_
_
_
_
_

Matadepera, un pueblo del textil enriquecido por el juego

Empresarios del municipio vinculan la subida de la renta per cápita con la venta de Cirsa

Una vivienda en una urbanización de Matadepera.
Una vivienda en una urbanización de Matadepera.CRISTOBAL CASTRO
Dani Cordero

Matadepera es un municipio de poco más de 9.000 habitantes situado a unos 40 kilómetros de Barcelona. Una décima parte de esa población vive en el centro histórico del municipio, mientras que el resto se esconde por las urbanizaciones que crecen a su alrededor, en casas unifamiliares protegidas por muros o setos. Dicen que posiblemente sea el municipio catalán con más kilómetros de asfalto debido a su modelo de ciudad extendida. Visto a ras de suelo predomina el verde, pero si uno tiene la fortuna de sobrevolarla —o de otearla desde Google Maps— el azul piscina motea esta zona limítrofe con el parque de Sant Llorenç del Munt. “A no ser que la casa tenga 60 años, el resto tiene piscina”, explica un promotor inmobiliario de la zona. “Y la gente es muy discreta”, añade.

Por eso, señala una persona bien relacionada con el empresariado de la zona, cuando Matadepera se coló por primera vez entre los municipios con mayor renta per cápita de España en un encuentro plagado de empresarios saltó un mensaje: “Esto no puede correr”. Desde entonces la población se ha mantenido en esas posiciones de cabeza. Hasta el martes, cuando con las estadísticas de 2018 en la mano esa renta disponible se multiplicó por cuatro en un solo año y saltó a los 166.006 euros. Pozuelo de Alarcón, otro clásico de la clasificación de la Agencia Tributaria, se quedó en los 58.000 euros “Lo ha visto en las noticias y mi mujer está acojonada. Es una llamada a los cacos”, explica en el patio de su casa un empresario retirado, quien asegura que la zona sufre tres o cuatro robos al mes pese a las medidas de seguridad, lo que ha activado una especie de patrullas vecinales.

Es imposible de confirmar el motivo, pero un par de empresarios consultados tras la publicación de los datos señalaban que el origen del salto multiplicador de la renta de Matadepera solo puede ser uno. Manuel Lao vendió hace dos años la empresa del juego y de tragaperras Cirsa a Blackstone por un importe superior a los 2.000 millones de euros. Y Lao es uno de los residentes ilustres de este municipio, junto al presidente de Repsol, Antonio Brufau, el ahora entrenador de futbol Xavi Hernández o el escritor Jaume Cabré. La monetización de acciones empresariales ha vuelto así a dar un revolcón a las estadísticas: en 2017, la venta de un paquete de Danone llevó a Avinyonet del Penedès, también en Barcelona, al cetro de la ciudad más rica para sorpresa de sus habitantes.

Matadepera ha crecido al margen de su pasado. Hace un siglo la burguesía textil de Terrassa y Sabadell establecieron en este municipio —sano por la pureza de su aire— sus torres de veraneo. Luego se acortaron las distancias y acabaron trasladando sus domicilios. Hace 40 años, antes de la enésima crisis que impactaría sobre el textil en España, instalarse en el municipio todavía era una muestra de “éxito” en los negocios, relata uno de los pocos empresarios que mantienen domicilio en la población y una firma textil aún con vida.

Con el tiempo, quedan antiguos empresarios del metal, el textil y la química; y se han sumado los del juego. Pero el crecimiento ha llegado también de la mano de muchos profesionales de clase media alta atraídos por el efecto llamada y que han mantenido una renta per cápita elevada (41.800 euros en 2017) en el pueblo. Siguen llegando de las dos grandes ciudades de la comarca del Vallès Occidental, pero ahora se ha sumado una pequeña porción de barceloneses. “Aquí grandes millonarios ya no hay”, dice uno de los empresarios señalados. Otro, de renombre en Barcelona, asegura que pese a todo, él no aporta a la renta per cápita, sino al contrario: la hace caer.

“No somos nada glamurosos, aquí en Matadepera”, explica un habitante que reside cerca de la familia Lao. Pese a esas explicaciones, en algunas urbanizaciones, donde no faltan las cámaras de seguridad, se organizan certámenes de música clásica para los vecinos. Mientras tanto, en en el casco antiguo hierve el asociacionismo. Aunque los principales puntos de reunión de los vecinos con más poder adquisitivo siguen siendo los tres clubes de hockey hierba que se asocian a la vecina Terrassa.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_