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La economía catalana resiste la incertidumbre soberanista y crece por encima de la media

El PIB de Cataluña creció un 3,3% en 2017 frente al 3,1% que avanzó el de España. Sin embargo, los analistas prevén una ralentización en los próximos trimestres

Antonio Maqueda
Unas obras en la plaza de Glories en Barcelona
Unas obras en la plaza de Glories en BarcelonaCarles Ribas

Pese a toda la incertidumbre generada en Cataluña por el proceso independentista, la economía catalana aguantó el embate y creció en 2017 un robusto 3,3%, por encima de la media española situada en el 3,1%. Los atentados en Barcelona y los eventos sucedidos desde el 1 de octubre tuvieron un impacto en las inversiones, el comercio, la matriculación de automóviles, el turismo, los depósitos y las sedes de las empresas. Sin embargo, una parte de este efecto ha sido momentáneo y la actividad en Cataluña sigue recuperándose incluso a un ritmo más rápido que el resto de autonomías.

Además, las exportaciones catalanas han tirado mucho de la economía. Hasta el punto de que durante el último año Cataluña ha sido la comunidad que más ha contribuido al crecimiento récord de las ventas al exterior tras Galicia, según datos del departamento de Comercio. En definitiva, el sector industrial catalán es competitivo y sus números se han disparado al margen de la incertidumbre y en un contexto de mejora del comercio global.

Los datos parecían asustar: según la Agencia Tributaria, unas 1.000 empresas trasladaron su domicilio fiscal, lo que no tiene una influencia directa pero puede acabar teniendo a medio y largo plazo consecuencias para las inversiones. Según el INE, en octubre, mes del referéndum independentista, cayeron los viajeros, las pernoctaciones y los precios del turismo. En ese mismo mes también se dio un desplome del comercio minorista, de las ventas de vehículos y de las compraventas inmobiliarias. Y según los datos del Banco de España, 31.400 millones en depósitos salieron de Cataluña en el último trimestre de 2017, una caída del 17% nunca registrada en la serie histórica. Tampoco en España en medio de la crisis del euro. Lo que da una idea de lo cerca que se estuvo por un momento de un corralito.

Organismos como el Banco de España, la Autoridad Fiscal, el FMI o la OCDE alertaron entonces sobre los riesgos económicos que entrañaba la aventura secesionista. El Gobierno incluso rebajó en tres décimas su previsión de crecimiento remitida a Bruselas para este año. Pero todos esos datos catastróficos en parte se han disipado. El Ejecutivo y los analistas detectan una vuelta a una cierta normalidad en los indicadores más recientes, posteriores a esos meses de máxima tensión en Cataluña.

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Aun así, el crecimiento de Cataluña en 2017 resulta dos décimas más bajo que el del año precedente, cuando en 2016 se alcanzó un ritmo de avance del 3,5%. Al igual que la economía española, ha sufrido una ralentización en 2017 de dos décimas, a falta de que el INE confirme estas cifras todavía provisionales. Y según los datos de Idescat, la agencia estadística catalana, eso se explica por el retroceso de la inversión y el estancamiento en el sector servicios y el consumo de las familias.

Ralentización en 2018

Dicho esto, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) tiene unos modelos de crecimiento de la economía a tiempo real. Y estos dicen que Cataluña está registrando un leve declive. Según los indicadores de la Airef, el PIB catalán crecía al 1% en el segundo trimestre de 2017, por encima del 0,9% al que avanzaba el de España. En cambio, en el cuarto trimestre solo sumó un 0,7% frente al 0,8% que se anotó la economía española. Es decir, ha pasado de crecer por encima a crecer por debajo. Y estos indicadores estiman que la actividad en Cataluña solo aumentará un 0,64% en el primer trimestre de 2018 y un 0,54% en el segundo, muy por debajo del 0,77% y 0,85% que prevé la Airef para España en esos periodos, respectivamente. Es decir, la desaceleración no está siendo tan brusca como se valoró en un primer momento, cuando se temía un conflicto grave. Pero algo sí que está sucediendo. De hecho, el director del servicio de estudios del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, también explicó esta semana que espera un crecimiento algo menor de Cataluña en el primer trimestre. 

Por su parte, BBVA Research pronostica un crecimiento para el primer trimestre en Cataluña del 0,7%, una tasa menor que el 0,8% que estima para el conjunto de España. "La composición del crecimiento en Cataluña ha sido muy atípica. Por un lado, la demanda interna se ha visto bastante afectada, con el consumo creciendo un 0% según Idescat. Por otro, la producción industrial y las exportaciones han exhibido una evolución espectacular. En general, las empresas han percibido el shock como algo temporal y el empleo no ha acusado el impacto. Además, lo que se aprecia es que las empresas han compensado la caída de la demanda bajando precios, lo que ha ayudado a normalizar la actividad", explica Miguel Cardoso, economista de BBVA.  

Al tratarse de un dato anual, esta tasa de crecimiento de Cataluña en 2017 todavía no refleja bien la ralentización experimentada en el último trimestre. Es decir, los analistas creen que el PIB catalán todavía puede resentirse durante la primera mitad de 2018. Según los expertos, en el largo plazo la sola probabilidad de que haya una secesión en el futuro puede ir poco a poco paralizando numerosas inversiones, un fenómeno que ya ocurrió en Quebec, donde tras los referéndums fue muy gradualmente perdiendo peso en la economía canadiense. "Mientras que en 1981 representaba el 22,5% de la economía canadiense, su importancia relativa ha ido menguando hasta suponer el 19,5% en 2016", sostiene el presidente del Instituto de Estudios Económicos, José Luis Feito.

Respecto al resto de autonomías, Aragón fue la que más creció el año pasado con un 3,6%. Le siguieron Asturias y Madrid con un 3,5% y un 3,4% respectivamente. Las regiones que registraron los peores datos fueron Ceuta, un 1,6%; Melilla, un 1,7% y La Rioja, un 1,8%. En PIB por habitante, Madrid es la que arroja una cifra mayor: 33.809 euros frente a la media española de 24.999 euros. En cambio, Extremadura es la comunidad con el PIB per cápita más bajo: 17.262 euros.

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Sobre la firma

Antonio Maqueda
Periodista de la sección de Economía. Graduado en Periodismo en la Universidad de Navarra y máster por la Universidad de Cardiff, ha trabajado en medios como Cádiz Información, New Statesman, The Independent, elEconomista y Vozpópuli.

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