Credibilidad bajo mínimos

En 2015, los españoles decidimos fragmentar nuestro voto y la ingobernabilidad es la nueva norma. El ciclo presupuestario, un pilar determinante que costó décadas construir para tener una economía y una democracia sana, refleja la grave crisis institucional. El Gobierno de Sánchez lleva dos años gobernando con unos Presupuestos prorrogados de 2018 que se aprobaron siete meses tarde y que incumplieron el mecanismo europeo al aprobar medidas de aumento de las pensiones sin subidas de impuestos o recortes de gasto en otras partidas.

En esta columna todos los años he denunciado que los ingresos previstos en los Presupuestos desde entonces estaban inflados y los gastos infraestimados, lo que ayudaba a explicar que los Gobiernos de Rajoy incumplieran sistemáticamente sus compromisos de déficit con Bruselas. Cuando Sánchez llegó a La Moncloa la credibilidad fiscal de España era mínima. Pero lo de esta semana supera todos los límites.

El Presupuesto debería estar ya presentado en las Cortes por ley. Para presentar el plan de reactivación que va a enviar a Bruselas, el Gobierno publicó una presentación con un cuadro macroeconómico que empeora sus previsiones de abril de caída del PIB, aumento de la tasa de paro y del déficit. El Presupuesto estima los ingresos hasta agosto del año en curso y hace una previsión hasta final de año. Y sobre esa cifra y el cuadro macro estima los ingresos de 2021 y determina las transferencias que llegarán a las comunidades autónomas y a los Ayuntamientos.

Esa cifra no aparece ni por cada impuesto, ni por el total de recaudación prevista. Y lo que sabemos es que el dinero que recibirán las comunidades será similar al de este año sobre las estimaciones de 2018 prorrogadas. La recaudación por IVA ha caído un 12% hasta agosto y las autonomías tendrán que devolver mucho dinero en 2022.

El techo de gasto sin fondos europeos aumenta un 26%, un crecimiento sin precedentes históricos; y con los fondos un 50%. ¿Será gasto estructural o transitorio? Misterio. Es muy probable que en 2022 la Comisión exija cumplir el mecanismo preventivo europeo y entonces el Gobierno tendrá que presentar un fuerte recorte de gasto y subidas de impuestos estructurales. ¿Es esa la causa por la que el Gobierno no publica una senda de déficit a tres años?

En los últimos seis años España ha ejecutado 19.000 millones de fondos europeos. ¿Alguien puede creerse que van a ejecutar 27.000 millones en 2021 como han anunciado? Los fondos ya están asignados por partidas finalistas sin conocer aún los planes de comunidades y Ayuntamientos, que serán los que ejecuten la mayor parte. Hasta ahora, Economía diseñaba los planes y Hacienda certificaba a Bruselas la ejecución del gasto. Ahora la coordinación la llevará directamente La Moncloa. Y se ha filtrado que se usarán los fondos políticamente condicionados al apoyo en el Congreso de los Presupuestos.

España es una economía con respiración asistida del BCE y sus compras de deuda. Si esas compras acaban o dejan de funcionar, que Dios nos asista.