_
_
_
_

El PIB de la eurozona rebotó un 12,6% en el tercer trimestre tras la caída histórica del 11,8% en el período anterior

La reapertura y el optimismo del verano quedan reflejadas también en la recuperación del 11,6% del conjunto de la UE

Guillermo Abril
Christine Lagarde, presidenta del BCE, tras la rueda de prensa del pasado jueves.
Christine Lagarde, presidenta del BCE, tras la rueda de prensa del pasado jueves.SANZIJANA PERJU / EUROPEAN CENTR (EFE)

La ley implacable de la pandemia deja su huella en los hospitales, los confinamientos, los cierres de locales y negocios, y también en la economía: a la caída en picado sin precedentes de la zona euro, le siguió un histórico rebote. Acción y reacción. Debacle y recuperación. El producto interior bruto (PIB) de los 19 países del euro creció un 12,6% en el tercer trimestre del año, según ha publicado este viernes Eurostat, la oficina estadística europea. A su vez, los veintisiete Estados de la Unión Europea experimentaron una expansión del 11,6%.

Son cifras jamás observadas desde 1995, cuando comenzaron a elaborarse las series estadísticas, y una respuesta predecible y esperada a la catástrofe también histórica que generó la covid en los países europeos y en el resto del mundo durante el primer y, sobre todo, el segundo trimestre del año, cuando el PIB de la eurozona y la UE implosionaron: cayeron un 3,7% y un 3,3% respectivamente entre enero y marzo; y un 11,8% y un 11,4% de abril a junio de 2020.

La recuperación recoge el efecto lógico de la reapertura y vuelta a la vida en verano tras el cerrojazo de la primera ola, pero no deja de ser un espejismo o, quizá mejor, un breve instante de calma optimista antes del golpe de la segunda ola, en la que toda la UE se encuentra inmersa en estos momentos. Es de algún modo la foto de esa Europa que arrancaba de nuevo el motor y asomaba la cabeza poco a poco solo para replegarse de nuevo con los rebrotes, que anuncian una tormenta económica en la publicación de los indicadores de los próximos meses.

La UE experimenta así una recuperación parcial, y la dentellada del coronavirus resulta considerable. El PIB de la zona euro muestra un agujero del 4,4% respecto al mismo trimestre del año anterior, y del 4,3% entre los Veintisiete. Este indicador ya fue demoledor entre abril y mayo, cuando la economía se derrumbó un 14,8% (eurozona) y un 13,9% (UE), respecto al mismo trimestre del año anterior.

Una comparativa con Estados Unidos deja algunas costuras europeas al aire. La superpotencia americana, tras una caída del 9% en el segundo trimestre, rebotó un 7,4% en el tercero, y suma una retroceso del 2,9% con respecto al mismo trimestre del 2020.

Francia, que crece un 18,2% con respecto al segundo trimestre, es el país que encabeza la alocada recuperación del verano. España es el segundo que más remonta de toda la UE: su PIB se incrementó en un 16,7% tras haber caído un 17,8% en el segundo trimestre, cuando protagonizó el principal derrumbe de la UE. En la locomotora alemana, en cambio, no parecen necesitar cinturón de seguridad: las curvas, dentro de la magnitud, son más suaves. El PIB de Alemania cayó un 9,8% en primavera y se recuperó un 8,2% en verano. Italia y Eslovaquia, además de Francia, crecieron más en el tercer trimestre de lo que cayeron en el segundo.

En cuanto al empleo, otro de los datos adelantados este viernes por Eurostat, la tendencia es similar: el número de personas con trabajo creció un 0.9% con respecto al trimestre anterior tanto en la zona euro como en la UE, otra cifra sin precedentes en la serie temporal y una reacción al batacazo del 2,9% en la eurozona y del 2,7% de la UE sufridos el trimestre anterior. El empleo acumula caídas del 2% en la eurozona y del 1,8% en el conjunto de la UE en comparación con el mismo trimestre del 2019.

El pronunciado declive económico de la primavera seguido de la elevada pendiente ascendente en verano trazan esa uve que auguraban los economistas y líderes políticos durante el primero trompazo de la covid. Pero la previsible recaída en el último trimestre del año pronostica, como poco, una curva del PIB más bien similar a una uve doble. O, quién sabe, quizá si la vacuna no acaba de llegar y el coronavirus no acaba de marcharse, los vaivenes de la economía europea terminen pareciéndose a una cordillera llena de cumbres y valles.


Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Guillermo Abril
Es corresponsal en Pekín. Previamente ha estado destinado en Bruselas, donde ha seguido la actualidad europea, y ha escrito durante más de una década reportajes de gran formato en ‘El País Semanal’, lo que le ha llevado a viajar por numerosos países y zonas de conflicto, como Siria y Libia. Es autor, entre otros, del ensayo ‘Los irrelevantes’.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_