El Banco de España pide más flexibilidad en horas y salario para los mayores de 50 peor formados
El supervisor recomienda que para que puedan seguir en el mercado laboral se les pueda reasignar tareas y aplicarles planes de jubilación parcial que tengan en cuenta sus condiciones de trabajo
El envejecimiento de la fuerza laboral es un hecho. Y ante los problemas que pueden generarse entre los trabajadores mayores de 50 años y con poca formación, el Banco de España recomienda que se busquen fórmulas flexibles que permitan que sigan en el mercado de trabajo. Sugiere que se les pueda reasignar tareas, ajustar horarios y salarios e, incluso, aplicarles fórmulas de jubilación que tengan en cuenta esta realidad. O sea, que por ejemplo se compatibilicen esas reducciones con la jubilación parcial. En pleno debate sobre la reforma laboral, el supervisor pone el foco sobre esta urgencia y la fija como un eje prioritario.
En un informe publicado este jueves, el Banco de España alerta sobre la pérdida de competencias y habilidades que sufren los trabajadores conforme envejecen. Y de que este problema puede afectar especialmente a España en comparación con el resto de Europa. Sobre todo por dos razones: una, hay una proporción más elevada de trabajadores mayores de 50 años en empleos que exigen una importante actividad física, como la hostelería, el comercio o el servicio doméstico. También en empresas pequeñas, que siempre tienen más difícil reasignar tareas a estos empleados. Todo ello está estrechamente relacionado con la estructura del tejido productivo. Habría que favorecer que las empresas ganen tamaño, dice el documento.
Y dos: los mayores de 50 años con menor formación abandonan antes el mercado laboral en España que en el resto de Europa. El reto cobra mayor dimensión si se tiene en cuenta que en España el baby boom comprende a los nacidos entre 1957 y 1979. Es decir, esta generación ha entrado de lleno en esa edad justo cuando se busca que las carreras de trabajo se dilaten para restar presión al sistema de pensiones.
Este envejecimiento “conlleva una merma de la productividad y genera dificultades para desempeñar ciertos empleos”, sostiene el Banco de España. Para hacer frente a semejante desafío, el supervisor pide entre otras cosas que se incorporen “esquemas de flexibilidad interna en la empresa que favorezcan ajustes de las condiciones laborales para determinados colectivos mayores (por ejemplo salariales, horarias, de jornada)”. Todo para que puedan seguir en el empleo.
Adaptar la jubilación
También sugiere que haya “cambios en los esquemas de jubilación para incorporar determinadas especificidades relativas a las habilidades requeridas en distintos sectores y ocupaciones”. Dado que la intención del banco es prolongar la vida laboral, probablemente se refiera a una jubilación a tiempo parcial que se compatibilice con esas reducciones de horario y salario. O a que los incentivos para alargar la vida laboral tengan en cuenta las distintas condiciones de trabajo y no sean los mismos para un obrero que para un profesor de universidad.
El documento recurre a las bases de datos de la OCDE para comparar por edades y demostrar que hay una pérdida de capacidades con el paso de los años. Se pierde capacidad física, comprensión lectora, numérica y de las nuevas tecnologías. Se resiente la inteligencia que tiene que ver con la atención, la velocidad del procesamiento, la memoria o la habilidad espacial. En cambio, el deterioro es más lento en todo aquello que sea aprendido. Y, sin embargo, al pasar los años también se gana en otras competencias: en general presentan más capacidad para supervisar, organizarse y reaccionar ante contratiempos. De ahí que el Banco de España recomiende que se recurra a la reorganización poniéndolos en ese tipo de tareas. De hecho, ya sucede que las compañías suelen reorientar a sus empleados hacia esas competencias.
El inconveniente es que en España hay menos empresas con el tamaño suficiente para poder hacer eso. El documento destaca que hay menos trabajadores en sectores como la industria, donde es más fácil reorganizar la plantilla y reubicarlos en actividades que se adecúen más a sus características.
Los números hablan por sí solos: el 42% de los trabajadores entre 50 y 54 años con baja cualificación está en empresas de menos de 10 empleados. El 28% en la zona del euro.
Dicho esto, la pérdida de habilidades puede retrasarse con la actividad o la formación continua. Al menos un tercio de los mayores de 50 años consigue que sus habilidades no se deterioren hasta edades muy avanzadas, señala el estudio. A esto ayuda la ausencia de enfermedad, una vida activa y el trabajo físico y cognitivo.
Otra desventaja reside en que los trabajadores españoles reciben menos formación en el empleo que sus pares europeos. Si bien esta no resulta del todo definitiva a la hora de solventar el problema que se avecina, ya que, como explica el banco, es más importante formarlos cuando son jóvenes y tienen una mayor capacidad para absorber conocimientos.
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