Francia rechaza la amenaza de Trump a sus vinos por la tasa Google
El presidente estadounidense promete una “acción recíproca sustancial” contra París
Donald Trump no bebe alcohol pero dice saber que “los vinos americanos son mejores que los franceses”. Lo que sí sabe es que amenazar con aranceles la importación de vinos galos supondría un duro golpe para Francia. Por eso, el presidente estadounidense ha amenazado con esta medida para protestar por la “estupidez” de su par francés, Emmanuel Macron, de impulsar la tasa Google aprobada este mismo mes y que Washington estima apunta a sus empresas nacionales, extremo que París niega. Pese a la dureza de las palabras de Trump, expresadas el viernes mediante un furibundo tuit, Francia por el momento no parece dispuesta a dar marcha atrás.
“Francia aplicará esta tasa votada por unanimidad en la Asamblea Nacional”, respondió este sábado el ministro de Economía, Bruno Le Maire, quien volvió a rechazar que sea una medida diseñada contra empresas estadounidenses. La normativa, que prevé una tasa de 3% a los ingresos de servicios digitales en Francia, se dirige, recordó, a todas las tecnológicas que tengan un volumen de negocios de más de 750 millones de euros en todo el mundo y de 25 millones en Francia, por lo que “también afectará a compañías europeas o chinas”.
Le Maire retomó el argumento esgrimido también por Macron, quien el viernes habló con Trump y, según el Elíseo, insistió en que la tasa Google es un “tema de interés común” sobre el que “hay que continuar actuando para obtener un amplio acuerdo internacional”. Una “ocasión importante para avanzar” en esta materia, agregó, será la cumbre del G7 en Biarritz el mes que viene.
Precisamente, la polémica por la imposición fiscal a las plataformas digitales y otras multinacionales del ramo -conocidas también como Gafa: Google, Amazon, Facebook y Apple-, medida en la que Francia es pionera pero que estudian otros países, incluida España, centró buena parte de la última reunión preparatoria de la cita en el sur de Francia. La semana pasada, Le Maire reunió a sus pares del G7, incluido el secretario norteamericano del Tesoro, Steve Mnuchin, en Chantilly, en las afueras de París. Tras duras negociaciones que se prolongaron hasta la noche, los ministros acordaron avanzar de manera conjunta para responder a “los desafíos fiscales que representan la digitalización de la economía y los fallos del sistema actual de los precios de transferencia”. A falta de que los jefes de Estado del G7 den su visto bueno en Biarritz, la idea presentada por los ministros es que la OCDE presente a comienzos de 2020 una “arquitectura” de reglas que puedan adoptar todos los Estados.
Aunque Mnuchin, con quien Le Maire tenía previsto volver a hablar este sábado, advirtió de que aún faltaba mucho antes de poder celebrar acuerdo alguno, Chantilly dejó la sensación de que se había apaciguado la tensión bilateral desatada por la tasa francesa, que provocó una investigación de la oficina de Comercio Exterior de los Estados Unidos.
De ahí que a París le sorprendiera el furibundo tuit de Trump.
“Francia acaba de imponer una tasa digital a nuestras grandes compañías tecnológicas estadounidenses. Si alguien las fiscaliza, debería ser su país de origen, EE UU. En breve anunciaremos una acción recíproca sustancial ante la estupidez de Macron. ¡Siempre he dicho que el vino norteamericano es mejor que el vino francés!”, tuiteó el viernes el inquilino de la Casa Blanca. Le Maire, en declaraciones tanto en francés como en inglés, le pidió este sábado “no mezclar” las dos cuestiones.
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