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El pinchazo de Alemania arrastra a la zona euro a su crecimiento más bajo desde 2014

España y Francia siguen tirando de la economía, cuya expansión vuelve a estar por debajo de Estados Unidos y Reino Unido

Cadena de montaje de Audi en Alemania. En vídeo, la ministra de Industria, Reyes Maroto, manda un mensaje de tranquilidad al sector automovilístico y a los consumidores.Foto: atlas | Vídeo: GETTY | ATLAS
Lluís Pellicer

El pinchazo de la industria automovilística alemana en septiembre dejó a la economía de la zona con el depósito casi vacío en el tercer trimestre del año. La contracción del 0,2% del Producto Interior Bruto (PIB) alemán hizo añicos todas las previsiones de los analistas y debilitó el crecimiento del conjunto de los países de la moneda única. Según la oficina estadística Eurostat, los Diecinueve avanzaron un modesto 0,2% en ese periodo, frente al 0,4% de los dos primeros trimestres del año. Es el peor dato desde comienzos de 2014. Con esas cifras, Alemania ha echado más leña a unos mercados financieros que hoy castigan todos los desafíos que vive Europa: el pulso de Italia a Bruselas, las dudas sobre el respaldo que logrará este miércoles Theresa May para su acuerdo con la UE para el Brexit y las nuevas andanadas de Donald Trump con aromas de guerra comercial.

Los analistas ya temían un mal trimestre de Alemania tras conocerse el débil crecimiento de la zona euro. Sin embargo, el consenso estaba en que la economía de ese país rebajaría su tasa de expansión de un todavía fuerte 0,5% a entre el 0,1% y el 0,2%. La contracción ha sorprendido a los mercados. Una parte de ese deterioro se debe a la interrupción temporal de la producción de automóviles debido a la nueva normativa de emisiones, lo cual es un efecto puntual. “Esperábamos que la debilidad en la producción de automóviles se compensara en parte con otros sectores, pero eso no parece haber ocurrido”, ha explicado Jennifer McKeown, economista jefa para Europa de Capital Economics. Al contrario de lo esperado, el comercio exterior cedió a las guerras comerciales y las crisis en economías emergentes como Turquía.

Con una Italia estancada y con el depósito en reserva, España (+0,6%) y Francia (+0,4%) tiraron del carro entre junio y septiembre. En el caso de Francia, el ritmo se aceleró respecto al trimestre anterior gracias a la recuperación del consumo. Sin embargo, la zona euro ha pasado de estar por encima de Estados Unidos y Reino Unido a quedarse muy por debajo. La economía estadounidense se enfiló un 0,9% en el tercer trimestre, mientras que la de Reino Unido lo hizo un 0,6%, a pesar de que las dudas que han existido en los últimos meses sobre las probabilidades de un Brexit duro. Según los datos de Eurostat, Alemania y Lituania son los únicos países con datos negativos. La mayoría de los países del Este siguieron avanzando por encima del 1% en el tercer trimestre, mientras que España siguió liderando las economías occidentales después de que Holanda y Portugal también notaran los efectos de la desaceleración.

Batalla comercial con Estados Unidos

A pesar de que el dato de Alemania tiene un componente puntual, confirma las previsiones de los principales organismos de que la zona euro ha entrado en una etapa de moderación. Así lo apuntan la Comisión Europea, el Banco Central Europeo o el Fondo Monetario Internacional. La economía pierde fuelle a medida que los desafíos planteados cobran más fuerza. Y estos siguen llegando de todas partes: de dentro y de fuera.

Del interior, sobre todo de Italia, que este martes mantuvo el pulso con Bruselas al negarse a rehacer unas cuentas que, según prevé la Comisión, desbordarán sus previsiones de déficit hasta llevarla a registrar un desfase presupuestario de más del 3% de su Producto Interior Bruto (PIB). Y también de Reino Unido, donde May deberá convencer a su Gobierno, a su partido y a sus aliados del partido unionista de Irlanda del Norte para sacar adelante un acuerdo con la UE sobre el Brexit que permitiría una retirada más pausada.

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Las amenazas, sin embargo, siguen llegando también de fuera. Alemania ya está sufriendo los efectos secundarios de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y las crisis de economías emergentes, en especial Turquía. Y ahora, además, el presidente de EE UU, Donald Trump, vuelve a flirtear con volver a dar la batalla a Europa. Si el pasado verano su objetivo fue la industria automovilística alemana, en su punto de mira está ahora el vino francés. A través de su cuenta de Twitter, el presidente estadounidense cargó contra Emmanuel Macron. “En cuanto al comercio, Francia produce un vino excelente, pero también lo hace Estados Unidos. El problema es que Francia dificulta que Estados Unidos venda sus vinos en Francia y cobra grandes aranceles, mientras que EE UU lo pone fácil para los vinos franceses y carga tarifas pequeñas. No es justo, ¡esto debe cambiar!”, amenazó.

Con todo ese cóctel, las grandes bolsas han arrancado este miércoles con pérdidas y el euro ha seguido cayendo respecto al dólar. También los mercados de deuda han reflejado esa situación. La prima de riesgo italiana ha seguido escalando hasta los 316 puntos básicos, un nivel que el propio Ministerio de Finanzas considera insostenible.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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