El presidente del Bundesbank abre la puerta a suceder a Draghi en el BCE
Jens Weidmann es un firme defensor de la retirada de estímulos monetarios
El duelo en Fráncfort entre las palomas (los partidarios de los estímulos monetarios) y los halcones(los más ortodoxos) ha subido unos grados desde que ayer el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, hablase más abiertamente de su intención de presidir el Banco Central Europeo (BCE) a finales del año próximo. En una entrevista publicada este sábado por el grupo editorial Funke y el diario francés Ouest-France deslizó esa posibilidad y la acompañó de un mensaje: el fin del programa de compra de activos (quantitative easing, QE) debería estar muy cerca. “Creo que cada miembro del Consejo de Gobierno debería querer contribuir a la política monetaria con un papel diferente”, aseguró el también miembro del consejo directivo del BCE en una crítica abierta a la decisión de Draghi de mantener los tipos de interés en mínimos históricos en la Eurozona.
El presidente del Bundesbank, que mide cuidadosamente sus intervenciones públicas, se ha destacado como el mayor opositor interno a Draghi durante estos años y este se ha sacudido la presión asegurando en más de una ocasión que todavía le queda “mucho tiempo” en el puesto. Pero el italiano sabe que el reloj no se para. “Ahora ya no se trata de reaccionar ante la crisis, sino de devolver la política monetaria a un terreno que genere más confianza”, apremia Weidmann, que apuesta por poner fin durante este año al programa de estímulos. “Los mercados cuentan con que esas compras no se prolonguen más allá del cambio de año”, declaró el banquero alemán. “Lo considero completamente plausible porque la economía en la zona del euro está funcionando muy bien”. El Consejo de Gobierno del BCE se reunirá el 14 de junio y, con la programación actual, las compras de bonos terminarán en septiembre. Draghi deberá decidir si las amplía, pero los inversores creen que en ese momento el viraje de rumbo será más evidente y que podrían iniciarse las subidas de tipos que tanto ansía Weidmann.
En el tablero todavía quedan por definir los apoyos que la hipotética candidatura del alemán podría cosechar. ¿Lo respaldará España a cambio del voto favorable que cosechó Luis de Guindos en la vicepresidencia del BCE? El ministro de Economía, Román Escolano, respondía el pasado 10 de mayo a esta pregunta despejando el balón: “Lo relevante no es el pasaporte: es el perfil del candidato”. ¿Es adecuado Weidmann? “Lo que hace falta es un BCE que cumpla su mandato y acompañe el proceso de crecimiento de la economía”.
Lo poco que se deduce de la respuesta del ministro es que, por el momento, no hay un gran entusiasmo por aupar a un hombre que en agosto de 2016 criticó abiertamente a Bruselas por cancelar las multas a España y Portugal por haber incumplido los objetivos de déficit pactados para 2015. “Las violaciones deben tener consecuencias”, afirmó entonces el banquero, para quien las reglas no son negociables.
Un crítico del “helicóptero del dinero”
La gestión de Mario Draghi ha cambiado por completo el rol clásico del BCE para convertirlo en un banco central dispuesto a inyecciones masivas de liquidez (el llamado helicóptero del dinero) manteniendo los tipos próximos a cero. Nada más lejos del programa económico de Weidmann. “Algunas medidas han desdibujado los límites entre política monetaria y fiscal y han redistribuido la responsabilidad estatal sobre los balances de los bancos centrales”, decía en una entrevista en EL PAÍS hace un par de años. El currículo del banquero alemán doctorado en Bonn ha hecho muchas paradas: ha sido empleado del Fondo Monetario Internacional; secretario del Consejo Alemán de Expertos Económicos; director de Análisis del Bundesbank y jefe del departamento de Política Económica del Gobierno germano hasta el 2011. La próxima, en el BCE, todavía está por ver.
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