El BCE interviene la Banca Carige, el décimo banco italiano, por su falta de capital
Fráncfort nombra tres administradores temporales en la antigua caja de ahorros genovesa para intentar estabilizar la entidad
El año comienza con la intervención de un banco, y en esta ocasión en Italia. El Banco Central Europeo (BCE) intervino la Banca Carige, el décimo banco del país, ante sus problemas para conseguir capital. El supervisor presidido por el italiano Mario Draghi nombró a tres administradores temporales y a un comité de vigilancia de otros tres miembros ante la dimisión de la cúpula directiva. El objetivo de esta intervención es estabilizar a la antigua caja de ahorros, fundada en 1483, tras fracasar la ampliación de capital. El banco tiene 4.300 empleados y 23.400 millones de activo.
Los tres nuevos administradores extraordinarios —Fabio Innocenzi, Pietro Modiano y Raffaele Lener— tienen la difícil misión de tranquilizar a los clientes y al mercado, para que no llegue el contagio a otros bancos. Mientras, tratarán de recapitalizar la entidad, que perdió 189 millones de euros hasta septiembre pasado y presenta una rentabilidad negativa del 9,4%. El camino es buscar nuevos socios con los que reforzar el patrimonio de la entidad italiana a través de la reducción de los créditos dudosos, que alcanzaron los 4.815 millones, el 27,5% del total. La misión no es fácil porque Carige ya amplió capital en 500 millones a finales de 2017, tras las advertencias del BCE.
Banca Carige ha garantizado en una nota su actividad corriente y ha descartado cualquier impacto en sus clientes o empleados. Cuenta con 503 oficinas y más de 16.000 millones en depósitos.
El BCEl indicó en un comunicado la necesidad de estabilizar la dirección de la entidad italiana y de buscar soluciones. La renuncia de la cúpula fue el detonante de su intervención. “La decisión de imponer una administración temporal es una medida de intervención temprana dirigida a garantizar la continuidad y perseguir los objetivos de un plan estratégico”, precisó.
La ampliación frustrada de 400 millones
La renuncia de la mayor parte del consejo de Banca Carige llegó tras la polémica junta de accionistas del pasado 22 de diciembre, en la que se rechazó una ampliación de capital por 400 millones. La familia Malacalza, accionista mayoritaria con el 27,5% del capital, bloqueó esta iniciativa y también la emisión de bonos subordinados de entre 320 y 400 millones. Con estas dos medidas bloqueadas, se complica la banca genovesa, que arrastra una debilidad endémica desde 2012. El veto de la familia accionistas ha desembocado en nervios entre los clientes, que el BCE espera mitigar con su intervención, para evitar un contagio al sistema financiero italiano.
Los administradores temporales deberán monitorizar de cerca la situación de Banca Carige e informar continuamente al BCE y, si es necesario, también podrán tomar medidas para garantizar que el banco restaure el cumplimiento de los requisitos de capital de manera sostenible.
Además, se ha constituido un Comité de Vigilancia en el seno de la entidad, compuesto por tres miembros: Gian Luca Brancadoro, Andrea Guaccero y Alessandro Zanotti.
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