La hostelería salva los ERTE, pero sale a la calle para exigir un rescate del sector
La patronal Hostelería de España pide al Gobierno que fomente el consumo para afrontar los próximos meses
Una caravana de camiones de marcas cerveceras y de todo tipo de proveedores de bares, restaurantes y hoteles ha atravesado este martes Madrid para exigir al Gobierno central y las comunidades autónomas el rescate de la hostelería. La protesta fue convocada por la patronal Hostelería de España para exigir la inclusión de este sector en el acuerdo de extensión de los ERTE más allá de septiembre, una petición que se hizo realidad horas antes del comienzo de la marcha, en la tarde del lunes, cuando se anunció que estas ayudas se extenderán a todos los sectores hasta el 31 de enero. Aun así, la manifestación se ha mantenido para reivindicar un plan de recuperación del sector, que ha visto recortado sus ingresos a la mitad en lo que va de año.
“Hemos estado hasta el último minuto para conseguir extender los ERTE”, ha criticado Emilio Gallego, secretario general de Hostelería de España. “Ahora necesitamos continuar con otras medias al estilo de otros países europeos”. Gallego ha puesto de ejemplo a Gobiernos vecinos que han reducido el IVA en el sector y han dado bonos de apoyo para fomentar el consumo de las familias. Los convocantes de la protesta también han pedido la inclusión de la hostelería en la aplicación de los fondos europeos y ayudas para el fomento del empleo.
Todo esto, para fortalecer la hostelería a corto plazo. Pero también para ser competitivos en el futuro. “Lo que no podemos permitirnos es que cuando pase el virus otros destinos turísticos hayan protegido su industria [y España, no]” ha concluido el líder de los hosteleros.
La columna de vehículos, de unos 320 coches y camiones, según el Ayuntamiento, ha paralizado el tráfico durante unos minutos en algunos puntos de la ciudad y ha finalizado su recorrido frente al Ministerio de Industria. Allí se encontraban Carlos y Alberto, dos propietarios de bares en la Cava de San Miguel –junto a la Plaza Mayor de Madrid–, una zona que vive del turismo, ahora desaparecido de la ciudad. “No llegamos ni al aforo que ha propuesto la Comunidad de Madrid porque no hay clientes”, coinciden ambos. Alberto hace hincapié en que los restaurantes son lugares seguros y pide que no les recorten el horario de trabajo: “Con grupos reducidos se puede seguir funcionando, lo que no podemos es cerrar a las diez de la noche”.
La caravana de protesta de este martes, se suma a las numerosas manifestaciones que el sector hostelero ha realizado este mes. La última tuvo lugar este lunes en Toledo, a la que acudieron medio millar de personas, según los organizadores. La Federación Española de Empresas de Distribución a Hostelería y Restauración cifra la caída del negocio del sector en un 45% hasta mediados de septiembre en todo el país. La dependencia del turismo de las islas ha hecho que Baleares y Canarias sean las regiones más afectadas, con recortes de los ingresos del 61% y el 54%, respectivamente.
En Madrid, donde el Ministerio de Sanidad presiona a la Comunidad para que extienda los confinamientos de algunas áreas sanitarias, casi el 80% de los locales están ahora abiertos, aunque con facturaciones muy bajas “de en torno al 20% en la zona centro”, lamenta José Antonio Aparicio, presidente del Gremio de Restauradores de la Plaza Mayor. En los barrios que ya han sido confinados, según el representante del sector en el centro de la capital, también se ha ralentizado el consumo por el miedo de los vecinos.
El cierre del año depende ahora de cómo se desarrolle el cuarto trimestre. Lo ha reconocido este martes la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros en el que se ha aprobado la extensión de los ERTE: “Si salvamos el otoño y el invierno, salvaremos la recuperación”. Pero los propietarios de hoteles, bares y restaurantes son pesimistas. “La única hostelería que se salva del miedo al contagio es la de terrazas porque los establecimientos del centro de Madrid son muy pequeños”, ha asegurado José Antonio Aparicio. “Cuando las terrazas dejen de funcionar por el frío, vamos a tener un grave problema”.
Hace dos semanas, la capital sufrió su primer fin de semana de lluvia y bajas temperaturas y Hostelería de España preguntó a sus asociados sobre las consecuencias del mal tiempo. “Solo uno de cada cinco negocios consideró que su actividad se mantuvo similar a un día normal, el 80% perdió al menos el 75% de sus ingresos”, lamenta el líder de la patronal. “La única solución a la situación sanitaria son las terrazas, por eso estamos pidiendo a los Ayuntamientos que faciliten su concesión”.
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