La caída del empleo en educación lastra la mejora del mercado laboral

La estacionalidad y la inestabilidad tan propia del mercado laboral se han acentuado en algunas actividades en los últimos años. Se ha visto en la hostelería o el comercio, y también en la educación. Sus altibajos en contratación marcan, cada vez más, los primeros y los últimos meses del verano. Hace diez años, cuando llegaba julio, la afiliación en educación bajaba siete u ocho puntos porcentuales. Ya en 2013 se fue a los dos dígitos. Y este año la caída ha sido del 12,4%. Esta bajada llega hasta el 18,5%, como en 2016, si se tiene en cuenta también junio.

Podría pensarse que la situación se aliviaría con la sentencia del Tribunal Supremo que veta los despidos de interinos que han trabajado todo el curso. Pero no ha sido así y, de hecho, la Seguridad Social y la Inspección de Trabajo examinarán este comportamiento tras la reanudación del convenio entre ambas entidades, algo que se firmó el pasado miércoles.

No obstante, desde CC OO se apuntaba que era pronto para ver el impacto. En UGT y CSI-F se señalaba que en el sector público ya se han firmado acuerdos para evitar esa situación y que solo faltaba Castilla-La Mancha.

Sin embargo, desde las tres centrales se apunta que en esta rama, la Seguridad Social no solo inscribe la educación pública y reglada, también se encuadra la privada y la concertada y la no reglada. Y en este último punto, señalan que el adelanto de exámenes de recuperación en algunas autonomías (Madrid, Cantabria) puede haber provocado que la caída sea mayor tanto en la educación reglada como en las academias.

Frente a la caída de la educación, la mayor parte de ramas compensó este retroceso para que el mes se cerrara de forma positiva: 35.819 afiliados más. Pero el dato decepcionó. “[Es] casi la mitad de lo que apuntaban las previsiones”, señala BBVA Research, que explica “la mayor parte de la sorpresa” por los servicios, sector en que se encuadra la educación.

“Se confirma la línea de desaceleración”, señala Diana Posada, de AFI, en referencia a los datos del PIB de esta misma semana y a que por primera vez desde julio de 2016 la afiliación sube menos del 3%, un porcentaje todavía elevado.

En esa desaceleración, está teniendo algo que ver el turismo. Tras bastante tiempo de crecimiento significativo batiendo récords, este año el crecimiento está siendo más lento. Esto se aprecia algo en la afiliación, con incrementos más bajos en hostelería y comercio. Y también se aprecia en las comunidades más costeras. Baleares, Cataluña, Comunidad Valenciana, Andalucía o Murcia registraron en julio incrementos de afiliación sobre el año anterior más bajos de lo que mantenían en 2017. En cambio, otras como Madrid o Navarra han acelerado.