Comcast mejora la oferta de Disney por los activos de entretenimiento de Fox
La operación se anuncia tras la autorización a AT&T para fusionarse con Time Warner, que supone un espaldarazo a otras uniones en sus sectores
El efecto dominó ha comenzado en la industria de medios. Comcast no se hizo esperar y decidió mover ficha con una oferta por los activos de entretenimiento Twenty First Century Fox, un día después de que un juez federal en Estados Unidos diera la luz verde a la fusión entre AT&T y Time Warner. El operador de cable, dueño de NBC Universal, pone sobre la mesa 65.000 millones de dólares, superando los 52.400 millones que Disney pactó Rupert Murdoch.
La maniobra puede desembocar una verdadera puja si los Murdoch optan por tener en cuenta la oferta de Comcast. Eso obligaría a Bob Iger, consejero delegado de Disney, a endulzar los términos del acuerdo que ya tiene cerrado. Parte con ventaja, porque Comcast ya hizo una tentativa antes, pero fue rechazada por Fox. Para tranquilizar a los inversores sobre los riesgos del lado de la competencia, señala además que el 75% de los activos están fuera de Estados Unidos.
La oferta de Comcast mejora en casi un 20% la de Disney. El pago se haría a Fox en efectivo. Brian Robert, consejero delegado del operador de cable, admite en la carta que envió a la familia Murdoch que se sintió “decepcionado” cuando decidió entrar en un acuerdo con Bob Iger. “Esperamos que con esta oferta respondamos a todas las dudas que planteó la anterior oferta”, dice. En concreto equivale a pagar 35 dólares por cada acción de los activos al margen de New Fox.
Si finalmente Murdoch decidiera dar un paso atrás y permite que Comcast entre en la pelea directa con Disney por sus activos, el ganador de la puja se hará con franquicias como Avatar y X-Men, así como con toda su red de cadenas deportivas regionales y canales de cable como FX y Nacional Geographic. Para Comcast es una manera de ganar escala, no solo en EE UU, también en el mercado internacional. Es algo que busca Disney.
La carrera por la consolidación en la industria de medios está lanzada, tras el decisivo espaldarazo legal que dio el martes un juez federal al autorizar sin condiciones la fusión entre el operador de telecomunicaciones AT&T y el conglomerado de entretenimiento Time Warner. De esta manera, se concentrará en una misma estructura un distribuidor y un proveedor de contenido, una combinación que tendrá ramificaciones durante las próximas décadas. La decisión es determinante para otras operaciones similares en las industrias de medios.
La macrofusión, que fue bloqueada en noviembre por el Departamento de Justicia, es similar a la que protagonizaron el operador de cable Comcast y el grupo de entretenimiento NBC Universal hace poco menos de una década. Pero por aquel entonces, las plataformas streaming de Netflix y Amazon o la intrusión de Google y Facebook en el negocio de la publicidad no representaban una amenaza tan evidente para los viejos colosos. AT&T se dota así de una poderosa arma para competir.
Acceso directo
Los analistas de Stifel anticipan que "todo va a ir muy rápido" después de esta decisión judicial, porque permite apuntalar el estatus quo legal en vigor respecto a las fusiones de empresas que no compiten directamente. Las compañías que crean contenido, explican, necesitan tener un acceso directo al consumidor para poder ofrecerles programas que quieren consumir. Por su parte, las telecos buscan ofrecer nuevos servicios para atraer a más clientes y elevar así sus ingresos.
La operación de AT&T y Time Warner está valorada en 85.400 millones de dólares. Netflix, Amazon, Facebook y Apple están en paralelo destinando sumas ingentes de dinero para producir contenido original. Es uno de los argumentos que utilizó AT&T para defender la compra de Time Warner. Las operaciones que tienen en marcha las compañías tradicionales en la industria de medios y telecomunicaciones podrían, a su vez, llevar a las grandes tecnológicas a adquirir estudios como Paramount o A24.
La última vez que en EE UU se denunció una fusión vertical como este fue hace cuatro décadas. El propio magistrado hizo mención durante el proceso a la magnitud del caso y su importancia. Hizo también mención al presentar su opinión final al enorme poder que durante los últimos años ganaron las firmas tecnológicas en el negocio de la generación y de la distribución de contenido.
Los abogados del Departamento de Justicia utilizaron como argumento para oponerse a la fusión que la operación de AT&T, dueña de DirecTV, y Time Warner dejaría la industria en manos de dos gigantes integrados verticalmente. Es más, sugirió la posibilidad de que pudieran coordinarse para limitar el crecimiento de las plataformas streaming. Netflix es el líder de lejos en esta nueva realidad, pero Apple es la que tiene más recursos a mano.
Los movimientos en la industria de entretenimiento no son nuevos, pero la irrupción de estos poderosos actores está cambiando la dinámica. CBS y Viacom llevan tiempo intentando volver a integrarse, pero las negociaciones entre sus equipos directivos están completamente estancadas. El magistrado del caso de AT&T Richard Leon cita expresamente en su veredicto que los canales tradicionales pierden audiencia, porque sus clientes están emigrando a los servicios que ofrecen las tecnológicas.
La decisión del juez se conoció un día después de que entrara en vigor las nuevas normas para regular el acceso a la red, otro argumento para que las tecnológicas estudien cuáles son sus opciones de compra. Otros proveedores de Internet y de telefonía móvil como Verizon, que controla ya AOL y Yahoo, podrían participar en el proceso de consolidación en marcha. Mientras que T-Mobile y Sprint pueden utilizar su opinión también como argumento para defender su fusión.
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