El fin de la era Ghosn: Renault nombra a su nueva cúpula tras su dimisión
El francés Jean-Dominique Senard, de 66 años, número uno del fabricante de neumáticos Michelin, es el nuevo presidente del grupo. Thierry Bolloré será director general
La era Ghosn ha terminado. El consejo de administración de Renault confirmó este jueves como nuevo presidente del grupo automovilístico francés a Jean-Dominique Senard, hasta ahora número uno del fabricante de neumáticos Michelin, y a Thierry Bolloré como director general. Concluye así, o al menos eso esperan tanto el gigante automotor galo como el Gobierno francés, la era de indecisión que comenzó con la detención en Japón del otrora todopoderoso presidente del consorcio Carlos Ghosn, el 19 de noviembre.
A estas alturas, la dimisión de Ghosn, acusado por las autoridades japonesas de irregularidades fiscales al frente de Nissan, no era más que un trámite. Aun así, Francia esperó a recibir oficialmente la renuncia del hombre que estuvo al frente de Renault desde 2005 y que elaboró las alianzas internacionales que los franceses esperan mantener antes de confirmar lo que ya todos esperaban, la nueva cúpula de Renault. Que la dimisión de Ghosn la anunciara horas antes de la cita de Renault en su sede en las afueras de París el propio ministro de Economía de Francia, Bruno Le Maire, desde el foro de Davos, no fue casualidad. Le Maire había dado ya implícitamente la orden del cambio al anunciar, el domingo pasado, que el Gobierno dejaba de apoyar al otrora todopoderoso dirigente y que era hora de nombrar a sus sucesores para garantizar una “gobernanza sólida y perenne”. Esta es la tarea que tienen ahora ante sí Senard, de 66 años, y Bolloré, de 55, que se repartirán los poderes que hasta ahora reunía en su persona el empresario de origen brasileño-libanés.
“El consejo de administración ha decidido proporcionar a Renault una nueva estructura de gobierno y, en esta ocasión, instituir una separación de funciones del presidente y del director general”, explicó la compañía en un comunicado.
Así, Senard, además de las tareas propias como presidente, deberá “evaluar y, de ser necesario, cambiar la gobernanza de Renault para garantizar la transición a la nueva estructura”, decidió el consejo de administración en su encuentro, celebrado en la sede de la empresa en Boulogne-Billancourt, en las afueras de París. Según el comunicado, Senard deberá presentar sus propuestas sobre la evolución de este proyecto “antes de la próxima reunión general de accionistas”.
Senard será además el “interlocutor principal” ante la alianza con los socios japoneses de Renault. El consejo de administración “desea supervisar de manera activa el funcionamiento de la Alianza” con Nissan y Mitsubishi, para lo cual ha dado al nuevo presidente la “total responsabilidad para gestionar la Alianza en nombre de Renault”, en colaboración Bolloré, indica el comunicado. En esta capacidad, Senard será el “interlocutor principal” ante Nissan y los demás socios “para cualquier discusión sobre la organización y evolución” de la alianza automovilística franco-japonesa, nacida en 1999 entre Renault y Nissan, y a la que Mitsubishi se incorporó en 2016. Será también el “representante principal” de Renault en los organismos de gestión de la Alianza y “en Nissan cuando Renault tenga el derecho de propuesta”, agrega.
“Es importante que esta alianza continúe siendo extremadamente fuerte”, dijo Senard tras la decisión de Renault, informa Reuters. “Es nuestro deber seguir avanzando juntos”, insistió.
El nombramiento de Senard fue rápidamente “saludado” por Nissan, que considera que con este paso “se abre un nuevo capítulo” en la alianza automovilística, declaró el máximo directivo del fabricante japonés, Hiroto Saikawa, que también dijo esperar “una comunicación mejor” con su socio francés.
“La alianza Renault-Nissan debe seguir siendo el número 1 mundial”, instó por su parte el ministro francés Le Maire.
Hace una semana, Mitsubishi acusó a Ghosn de haber recibido un pago ilegal de 7,82 millones de euros entre abril y noviembre del año pasado, desembolsado por una joint venture de las dos automovilísticas niponas. Mitsubishi se incorporó a la alianza entre Renault y Nissan en 2016, cuando esta última empresa adquirió un 34% de sus acciones. Como parte de la operación, Ghosn asumió también la presidencia de Mitsubishi, una firma que entonces intentaba recuperarse de un escándalo de manipulación de los datos de consumo de combustible de sus vehículos. La alianza automovilística franco-japonesa emplea a 450.000 personas y produce anualmente cerca de diez millones de vehículos. Uno de cada nueve coches que se vende hoy en el mundo procede de las fábricas Renault-Nissan-Mitsubishi.
Ghosn también está acusado de ocultar una parte —unos 70 millones de euros— de sus ingresos millonarios pactados con Nissan entre 2010 y 2018 y de usar a la compañía para cubrir las pérdidas de algunas inversiones a título personal. El empresario de origen brasileño, una de las personalidades más admiradas en el mundo del motor hasta su sonada detención, ha negado repetidamente los cargos que se le imputan y que han terminado con su poderoso reinado en el mundo del motor.
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