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Los salarios bajaron durante el primer semestre de 2020 por el coronavirus

Los trabajadores con ingresos más bajos y las mujeres fueron los principales afectados, según denuncia el último informe de la OIT

Gorka R. Pérez
Cuatro trabajadores de la construcción participan en las obras de las plantas de transferencia de residuos de Zaragoza.
Cuatro trabajadores de la construcción participan en las obras de las plantas de transferencia de residuos de Zaragoza.Servicio Ilustrado (Automático) (Europa Press)

Los efectos sanitarios de la crisis del coronavirus siguen generando toda una ristra de contraindicaciones económicas igualmente dañinas para los países. Mientras las perspectivas sobre una recuperación estable dependen del optimismo con el que se quieran tomar los avances de las vacunas, los datos sobre la situación actual de muchos trabajadores siguen desenfocando una salida cercana de la crisis. El último análisis publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), centrado en la situación de los salarios durante el primer semestre de 2020, advierte de que en dos de cada tres países sobre los que ha obtenido datos suficientes, las nóminas o bien se redujeron, o se ralentizó su crecimiento. Los principales afectados por esta merma salarial causada por la pandemia han sido principalmente las mujeres y los trabajadores con ingresos más bajos.

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El informe de la OIT también alerta de que esa subida que podía deducirse del tercio restante se produce, sin embargo, como consecuencia de la pérdida de volumen de trabajadores con salarios más bajos y cuyos datos ya no computan a la hora de establecer la media. El organismo señala que sin el pago de subsidios los resultados de la muestra hubieran sido peores, ya que los trabajadores hubieran perdido el 6,5% de la masa salarial entre el primer y el segundo trimestre de 2020, lo que en el caso de las mujeres crecería hasta el 8,1%, frente al 5,4% de los hombres. Esta diferencia se produce a partir de la reducción de las horas de trabajo, por encima de la disparidad en cuanto al número de despidos.

El organismo internacional señala que la masa salarial perdida a consecuencia de la caída de las horas de trabajo fue del 6,9% en el caso de las mujeres, frente al 4,7% en el de los hombres. Es por ello que celebra el impacto de la implementación de ayudas que, según estima, han compensado “el 40% de la pérdida de masa salarial, incluido el 51% de la pérdida de masa salarial provocada por la reducción de las horas de trabajo”. Esta merma en cuanto a la actividad ha perjudicado mayoritariamente a las ocupaciones de baja calificación más que a los puestos directivos y profesionales mejor remunerados.

“El crecimiento de la desigualdad a causa de la crisis de la covid-19 podría dejar un desolador saldo de pobreza y una inestabilidad social y económica de enormes proporciones”, apunta Guy Ryder, director general de la OIT. “Necesitamos políticas salariales adecuadas, que tengan en cuenta la sostenibilidad del empleo y de las empresas, en las que se aborden también las desigualdades y la necesidad de sostener la demanda. Si queremos reconstruir pensando en un futuro mejor, también hemos de plantearnos cuestiones incómodas, como por qué con tanta frecuencia las ocupaciones de gran valor social, como la de cuidadores y personal docente son sinónimo de sueldo bajo”, añade.

El valor productivo del salario mínimo

Si bien el sopapo económico sobrevenido con la pandemia ha dejado temblando a diversos sectores y con ello a millones de trabajadores, antes de la irrupción del coronavirus muchos de ellos ya realizaban su actividad en condiciones precarias. El estudio advierte que a nivel mundial, 266 millones de personas –el 15% de todas las personas asalariadas– percibían una remuneración inferior a la del salario mínimo por hora, concentrándose estos casos entre las mujeres. “Un salario mínimo adecuado pone al trabajador a salvo de una remuneración baja y reduce la desigualdad”, defiende Rosalía Vázquez, una de las firmantes del análisis. “Sin embargo, lograr la efectividad de las políticas del salario mínimo exige un conjunto exhaustivo e inclusivo de medidas. Significa lograr un mayor cumplimiento, ampliar la cobertura a más trabajadores, y establecer un salario mínimo a un nivel adecuado e ir actualizándolo, a fin de que el trabajador y la familia puedan tener un mejor nivel de vida”, completa.

La última fotografía analítica de la OIT subraya la importancia de fijar un salario mínimo que impulse el desarrollo de los trabajadores. Por ello denuncia que de los aproximadamente 327 millones de asalariados que existen en el mundo cuya remuneración es equivalente o inferior al salario mínimo, 266 ganan menos por hora vigente porque carecen de cobertura legal o porque la normativa se incumple.

Según se detalla en el informe, de 212 páginas, durante los cuatro años anteriores a la llegada del covid-19, el crecimiento de los salarios en los 136 países en los que se concentra el estudio se movió entre el 1,6% y el 2,2%. Ese crecimiento mejora cuando se coloca la lupa sobre las economías avanzadas del G-20, donde se registró un incremento del 22% en Corea del Sur, seguida de Alemania (15%). Estos distintos puntos de partida también resultan claves para estimar no solo las consecuencias del impacto, sino para evaluar el calibre de sus herramientas para ponerles remedio.

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Sobre la firma

Gorka R. Pérez
Es redactor de la sección de Economía y está especializado en temas laborales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en Cadena Ser. Es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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