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“El aprendizaje de por vida es el futuro del trabajo y de la educación”

Anant Agarwal, máximo responsable de edX, la plataforma de cursos MOOC del MIT y Harvard, asegura que en la enseñanza "no ha habido mejoras significativas en varios siglos"

Anant Agarwal, en la Facultad de Humanidades de la UNED.
Anant Agarwal, en la Facultad de Humanidades de la UNED.Jaime Villanueva

Fue un profesor de matemáticas del instituto quien consiguió despertar en Anant Agarwal (Mangalore, India, 1959) el hambre por aprender. Dos palabras definen a este profesor, que imparte clases de ingeniería eléctrica y ciencias de la computación en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT): innovador y emprendedor. Esas dos facetas se conjugan en su papel como fundador y máximo responsable de edX, una plataforma de cursos onlinelos llamados MOOC, masivos, abiertos y gratuitos— que el MIT y la Universidad de Harvard lanzaron de forma conjunta en 2012. ¿La premisa? Acercar el conocimiento de las grandes universidades del mundo a cualquier alumno que estuviera en posesión de un ordenador y de grandes dosis de curiosidad, sin importar ni su edad, ni su procedencia ni su nivel formativo.

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Desde entonces, casi 18 millones de estudiantes han pasado por las aulas virtuales de edX, que ofrece 2.000 cursos de 130 instituciones de todo el mundo (entre ellas, tres universidades españolas) en prácticamente todas las ramas del conocimiento: ciencias, humanidades, idiomas, economía... Seis años después de que los MOOC irrumpieran en el panorama educativo, Agarwal hace balance de los retos pendientes de un modelo, en sus orígenes gratuito, que se mueve hacia un nuevo escenario: el de ofrecer másteres e incluso grados universitarios impartidos totalmente online, al tiempo que aspira a entrar también en la educación convencional y presencial. Por el momento, edX ya ha comenzado a ofrecer micromásteres y cursos de certificación profesional, pensados para desarrollar las competencias que más demanda el mercado laboral. El profesor, que la semana pasada estuvo en Madrid para participar en el congreso Learning with MOOCs, celebrado en la UNED, traza un triángulo entre aprendizaje, tecnología y trabajo para dibujar lo que, en su opinión, será el futuro de la educación.

Pregunta. En sus charlas, a menudo destaca que a pesar de que vivimos inmersos en una transformación digital, esa revolución todavía no ha llegado a la educación. Asegura que seguimos enseñando y aprendiendo del mismo modo que hace décadas. ¿A qué lo achaca?

Respuesta. El cambio siempre comienza lentamente, hasta que llega a un punto de inflexión en el que se convierte en algo drástico. En la educación todavía no hemos llegado a ese punto, no ha habido grandes mejoras significativas en varios siglos, a pesar de que la tecnología sí ha avanzado de forma drástica en los últimos 30 o 40 años. Tomemos como ejemplo los MOOC. Aparecieron en escena por primera vez en 2011 como una vía para transformar la educación a través de la tecnología. De repente, podíamos llevar la educación a una escala global, pero también aumentar significativamente la calidad de la enseñanza y el nivel de interacción de cada alumno. Sin embargo, los MOOC no se han extendido tanto en la enseñanza superior. La educación digital todavía está arañando la superficie, incluso en las universidades más innovadoras del mundo. Yo lanzo un reto a la comunidad educativa: que en 2022, un 20% de las clases que se ofrecen en los campus se puedan seguir totalmente online.

P. ¿Por qué el cambio en la educación se está operando de forma tan lenta? ¿Es así en todos los niveles formativos?

R. El cambio siempre es complicado al principio. Sin embargo, sí es cierto que en la educación superior y en la formación a nivel profesional la enseñanza online está creciendo rápidamente. En edX, por ejemplo, lanzamos el primer micromáster hace tres años y hoy tenemos más de 50. En el nivel universitario y de posgrado, el aprendizaje online sí está cerca de ese punto de inflexión, pero en la educación primaria y secundaria todavía falta tiempo para llegar a ello.

P. ¿Cómo visualiza el futuro de la educación en 10 o 20 años?

R. Una de las tendencias más importantes va a ser el aprendizaje continuo o de por vida. Actualmente, vas a la universidad durante cuatro años, luego consigues un trabajo y dejas de estudiar. Pero el futuro del empleo está cambiando completamente. En 2030, la mitad de los puestos de trabajo que hoy existen habrán desaparecido y tendremos que cambiar a nuevos empleos. Tendremos, por tanto, que mejorar nuestras competencias. Ese va a ser un concepto muy importante. El aprendizaje de por vida y la mejora de las competencias son, en mi opinión, el futuro del empleo y, por lo tanto, el futuro de la educación. Un foco de trabajo muy importante para nosotros en edX es crear el tipo de cursos que la gente necesita para mejorar sus competencias… algo que si estás trabajando, es muy difícil de hacer a través de un título completo, que te exige ir a la universidad uno o dos años.

P. ¿Las empresas valoran realmente los títulos y la formación que se adquiere a través de un curso MOOC?

R. Sí, desde luego, cada vez más. En Microsoft hay 20.000 empleados haciendo cursos MOOC. Y hace poco di una charla en Visa, en India, y había unas 300 o 400 personas de público, todos empleados jóvenes. Les pregunté: ¿cuántos de vosotros habéis hecho un MOOC? Casi todos levantaron la mano. En estas empresas, todo el mundo está haciendo este tipo de cursos. Y es algo que las compañías valoran también a la hora de contratar.

P. Una crítica habitual a los MOOC son las altas tasas de abandono. Según un estudio de la propia edX, solo el 5,5% de los alumnos que empiezan un curso llegan a certificarse. ¿Es un fallo del modelo?

R. Eso es observar solo el síntoma. Cuando un alumno va a la universidad, tiene que pagar antes de empezar. Además hay un proceso de admisión, normalmente te vas de casa y te mudas a un campus en otro lugar y una vez que estás allí, si lo que has empezado a estudiar no te gusta, no puedes volver a casa después de uno o dos meses porque a eso lo llamamos un fracaso. Pero los MOOC son mucho más flexibles. Puedes seguirlos a tu propio ritmo, aprender prácticamente gratis, abandonarlos cuando quieras, empezar otro o empezar varios… El motivo por el que muchos alumnos no completan los MOOC es precisamente por esa flexibilidad. Pero si nos fijamos en los estudiantes que comienzan los cursos con el objetivo de conseguir una certificación, el porcentaje de aprobados está entre el 60% y el 80%.

P. ¿Cuáles son los principales retos de la educación online?

R. Los alumnos en los campus ya piden más clases online, combinadas con la educación presencial. Pero este tipo de enseñanza no ha crecido tanto porque las universidades todavía están preocupadas por el cambio. Se preguntan qué significará, si la educación tendrá la misma calidad, si habrá el mismo nivel de interacción con los alumnos... Hay varias universidades con las que tengo contacto en las que sé que sus responsables están muy satisfechos porque son capaces de ofrecer uno, dos o incluso tres cursos totalmente online a sus alumnos. Pero son los profesores quienes voluntariamente tienen que crear esos cursos. Y los docentes están ocupados investigando o dando clase. Ese es el reto.

P. Insiste en la utilidad de los MOOC como una herramienta valiosa también para la educación tradicional. Y algunas universidades españolas, por ejemplo, están utilizándolos dentro de sus clases presenciales para innovar en contenidos y metodología.

R. Los MOOC son un primer paso: los profesores crean los cursos y los ofrecen online a estudiantes de todo el mundo. El segundo paso es que los docentes los usen en un modelo blended, en el que utilicen el MOOC para ayudarse en el aula. En el MIT, por ejemplo, el 99% de los estudiantes accede a contenido online a través de edX como parte de su trabajo de clase. De ese modo, en algunas universidades el aprendizaje online se ha convertido en una parte relevante de la educación. Me gustaría que los centros dieran un paso más y ofrecieran algunos cursos totalmente online a sus alumnos presenciales. Así alcanzarían un nivel de flexibilidad nuevo.

P. ¿Qué espacio queda para la educación presencial? ¿Debe seguir siendo relevante? Sobre todo teniendo en cuenta el contexto actual, en el que el mercado laboral demanda cada vez más ciertas competencias personales (comunicación, trabajo en grupo...) que habitualmente se desarrollan en un contacto cara a cara.

R. La pregunta que hay sobre la mesa es si la educación online va a reemplazar a la enseñanza presencial. Creo que debemos aprender las lecciones del sector retail, que ha tomado la ruta de la omnicanalidad. Amazon, por ejemplo, la tienda online más grande del mundo, ha comprado Whole Foods, una cadena cuya fortaleza está en sus tiendas físicas. Al mismo tiempo, Walmart se pasa a lo digital. El sector retail adopta la omnicanalidad porque los consumidores buscan esa experiencia, tanto online como física. De forma similar, la educación va a seguir el mismo camino. Lo online aporta un elevado grado de flexibilidad, especialmente a quienes están trabajando... y al mismo tiempo, la experiencia presencial también es importante. Creo que el modelo blended es el futuro de la educación.

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