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Tribuna
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Fondos soberanos: regreso al futuro

El capitalismo de Estado está aquí y ha llegado para quedarse

La industria de los fondos soberanos sigue creciendo. A pesar del periodo desfavorable del precio del crudo de los últimos 12 meses o de las tensiones geopolíticas tanto en mercados maduros como emergentes, los 92 fondos soberanos en activo ya gestionan 7,5 billones de dólares, según el último Informe Fondos Soberanos 2017 elaborado por el Sovereign Wealth Lab de IE Business School en colaboración con ICEX-Invest in Spain. Se trata de la mayor cifra jamás alcanzada por estos fondos en propiedad de los gobiernos. El capitalismo de Estado está aquí y ha venido para quedarse.

En esta sexta edición, el Informe muestra que los fondos están lejos de entenderse como un grupo homogéneo. De hecho, los diez fondos más grandes acumulan casi el 75% de los activos. Entre los grandes destacan dos hechos fundamentales. Primero, el país más relevante en este grupo inversor es China. El gigante asiático cuenta con cuatro fondos soberanos en el top 10, todos con activos por encima de los 300.000 millones de dólares. Además, el fondo noruego, gestionado por el Norges Bank Investment Management, alcanzó un nuevo hito: superar el billón de dólares en activos bajo gestión. No hay ningún fondo gestionado de manera independiente tan grande en el mundo.

Los fondos soberanos tienen muy claro que su futuro pasa por los mercados privados: sus inversiones en el inmobiliario, infraestructuras, startups y capital riesgo, se alinean bien con su naturaleza de inversores de largo plazo. Además, realizan cada vez más operaciones de manera directa, sin acudir como “limited partners” en el modelo clásico del capital riesgo. Por tanto, no sorprende que los dos sectores preferidos de los fondos soberanos en 2017 fueran, por segundo año consecutivo, el inmobiliario y las startups. Junto al sector financiero, acumulan el 66% de todas las inversiones de los fondos soberanos en el periodo que analiza el Informe. Además, los fondos han hecho incursiones en nichos de mercado que hablan claramente de su sofisticación.

China Investment Corporation adquirió Logicor, en junio de 2017, por la exorbitante cifra de 14.000 millones de dólares. Se trata de la operación más importante jamás registrada por un solo fondo soberano en el sector inmobiliario. Tiene una particularidad: se trata de un nicho visualmente menos atractivo que los hoteles, rascacielos o estadios de fútbol, a los que nos habían acostumbrado los fondos. Sin embargo, se trata de una auténtica inversión a largo plazo. Comprar naves industriales en polígonos a las afueras de Londres, Múnich, Barcelona o Madrid, no es icónico; pero capturar la imparable tendencia del comercio electrónico que necesita más y mejores plataformas logísticas sí lo es. Y los fondos están jugando en la liga de la próxima década. Ya están tomando posiciones.

Otro ejemplo claro es la inversión en residencias de estudiantes. Fondos de Singapur y Abu Dabi están construyendo y comprando residencias de estudiantes en campus universitarios de Estados Unidos, Reino Unido o Alemania. ¿La razón? La demografía y el mayor número de familias adineradas en países como India o China, en busca de una educación superior de calidad. De nuevo, el largo plazo. Y también aquí están los fondos soberanos.

Además de consolidar esa orientación a los mercados privados, el Informe muestra otras tendencias emergentes. Por un lado, la exposición creciente de los fondos hacia los “activos verdes”. En el último trienio los fondos habrían invertido o comprometido inversiones por valor de más de 11.000 millones de dólares. Fondos de China, Abu Dabi, Singapur o Marruecos han invertido en proyectos de energía renovable, fondos de infraestructura o agricultura sostenible, startups de eficiencia energética o plataformas de crédito a proyectos verdes. El Informe describe, además, las estrategias de “descarbonización de la cartera” que han llevado a cabo los fondos de Noruega y Nueva Zelanda, con ventas de empresas altamente contaminantes valoradas en 2.800 millones de dólares.

El estudio analiza también en detalle dos de los países clave: China y Arabia Saudí. En China, con activos soberanos por encima de los dos billones de euros, mostramos que los fondos canalizarán un porcentaje mayor de las inversiones chinas al exterior, dadas las restricciones de capital al resto de inversores y los bajos retornos en el mercado doméstico. Por su parte, Arabia Saudí ha decidido entrar con fuerza en el tablero soberano mundial, con la redefinición del Public Investment Fund (PIF). Con una puesta en escena deslumbrante, el PIF ya ha acaparado titulares con inversiones multimillonarias en Vision Fund (más de 40.000 millones de dólares para crear el mayor fondo de capital riesgo del mundo) y, sobre todo, porque su evolución está ligada a la salida a bolsa más esperada de 2018, la de Aramco, la empresa más valiosa del mundo.

Los fondos soberanos acumulan cifras récord e invierten pensando en la siguiente década: los puertos más activos, los edificios más emblemáticos, los almacenes más estratégicos, las residencias más demandadas… Llegaron sin llamar la atención y no tienen intención de marcharse.

Javier Capapé y Javier Santiso son, respectivamente, director y presidente del Sovereign Wealth Lab de IE Business School.

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