no alcanza al 20% y, en el caso de las pymes, no llega al 4%”. Según Pérez, se tiene que definir una nueva interrelación entre los equipos digitales y los trabajadores, como ha ocurrido durante la pandemia con el teletrabajo.

Para afrontar con éxito la digitalización económica y superar los retos, hay que aprovechar la disponibilidad de financiación europea para superar la crisis del Covid-19 y las ventajas que dispone España para absorber la coyuntura y acelerar el tren de la digitalización que la pandemia ha puesto en marcha. “Las infraestructuras españolas son de primera división, a nivel mundial España está entre los países pioneros y que más impulsan los equipamientos de conexión, pero nos falta todo lo demás”, indica Szpilka. Gloria Hervás, directora de Public Policy en Banco Santander, se muestra más positiva. “La Comisión Europea viene muy fuerte con la soberanía digital, habla incluso de construir campeones europeos. Y, aunque no será fácil porque EE UU y China nos llevan ventaja, se están dando pasos en esa dirección”, comenta Hervás.

La regulación que necesita la innovación

La pandemia ha acelerado la transformación digital y el sector financiero no ha sido ajeno a esta tendencia. Según Gloria Hervás, directora de Public Policy en Banco Santander, esta institución ha comprobado cómo se ha incrementado la operativa digital en los últimos meses. “El acceso a los canales digitales ha aumentado un 40%, las ventas a través de canales digitales suponen ahora el 50% del total y hemos sido capaces de procesar 600 operaciones por hora de las líneas de avales ICO”, explica Hervás. Todo ello ha sido posible gracias a la tecnología que reduce barreras de entrada, incrementa economías de escala y abre la puerta a nuevos jugadores. Como las start-ups del sector financiero o fintech.

“El resultado de esta revolución nos deja un nuevo contexto competitivo donde hay nuevos proveedores de servicios financieros, nuevas experiencias de cliente y donde el modelo de éxito es de plataforma que permite la confluencia de distintos usuarios y una mayor personalización de producto y servicio”, enumera la experta.

Este contexto de nuevos jugadores necesita de un marco regulatorio que establezca las mismas normas para todos. Santiago Carbó lo explica en el plano internacional. “La capacidad de las grandes empresas chinas y estadounidenses transciende fronteras y controles de todo tipo, por lo que los reguladores tendrían que entender cómo compiten estas plataformas, desde Google a la banca”. Según el experto de Funcas, las autoridades de defensa de la competencia ponen multas a posteriori en lugar de generar inicialmente el marco regulatorio que marque el camino de la digitalización justa. “Las grandes tecnológicas están aportando un gran valor, pero también se encuentran en una situación muy aventajada”, añade.

“La regularización no puede ser una barrera para la provisión de servicios en formato digital o la incorporación de tecnologías, debe ser neutral”, advierte Hervás que recuerda que la norma, en muchos casos, está pensada para un mundo físico y no digital. “Esto impide competir con otros jugadores que no están sujetos a las reglas bancarias”.

Además, la regulación debe tener en cuenta las nuevas dinámicas y relaciones laborales. Para la directiva del Santander, el marco normativo debería incluir cinco elementos: regularizar el uso de datos financieros y no financieros, impulsar la soberanía digital en los pagos instantáneos, flexibilizar el acceso a las infraestructuras digitales o armonizar las normas para poder ofrecer servicios en otros territorios. Por último, establecer la regla de a “misma actividad, mismo riesgo, misma regulación”. Hervás sostiene que la banca tradicional está muy regulada por normas estrictas que dificultan la innovación. “Un marco que no tienen otros competidores tecnológicos”, abunda.

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