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Bruselas pretende generar 160.000 empleos a través de reformas “verdes” en los edificios

La Comisión presenta un plan para mejorar la eficiencia energética de inmuebles y reclama 80.000 millones de euros para ponerlo en marcha

El vicepresidente del Ejecutivo comunitario encargado de sacar adelante el Nuevo Pacto Verde, Frans Timmermans, en la presentación esta mañana de la llamada Ola de Rehabilitación par Europa.
El vicepresidente del Ejecutivo comunitario encargado de sacar adelante el Nuevo Pacto Verde, Frans Timmermans, en la presentación esta mañana de la llamada Ola de Rehabilitación par Europa.Delmi Álvarez
Guillermo Abril

Bruselas quiere alinear todos los astros para darle a la Unión Europea el definitivo impulso verde que lleva meses esbozando. Y el sector de la construcción y las reformas parece ser el siguiente planeta en la lista. Con la salvaje dentellada que la covid le ha pegado a las economías de los Veintisiete como telón de fondo, la Comisión le ha dado hoy el visto bueno a la llamada Ola de Rehabilitación para Europa (Renovation Wave for Europe, en inglés), un gigantesco plan de renovación de edificios que se financiará en gran parte con unos 80.000 millones de euros del Fondo Europeo de Recuperación. La Comisión quiere dar prioridad a este tipo de inversión en los planes nacionales y espera que los Estados destinen a esa partida hasta el 12% del fondo, lo que en el caso de España supondrían unos 7.200 millones de euros.

La estrategia con la que se pretende matar dos pájaros de un tiro: por un lado busca remozar hasta 35 millones de edificios públicos y privados en la próxima década para mejorar su eficiencia energética y reducir su huella ecológica; y a la vez pretende, a través de ese lavado de cara, generar empleo, unos 160.000 puestos de trabajo “verdes”, según la Comisión. Esto es: mano de obra del sector de la construcción, pero con la transición ecológica como tarea.

Con la estrategia pretende matar dos pájaros de un tiro: por un lado busca remozar hasta 35 millones de edificios públicos y privados en la próxima década para mejorar su eficiencia energética y reducir su huella ecológica; y a la vez pretende, a través de ese lavado de cara, generar empleo, unos 160.000 puestos de trabajo “verdes”, según la Comisión. Esto es: mano de obra del sector de la construcción, pero con la transición ecológica como tarea.

El plan prevé duplicar progresivamente la tasa de renovación de inmuebles, que actualmente se encuentra en el 1% anual, hasta llegar al 2% en 2030. Y se centrará en lo que denomina “reformas profundas”, aquellas que reduzcan el consumo energético “en al menos un 60%”. La propuesta será una piedra angular en la senda establecida por Bruselas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero europeas un 55% en 2030, como paso intermedio para alcanzar en 2050 la neutralidad climática . Los edificios, según cálculos del Ejecutivo comunitario, son en la actualidad responsables de un 40% del consumo de energía y generan un 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE. Para cumplir con los objetivos se deberían “reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de los edificios un 60%, su consumo energético total un 14% y su consumo energético para calefacción un 18%”, señala el documento aprobado por la Comisión.

Aunque la estrategia no desgrana cifras concretas, la comisaria de Energía, Kadri Simson, ha mencionado en su presentación una inversión suculenta, que provendría de los 672.500 millones del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia pactado en julio por los líderes europeos para paliar los estragos de la pandemia. El 37% de este paquete de ayudas y subvenciones, aún en trámite de aprobación y objeto de una intensa pugna entre el Consejo y el Parlamento Europeo, estarán dirigidos a gastos relacionados con el clima. “Si los Estados miembro usaran un tercio del dinero asignado a la rehabilitación, supondría 80.000 millones en los próximos años”, ha reclamado Simson.

A España, con la calculadora en la mano, es probable que le salgan buenos números: este país es, con 140.000 millones de euros, el segundo mayor beneficiario de los fondos de recuperación, por detrás de Italia; y a la vez supone una de las economías europeas en las que el sector de la construcción tiene más peso. En el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima enviado a Bruselas, España ya contempla acciones específicas en edificios, como la rehabilitación de 1,2 millones de bloques residenciales para 2030 y la renovación del sistema de calefacción de unos 300.000 edificios anuales. Si en Bruselas hay quien a veces pone en duda la capacidad española de absorber las multimillonarias ayudas, este es justo un territorio en el que el país se desenvuelve con soltura.

"La Ola de Rehabilitación mejorará los lugares en los que trabajamos, vivimos y estudiamos a la vez que reducimos nuestro impacto en el medio ambiente y proporciona trabajo a miles de europeos”, según ha pronosticado el vicepresidente del Ejecutivo comunitario encargado de sacar adelante el Nuevo Pacto Verde, Frans Timmermans. En la UE la emergencia sanitaria ha provocado una caída en el sector de la construcción del 15,7% en un año y las inversiones en eficiencia energética se han reducido un 12% en 2020, según la Comisión. Bruselas confía en el potencial efecto multiplicador del sector del remozado verde: por cada millón de euros invertido, calcula la Comisión, se crearían entre 12 y 18 puestos locales de trabajo.

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Sobre la firma

Guillermo Abril
Es corresponsal en Pekín. Previamente ha estado destinado en Bruselas, donde ha seguido la actualidad europea, y ha escrito durante más de una década reportajes de gran formato en ‘El País Semanal’, lo que le ha llevado a viajar por numerosos países y zonas de conflicto, como Siria y Libia. Es autor, entre otros, del ensayo ‘Los irrelevantes’.

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