Las restricciones lastrarán la recuperación, con un menor rebote de la actividad en 2021

El estado de alarma decretado por el Gobierno de Pedro Sánchez el domingo, así como las nuevas restricciones impuestas —y las que caben bajo este paraguas, como la limitación de la movilidad entre comunidades—, supone un mazazo para determinados sectores, especialmente el ocio nocturno, que tendrá que hibernar un tiempo más. La segunda ola llegó hace semanas y ahora amenaza con arrasar parte de la recuperación económica anotada en los últimos meses. O al menos retrasarla algo más.

La mayoría de casas de análisis contemplaban este escenario en sus previsiones económicas. Aseguran que habrá que descontar poco de la evolución estimada del PIB para final de año. Esa es la parte buena, pero hay una cara b: se confirman los peores augurios y España estará en la franja baja de las previsiones para los próximos trimestres. Un contratiempo que retrasará la vuelta a los niveles precrisis. El FMI ya tuvo que corregir sus cálculos hace unas semanas. Entonces dijo que España no recuperaría el PIB previo a la covid hasta 2023. Las cuentas del Gobierno, según el Plan Presupuestario enviado a Bruselas, son más optimistas y esperan llegar a este punto a inicios de 2022 con el impulso de las ayudas europeas. Ahora quedan en el aire y está por ver si se cumplen o se alarga más la agonía.

“Esto supondrá una ralentización en la salida de la crisis”, sostiene sin rodeos Ángel de la Fuente, director de Fedea. Así, habrá una zona valle en la que la mejora será más liviana de lo esperado. “Cuándo se llegará a los niveles precrisis dependerá de la situación sanitaria. Es imposible poner números ahora, aunque es evidente que se aplaza”, añade.

Los expertos del BBVA Research coinciden en ese análisis. “Este nuevo rebrote retrasa la convergencia con los niveles previos a la pandemia”, asegura Miguel Cardoso, del BBVA Research. El servicio de estudios del banco ya rebajó la previsión de crecimiento para el cuarto trimestre hace una semana, de una subida del 4% al 2%, y para 2021, del 8% al 6%. Se hizo teniendo en cuenta el empeoramiento de la situación sanitaria y posibles medidas como las tomadas, aseguran. “El efecto de las restricciones será reducido comparado con las de marzo y abril. En principio, no debería comportar un deterioro adicional al que ya se observaba para la parte final del año”, confirma Cardoso.

Por tanto, las medidas de contención frenarán el rebote económico que se esperaba para 2021. “El aumento de la incertidumbre afectará sobre todo en la demanda”, añade Cardoso. De esta forma, se abre la posibilidad de escenarios más negativos si se implementan nuevas medidas restrictivas. Esto es, el peor escenario se ha convertido en la realidad. Y pone a España con más margen de recorrido a la baja.

Hasta ahora, las estimaciones estaban en una horquilla de caída para 2020 entre el 11% del Ejecutivo y el 13% de Funcas. Y para 2021, la diferencia es todavía más sustancial, con alzas del 6%, según el BBVA Research, o del 9,8% según el Gobierno, el más optimista de todos en sus cálculos.

Además, las nuevas medidas tendrán un impacto aún difícil de medir y se visibilizarán más adelante: las restricciones generan inseguridad, lo que contraerá el gasto y la actividad. “Hay más miedo y la gente es más reacia a ir de compras, por ejemplo”, explica De la Fuente. Por tanto, se retrasarán decisiones de compra, lo que afectará a sectores como el comercio, el turismo y la hostelería. “Esta situación cala con facilidad sobre la gente. La incertidumbre ralentizará la demanda y el gasto”, zanja en la misma línea Cardoso.

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