Más inestabilidad y menor coste
El ajuste monetario en América Latina ha tenido un resultado positivo para la gestión del riesgo cambiario de las empresas
Tras varios años de estabilidad en el plano político, América Latina ha recuperado protagonismo en la segunda mitad de 2019 de la mano de los acontecimientos vividos en Chile, Colombia y otros países de la región. En el plano económico estructural, la región en su conjunto muestra parámetros de riesgo medio en relación con otros bloques emergentes, pero con muchísima dispersión entre países. La tradicional comparativa entre Argentina y Brasil manifiesta divergencias notables en el ámbito de los desequilibrios estructurales y en la tendencia a la corrección de los mismos, así como en lo tocante a introducción de mejoras para reforzar la estabilidad en el medio plazo. En otros casos, como Colombia o México, son los bajos precios de las materias primas y la inestabilidad política, así como la falta de confianza en las instituciones, los factores que juegan un papel fundamental a la hora de determinar su nivel de riesgo más estructural.
Actualmente cabe mencionar a Chile, habitualmente más asimilado a países desarrollados que a los de su entorno. Ha sido el germen de las recientes protestas sociales, motivadas por la desigualdad, en el resto de países latinoamericanos, habiendo protagonizado momentos de gran inestabilidad que se han traducido en una fuerte volatilidad de los mercados financieros. Cuatro meses después, la incertidumbre sigue en los mercados: en 2020 está previsto que asistamos a la reforma de su Constitución, proceso que mantendrá los interrogantes sobre unas variables financieras que reaccionaron muy negativamente en otoño.
En este contexto, los bancos centrales de los principales países de la región han ido acomodando sus tipos de interés a niveles más bajos que los históricamente observados. Este ajuste monetario, semejante al de sus homólogos en los países desarrollados, ha tenido un resultado muy positivo para la gestión de los riesgos cambiarios de las empresas con exposición a la región: un abaratamiento muy significativo de los costes de cobertura financiera, en un entorno donde el riesgo no se ha reducido sustancialmente.
Así, las empresas españolas con más exposición a la región tienen hoy más posibilidades de cobertura que hace cinco años. Esta afirmación no es una invitación a la protección total de los riesgos de tipo de cambio, pero sí abre la puerta a generar un debate en el seno de los órganos de dirección, y una revisión de las estrategias de cobertura vigentes. La evaluación cuantitativa de los diferentes escenarios que pueden darse en la evolución de los tipos de cambio, en contraposición con el coste de protegerse de los efectos de los mismos, puede mostrar que, en determinados horizontes temporales, la cobertura no solo es recomendable por el menor coste en términos absolutos, sino también justificable, para prevenir el impacto de movimientos extremos en el tipo de cambio.
Pablo Guijarro y Nereida González son profesores de Afi Escuela de Finanzas
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