La incertidumbre política alimenta el pesimismo de los directivos mundiales
Los ejecutivos de Davos anticipan una desaceleración mayor de lo previsto en la economía
La política se ha colado de lleno en las agendas de los directivos mundiales y ha provocado un fuerte deterioro de las expectativas empresariales. Aquellos que prevén una mejora de la economía en los próximos meses han pasado del 57% de 2018 al 42% de los entrevistados por PwC y los que auguran un deterioro, han subido del 5% al 30%. Este pesimismo se explica por la incertidumbre política, los conflictos comerciales y la tensión geopolítica, según la encuesta mundial de CEOs que PwC ha presentado este lunes en Davos.
Son ya 22 los años que PwC lleva presentando esta encuesta en el marco del Foro Económico Mundial y, echando la vista a atrás, si en algo se han mostrado fiables los ejecutivos es en anticipar la dirección de la economía global. Si esa capacidad predictiva se mantiene este año, “la pérdida de confianza de los CEOs mundiales podría indicar un crecimiento económico mucho menor de lo previsto” por los principales organismos internacionales, que ya están ajustando a la baja sus expectativas.
Más preocupantes son las perspectivas de los ejecutivos a medio plazo. Aquellos que esperan que dentro de tres años la situación haya mejorado son casi los mismos que confían en un repunte de sus negocios en este ejercicio (36% frente a 35%). Solo en las primeras etapas de la recesión de 2007 y 2008 la confianza a medio plazo de los directivos se sitúo por debajo de la confianza a corto plazo. Ese es el caso en América del Norte, en Europa y los antiguos países del Este.
Por primera vez, los ejecutivos chinos consideran que es más atractivo invertir en otro país que no sea EE UU
Entre las preocupaciones que explican este pesimismo destaca el auge de los nacionalismos y del populismo a ambos lados del Atlántico, por su impacto sobre la fragmentación de los mercados y las políticas unilaterales lo que dificulta la capacidad de las empresas para hacer negocios. Ni el terrorismo ni el cambio climático que tanto preocuparon a los ejecutivos en las últimas ediciones se cuelan entre las 10 principales preocupaciones de este año.
En esas condiciones, los CEOs empiezan a mirar más a sus mercados domésticos y a cambiar de objetivos. El cambio más evidente se percibe entre los ejecutivos chinos que, como consecuencia de la guerra comercial que libran China y EE UU, por primera vez consideran a Australia como el territorio más atractivo para crecer (21%), por delante de Estados Unidos (17%). En Latinoamérica y África, sin embargo, que se benefician en parte de la guerra comercial, el proteccionismo no supone ninguna causa de preocupación.
La primera economía mundial sigue siendo el destino preferido para crecer por los primeros ejecutivos mundiales (27%) por delante de China (24%), Alemania (13%) e India (8%). En el caso español, Brasil se cuela en el segundo puesto (15%), al mismo nivel de Alemania y detrás de EE UU (27%).
Para impulsar el crecimiento de sus empresas en este contexto, los directivos prestan cada vez más atención a las tecnologías emergentes como la Inteligencia Artificial. Los ejecutivos españoles –39 de los 1.378 entrevistados por PwC—, en línea con sus colegas internacionales, consideran que la Inteligencia Artificial va a tener un impacto mayor a nivel global que la revolución que supuso en su día la introducción de Internet. Más aún, un 44% de los directivos españoles y un 49% a nivel global consideran que la Inteligencia Artificial destruirá a largo plazo más empleos que los que creará, una perspectiva preocupante para un país como España con una tasa tan elevada de desempleo.
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