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Las nuevas plataformas de transporte apenas declaran beneficios en España

Cabify, Blablacar, Uber y Amovens registran cortos beneficios o pérdidas por las grandes inversiones iniciales y las estrategias agresivas para haacerse un hueco en el mercado

Jesús Sérvulo González

Las nuevas aplicaciones móviles de transporte colectivo declaran unos beneficios mínimos o registran pérdidas en sus negocios en España, según las cuentas anuales correspondientes a 2016. Cabify, Uber, Blablacar o Amovens tienen un modelo de negocio diferenciado, pero las cuatro han irrumpido fulgurantes en el sector del transporte a través de aplicaciones digitales. Entre todas registran una facturación conjunta de poco más de 31,7 millones en España. Cabify es la que más actividad declara, aunque incurre en pérdidas. El resto reconoce unos beneficios pírricos comparados con la relevancia social de las compañías.

Un usuario pide un coche a través de una aplicación móvil.
Un usuario pide un coche a través de una aplicación móvil. DANIEL SORABJI (AFP)

El sector del transporte vive una intensa mutación. La aparición en los últimos años de nuevas aplicaciones que ofrecen a los clientes nuevas formas de transporte está transformando al sector. Cabify, Uber, Blablacar o Amovens han roto el equilibrio con el que vivían taxistas y empresas de autobuses.

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Estas nuevas empresas han logrado en pocos años una relevancia social que compite con otros grandes tecnológicos. Sin embargo, apenas se refleja en sus cuentas declaradas, lastradas por grandes inversiones iniciales y estrategias agresivas para tratar de copar el mercado.

Estas nuevas empresas declaran una facturación conjunta de 31,7 millones, según las cuentas anuales de 2016 depositadas en el Registro Mercantil. La cuenta de resultados conjunta arroja unas pérdidas de 3,6 millones de euros. El póker de estas nuevas empresas de transporte apenas pagó 1,67 millones de euros en impuesto de sociedades. Unas cifras cortas en un sector, la economía colaborativa, donde se espera que la facturacion se multiplique por 40 en todo el mundo hasta alcanzar los 570.000 millones de dólares en 2025, según un reciente estudio de PwC. El negocio de cada una de estas plataformas es diferente.

Cabify, con una estructura compleja

Fundada por el español Juan de Antonio. Y con presencia en España, Portugal y una docena de países latinoamericanos. Aunque cerca del 80% de su negocio procede de fuera, en España cuenta con varias empresas a través de las que organiza su estructura corporativa. Todas dependen de Maxi Mobility Inc., con sede en Delaware, en EE UU, conocido por tener ventajas fiscales. No obstante, De Antonio ha explicado en varias ocasiones que unicamente montó la estructura allí por las exigencias de los inversores que participaron en las rondas de financiación inicial de la empresa. "Pagamos el 100% de todos nuestros impuestos", aseguró el fundador en una reciente entrevista en este diario.

Maxi Mobility Spain se dedica a desarrollar la aplicación móvil de Cabify a través de la cual los usuarios conectan con los conductores. Además, es en realidad la sociedad más operativa del grupo, la que cobra a los clientes de la aplicación. Esta empresa facturó 17,89 millones el año pasado, un 226% más que el ejercicio precedente y registró unas pérdidas de 3,56 millones. Ante esta situación, los administradores explican que tienen garantizada la continuidad. "El plan estratégico pone de manifiesto un crecimiento relevante después de unos años iniciales de inversión", señalan en la memoria anual. Para enfatizar el potencial del negocio añaden: "El número de trayectos continúan a buen ritmo de crecimiento. Los ingresos por prestaciones de servicios se han incrementado un 327% con respecto a 2015".

Maxi Mobility Transporte de Viajeros es la que gestiona las licencias de vehículos VTC de Cabify. Esta filial, creada en 2015, declaró unas ventas de 11,15 millones el año pasado, un 367% más, y un resultado de solo 32.218 euros tras repartir un dividendo de 320.000 euros a la matriz. La empresa destinó cerca de 11 millones de euros a la compra de licencias. "Un 60% de los vehículos que presentan servicio a Cabify pertenecen a empresas, mientras que el otro 40% son autónomos", explica en su página web. Ya cuenta con cerca de 260 permisos oficiales para coches con conductor. En las cuentas informa de que en 2017 el grupo obtuvo 100 millones de dólares de financiación.

Por último, CabifyMobility es la percha de la que cuelgan las filiales extranjeras, en Portugal, Chile, Colombia, Perú y México entre otras. Esta sociedad aún no ha depositado las cuentas de 2016 en el registro.

Blablacar, factura a su matriz en Francia

Esta empresa de origen francés opera en España a través de la filial Comuto Iberia, que factura todos sus ingresos a su matriz gala. "Si Blablacar consolida sus cuentas en Francia no es por capricho, ni porque sea ningún paraíso fiscal (Francia no es conocida por tener una tributación ventajosa), sino porque es su país de origen, donde están el 80% de sus empleados y donde está todo lo esencial para proporcionar el servicio", explican desde la compañía. Los grandes negocios de esta plataforma de transporte colaborativo son Francia, España, Italia y otros países europeos. La filial española se decica a prestar servicios de marketing y comunicación. El año pasado facturó 1,2 millones de euros, un 35% más y registró un beneficio de 60.700 euros, un 114% superior al del año anterior. El modelo de negocio de la empresa, que se define como un red social, consiste en poner en contacto a pasajeros y conductores. Cuando el pasajero reserva un viaje paga, a través de internet, un porcentaje del viaje al conductor y los gastos de gestión de la plataforma, que son los ingresos de BlaBlaCar. Estos gastos de gestión varían entre el 10% y el 20%.

Uber, presta servicio a la matriz holandesa

Uber. La filial de la icónica plataforma no ha alcanzado en España el nivel de actividad que en otros países por el revés judicial que le obligó a detener sus actividades casi un año y medio. Uber System España regresó al mercado en la primavera del año pasado y ya cuenta con una flota de coches en las principales ciudadades. El año pasado ingresó 1,4 millones de euros, solo un 12,6% más a pesar de que el año anterior apenas tuvo actividad, más allá del servicio de entrega de comida a domicilio. No obstante, todos sus ingresos proceden de su matriz holandesa. La filial española es en realidad una intermediaria que presta servicios de Marketing a su accionista radicada en Holanda, un país que ofrece grandes ventajas fiscales a este tipo de corporaciones.

La plataforma española ganó solo 83.400 euros durante el año pasado, un 32% más que en 2015. Y pagó un impuesto de sociedades de 28.395 euros.

Amovens, filial de la danesa GoMore

La plataforma que permite compartir viaje y alquiler el coche entre particulares está en España desde 2009 pero no ha sido hasta 2015, cuando fue comprada por la danesa GoMore, cuando está empezando a despegar. El objeto social de la filial española, Amovens Soluciones, consiste en "el desarrollo de nuevas soluciones para favorecer la movilidad dentro y fuera del territorio español". La empresa apenas facturó 73.553 euros durante el año pasado y registró unas pérdidas de 279.856 euros. No obstante, la sociedad cuenta con el apoyo de la matriz danesa.

En el sector están despuntando otras empresas como Car2Go o Emov. La lucha en el sector es encarnizada.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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