España cae hasta el puesto 36 en la lista de los países más competitivos del mundo
Baja dos pescalones, según el ránking de IMD, lastrada por las puntuaciones relacionadas con el empleo
España ha caído dos puestos en la lista de países más competitivos del mundo, liderada por EE UU y elaborada por la Escuela de Negocios IMD. Tras dos años consecutivos manteniendo el número 34 y haber subido 11 posiciones en un lustro, en 2018 ha bajado hasta el puesto 36 de un total de 63. Esta caída, según IMD, se debe a una pérdida de competitividad en variables como el funcionamiento del mercado laboral, los precios de la economía, la legislación empresarial, la política en impuestos y las infraestructuras científicas. En Europa, ocupa el puesto 17, uno por delante al año anterior.
El informe analiza 260 indicadores de los cuales, dos tercios, provienen de datos puros, como estadísticas nacionales de empleo y comercio. Además, estudia cuatro parámetros: desempeño económico, gestión del Gobierno, eficiencia empresarial e infraestructuras. En el caso de España, es este último en el que mejor posición consigue —el puesto 27 de 63—, seguido por el desempeño económico en el que llega al número 31. Por el contrario, le baja la media la eficiencia empresarial, con el puesto 42; y la del Gobierno, con el 38.
En cuanto a debilidades, el gran enemigo de España es el empleo en sus diferentes variables. El país está especialmente mal situado en el empleo juvenil, donde se sitúa el número 60 de 63 en el ranking. En tasa de desempleo se posiciona en el número 59, en la de trabajo en el 51, y en el puesto número 58 tanto en preparación para los trabajadores como en atraer y mantener el talento y en emprendimiento.
Según los expertos del Centro de Competitividad Mundial del IMD, los principales retos de España son "fortalecer la sostenibilidad del sistema fiscal" para el medio y largo plazo —incluyendo la reforma del sistema de pensiones—; desarrollar una administración pública "más eficiente y efectiva"; impulsar la internacionalización de las empresas; reducir "la excesiva regulación existente" y promover la digitalización y la adopción de tecnologías innovadoras en diversos sectores empresariales.
Por el contrario, los puntos fuertes del país español son todos aquellos relacionados con el Estado del bienestar: está el sexto en esperanza de vida, el noveno en sanidad y el décimo en país con menos homicidios. También son positivas las posiciones obtenidas en las exportaciones de servicios comerciales (11) y de bienes y servicios (17); las inversiones en el extranjero (14), las leyes de inmigración (17), la recepción de turistas (18) y el coste de la comida (19), entre otros.
EE UU, en cabeza
En el conjunto, EE UU se sitúa como el país más competitivo, superando a Hong Kong. Les siguen Singapur, Países Bajos, Suiza, Dinamarca, Emiratos Árabes, Noruega, Suecia y Canadá. En Europa Occidental, salvo Francia, Portugal e Italia, el resto de economías descendieron en la clasificación, e incluso dos de ellas que se encontraban entre los diez primeros en 2017, Irlanda y Luxemburgo, bajaron hasta los puestos 12 y 11, respectivamente. Los países que se sitúan en las peores posiciones son Venezuela, que ocupa el último puesto, y Mongolia y Croacia.
Según Arturo Bris, director del Centro Mundial de Competitividad del IMD los países en la parte superior de la clasificación "comparten un rendimiento superior al promedio en todos los factores de competitividad, pero su combinación varía". "Una economía, por ejemplo, puede construir su estrategia de competitividad en torno a un aspecto particular, como su infraestructura tangible e intangible; otro puede acercarse a la competitividad a través de su eficiencia gubernamental", explica.
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