EE UU anuncia una subida de aranceles a productos franceses y alemanes
Washington apunta a componentes de aviación y bebidas alcohólicas de ambos países, cuyos gravámenes se elevarán el 12 de enero
El Gobierno de EE UU anunció este miércoles por la noche (madrugada del jueves en España) nuevos aranceles sobre algunos productos de la Unión Europea, incluyendo vinos franceses y alemanes, como parte de la disputa por las ayudas que los socios de la Unión dieron al constructor aeronáutico europeo Airbus. La subida arancelaria afecta a partes de avión manufacturadas en Alemania y Francia, así como a algunas bebidas alcohólicas (vinos no espumosos, coñacs y ciertos tipos de brandy) de esos dos países, según ha detallado la Oficina del Representante de Comercio de EE UU.
Los gravámenes entrarán en vigor el próximo 12 de enero y no modifican los que ya se aplican sobre productos españoles. La medida es el último episodio de la disputa comercial a raíz del conflicto por los subsidios que recibió Airbus en detrimento de su rival estadounidense Boeing, que la Organización Mundial de Comercio (OMC) resolvió en favor de Washington. En un esperado fallo arbitral, el organismo internacional determinó en octubre de 2019 los efectos adversos para Boeing en relación con cinco campañas de venta de aviones que Airbus ganó entre 2011 y 2013, y que consideró que el fabricante estadounidense hubiese ganado de no haber existido subvenciones europeas. Por ese motivo, dio luz verde a EE UU para imponer gravámenes a productos europeos por unos 7.500 millones de dólares (unos 6.100 millones de euros, al cambio actual).
Las tornas se dieron la vuelta el pasado septiembre, cuando la OMC resolvió en favor de la UE en una disputa similar que dirimía ayudas de Washington a Boeing. Bruselas fue autorizada a imponer aranceles por 4.000 millones de dólares (más de 3.200 millones de euros) y así lo hizo. Pero el resultado no satisface a la Administración de Donald Trump.
La Oficina del Representante de Comercio de EE UU argumenta que los nuevos aranceles son “un ajuste” porque la Unión Europea ha calculado inadecuadamente sus gravámenes. Concretamente, señala que al usar como base de cálculo un periodo de escaso volumen comercial (a causa de la pandemia), Bruselas ha metido en la lista muchos más productos estadounidenses de los que hubiera podido incluir en condiciones normales para llegar a esa cantidad de 4.000 millones. Además, asegura que para el cálculo ha tomado como base el comercio trasatlántico de la denominada UE-27. Es decir, que lo ha hecho a partir de los datos de los 27 países que formarán la Unión desde este 1 de enero, excluyendo al Reino Unido. Washington cree que se deberían haber considerado también los intercambios con Londres de manera proporcional al periodo en que sigue formando parte de la UE.
Por ello, EE UU ha decidido recalcular sus gravámenes tomando la misma base que Bruselas, de agosto de 2019 a julio de 2020, y señala que con base en ese cálculo las sanciones que está imponiendo se quedan muy por debajo de la cifra a la que le autorizó la OMC. Por ello, decide imponer tasas adicionales a productos de Francia y Alemania, argumentando que son los dos países que dieron una mayor cantidad de los subsidios que la OMC declaró improcedentes.
La Unión Europea y Estados Unidos son aliados tradicionales, pero desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, en enero de 2017, se ha quebrado la confianza mutua y tanto Washington como Bruselas ven con recelo las acciones del otro lado del océano Atlántico. Bruselas espera poder mejorar la relación con el demócrata Joe Biden, quien tomará posesión como presidente el 20 de enero y ha prometido anular algunas de las políticas comerciales nacionalistas que ha adoptado la Casa Blanca en los últimos cuatro años. Tras las ajustadas elecciones del pasado noviembre, no pocos líderes europeos saludaron efusivamente la victoria de Biden, una vez el recuento de votos dejó claro que Trump no repetiría mandato.
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