La memoria selectiva de Rato
El expresidente maneja con precisión datos y hechos, pero no recuerda asuntos polémicos muy relevantes que pueden dificultar su defensa
En las casi nueve horas que Rodrigo Rato lleva declarando ante la fiscal del caso Bankia, Carmen Launa, ha demostrado un gran dominio de fechas, cantidades y hechos de su antiguo banco. Ha mantenido intensos debates, y rifirrafes con Launa, por algunos detalles del relato de lo que ocurrió entre 2010 y 2011. Incluso ha llegado a discutir si fue un 15 o un 16 de junio de 2010 cuando tuvo lugar una reunión en Bankia.
El expresidente ha demostrado llevar una minuciosa preparación de su defensa por lo que sorprende los vacíos en la memoria. Y han sido en temas de gran relevancia en los que ha recurrido al socorrido “no lo recuerdo”. Por ejemplo, en la sesión de ayer la fiscal le preguntó si presentó un plan de recapitalización ante el Banco de España, un tema crucial en el relato de Bankia porque fue lo que precipitó su salida. “No sé nada de ese plan de recapitalización”, dijo, ante la perplejidad de la fiscal. El plan fue presentado y fue vital porque estuvo a punto de confirmarle en su puesto. Pero este plan provocó la reacción de Luis de Guindos, quien convocó a los banqueros y forzó la dimisión de Rato en mayo de 2012.
Otro de los grandes hitos de Bankia fue la dimisión de José Luis Olivas, vicepresidente, en noviembre de 2011, que provocó una gran crisis interna. Preguntado por las explicaciones que ofreció Olivas, Rato dijo que no las recordaba, ni si se referían a la quiebra del Banco de Valencia, que ocasionó un gran agujero a Bankia... Rato ha olvidado casi todo lo que hace referencia a este banco, que fue filial del grupo, que quebró y que precisó 5.500 millones de los contribuyentes.
Lo mismo sucedió cuando Launa le interrogó sobre las llamadas de atención del Banco de España sobre los problemas en las tasaciones, que precisaban muchas más provisiones, uno de los temas clave en la fallida salida a Bolsa. “¿No lo recuerda? Lo digo porque se habló de que el asunto creó una tensión especial con el supervisor ya que estamos hablando de un problema de 4.000 millones”, apuntó la fiscal. Tampoco precisó si enseñó al consejo el más duro informe, el de PwC, que exigía 11.500 millones en provisiones.
Otro asunto clave fue el conflicto con Deloitte, que se negó a auditar a Bankia hasta que un especialista valorara los activos. “¿Pidieron ese informe a un especialista independiente para solucionar este problema?”. “No lo recuerdo. Me enteré de este asunto semanas después de esa reunión con Deloitte”, afirmó Rato.
La fiscal sigue meticulosa su plan, repreguntando, algo que irrita en ocasiones al acusado. Busca contradicciones o las sospechosas lagunas de memoria en los temas más espinosos para su defensa: “Hice lo que le dijeron todas las autoridades”.
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