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El rey de las patentes del campo

La empresa Eurosemillas, con un millar de licencias, tiene el control sobre 1.200 millones de plantas en 38 países

Invernadero con semilleros de plantas de pistacho de  Eurosemillas en 
 Brenes (Sevilla).
Invernadero con semilleros de plantas de pistacho de Eurosemillas en Brenes (Sevilla). PACO PUENTES

Corrían los años sesenta cuando un grupo de profesionales relacionados con la actividad agraria arrimaron el hombro para comprar la cooperativa Procampo y la constitución de la empresa Eurosemillas con el fin de operar en el segmento de la selección y producción de semillas de calidad, fundamentalmente en algodón, judías e híbridos. El actual presidente, Juan Cano, recuerda que aportó 25.000 pesetas (150 euros). Gran parte de los socios fundadores abandonaron el barco y son minoría los que permanecen en la sociedad, radicada en Córdoba.

La adquisición de una patente del grupo alemán KWS para la producción y distribución de semillas de judías sin los “hilos” que tenían las vainas, fue uno de sus primeros éxitos. Hoy, medio siglo después, Eurosemillas es uno de los líderes mundiales en la obtención de patentes de semillas y plantones, con licencias para el cultivo de 1.200 millones de plantas en casi 40 países y con sede en otros 34 de cuatro continentes. La pequeña multinacional cordobesa tiene la totalidad del capital en manos españolas.

La innovación y la investigación han constituido el eje de la filosofía del grupo desde su constitución. En las dos primeras décadas de funcionamiento, hasta 1989, el trabajo de la empresa se centró en el desarrollo de variedades de judías, algodón y algunos híbridos, junto a la actividad industrial en el sector algodonero, que ha sido uno de sus buques insignia.

Eurosemillas fue la primera firma en traer a España la semilla híbrida de girasol desde Estados Unidos y la introductora de nuevas tecnologías en el procesamiento y almacenamiento de producciones hortícolas, algodón y oleaginosas para situarse como el primer desmotador (separador de las fibras de las semillas) europeo, con una cuota del 25%.

Clave del éxito

El año clave para el grupo, el que marcó su futuro, fue 1989, cuando suscribió el primer acuerdo con los campus David y Riverside de la Universidad de California, especializada la investigación de variedades de cultivos. La Universidad de California es un centro de referencia mundial en esta actividad y, en el caso de Eurosemillas, el centro de donde procede y con quien comparte el 70% de sus patentes. La institución prevé que la iniciativa privada pueda participar en sus trabajos de investigación aportando el 25% del presupuesto.

Pero la empresa española también mantiene acuerdos de investigación con centros de todo el mundo, como eI Instituto de Investigación de Escocia para la frambuesa, el de Recursos Genéticos de Estados Unidos para el girasol, el Instituto de la Fresa de Corea y, en España, con la Universidad de Córdoba, el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) en Cataluña, el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y otros relacionados con el algodón y los cítricos, a los que se suman colaboraciones con diferentes instituciones y asociaciones.

Innovación

“Destinamos anualmente para la innovación y la investigación entre cinco y siete millones de euros”, señala Juan Cano. “En unos casos para la obtención de variedades con los centros con quienes mantenemos acuerdos y en otros casos para la obtención de variedades propias”. Esta apuesta ha supuesto más de 70 innovaciones en plantas y semillas, entre las que destacan el aguacate, algodón, cítricos, espárrago, fresa, frambuesa, girasol, pera y, lo más reciente, el desarrollo del pistacho, que se está convirtiendo en cultivo alternativo de almendro o nogal.

Esta política ha supuesto ocupar el liderazgo mundial en la fresa y colocarse entre los grupos líderes en cítricos, con la variedad de mandarina de producción tardía Tango (se vende cuando apenas hay oferta de esta fruta en los mercados y, además, no tiene pepitas).

Tango es una patente registrada en 2007 por la Universidad de California. Su implantación en España tuvo dificultades ante la oposición de los tenedores de la variedad Nadorcoot, que estimaban era una secuencia de ella, también tardía y sin pepitas. Los agricultores valencianos habían estado empleando tradicionalmente una variedad similar bajo la denominación “afourer” pero sin patentar. En 1995 un ciudadano francés la registró y posteriormente vendió los derechos a la empresa SARL Nador Cott Protection, perteneciente a Dominios Agrícolas, de la casa real marroquí.

Eurosemillas defendió los aspectos diferenciales de su variedad y hoy se halla en expansión en todo el mundo, con más de 50.000 hectáreas en Estados Unidos, Sudáfrica, Sudamérica y España. La multinacional cordobesa tiene en marcha cuatro proyectos de calado, uno en Europa con el pistacho y los otros para la variedad Tango en Estados Unidos y China.

El grupo cuenta con 14 sociedades en el mundo, de las que 15 se hallan en Europa, 10 en América, 9 en África y 3 en Asia. Su filosofía es apostar por el desarrollo del medio rural en las zonas donde se implanta.

El presidente considera que Eurosemillas ha pasado de ser una empresa de producción agrícola a una firma tecnológica. Ha cambiado el modelo de negocio. Hasta hace unos años su actividad se basaba en la consecución de patentes y licencias, además de producir directamente las plantas. Actualmente los trabajos de reproducción los llevan a cabo los obtentores que pagan las licencias y hacen las tareas de comercialización.

Ello se ha traducido en que los niveles de facturación del grupo han evolucionado de 100 millones de euros de media a solamente 50 millones en los últimos años. Sin embargo, los beneficios han aumentado hasta superar los 20 millones de euros y los fondos propios han pasado de 35 a 115 millones de euros en una década. De la cifra de negocio manejada por Eurosemillas, un 60% procede de las operaciones en el exterior y el 40% de España. “Somos la primera empresa en la relación entre ingresos y beneficios y la primera en España por ingresos procedentes de patentes”, afirma Juan Cano.

Lo que no se ha modificado es la compaginación de las tareas de investigación, obtención y venta de semillas con las actividad en el campo donde, además de producir, testan sus propias variedades. Eurosemillas dispone de una finca de unas 500 hectáreas en Sevilla para el cultivo de mandarinas; tiene otra explotación de unas 200 hectáreas en Toledo para la producción de pistachos; otras 1.000 hectáreas en Portugal, donde combina el cultivo de cítricos con productos subtropicales, como el aguacate, y otras 400 hectáreas en Chile.

Además, el grupo cordobés participa en diferentes proyectos para la explotación conjunta de otras 7.000 hectáreas en varios emplazamientos africanos, en los que desarrolla explotaciones de cultivo y desmotadoras de algodón y maíz, con los que en conjunto opera sobre unas 9.000 hectáreas en ese continente.

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