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La cárnica argentina que le dio la vuelta a la crisis

El grupo Friar Vicentin superó las restricciones para exportar y la injerencia de la etapa kirchnerista reorganizando su negocio de forma vertical y hacia el mercado interno

La entrada de un gran productor agrícola como Vicentin en el capital de Friar en 2005 le dio otra dimensión al consorcio.
La entrada de un gran productor agrícola como Vicentin en el capital de Friar en 2005 le dio otra dimensión al consorcio.

Además de ser casi un símbolo nacional, la industria cárnica argentina, conocida en el mundo por su calidad, se ha convertido en un ejemplo de cómo el intervencionismo puede hacer estragos en un sector. Tras varios años de fuertes controles de precios y restricciones para exportar, Argentina pasó de ser el tercer exportador del mundo en 2005 al actual puesto 13. Muchos frigoríficos vieron el cierre como única salida. Pero otros hicieron realidad la máxima de ver la oportunidad en la crisis. Friar, una empresa dedicada históricamente a la exportación, orientó su negocio al mercado interno, creó una cadena de carnicerías y desarrolló una marca de salchichas y hamburguesas que, en un lustro, superó el 10% de la oferta de esos productos en el país.

A contramano de la industria, la última década supuso un periodo de expansión para la empresa de Reconquista, una localidad del norte de la provincia de Santa Fé, donde fue fundada por un grupo de ganaderos en los años 50. En 2007 inauguró un establecimiento de ganadería intensiva o engorde a corral (conocidos como feedlots en Argentina) que tiene capacidad para 30.000 cabezas. Dos años más tarde, lanzó un sistema de franquicias para establecer carnicerías y ya tiene 74 puntos de venta en 14 provincias. En 2011, con muchos competidores en retirada, compró una de las dos plantas frigoríficas de la estadounidense Cargill, que dejó el negocio de la carne en Argentina. En los años que siguieron, invirtió en nuevas líneas para producir salchichas y hamburguesas con la marca Friar, que ya representan el 12% y el 14% de la capacidad del país, respectivamente.

“Fue una apuesta al mercado interno y a darle valor a los productos para que puedan diferenciarse”, explica el director de la compañía, Dante Sartor. Aunque la empresa se mantiene como el cuarto exportador del país y se consolidó como el primero de la cuota 481 (el cupo para exportar carne a la Unión Europea), las ventas fuera de Argentina redujeron su participación dentro de la facturación de la empresa, de unos 300 millones de dólares anuales. Históricamente, las exportaciones habían sido las tres cuartas partes del total y hoy son el 40%. En el crecimiento dentro del país, fue clave el sistema de franquicias con el que desarrolló la red de carnicerías Friar, donde canaliza el 65% de sus ventas en el mercado interno.

52 millones de kilos en producción

Ventas. Es el cuarto exportador de carne vacuna y el primero de la cuota para las ventas de productos de ganadería intensiva a la Unión Europea.

Faena. La faena del año pasado alcanzó las 188.000 cabezas y representó una producción de 52 millones de kilogramos de carne con hueso.

Empleos. El grupo emplea a 1.400 personas de manera directa en dos plantas frigoríficas ubicadas en Santa Fe.

Tiendas. Mediante un sistema de franquicias desarrolló una red de carnicerías Friar que cuenta con 74 tiendas y canaliza el 65% de las ventas en el mercado interno.

Capacidad. Tiene una capacidad de hacienda de hasta 30.000 cabezas en 460 hectáreas.

Pero la expansión de la compañía en años de declive para el conjunto del sector no se debió exclusivamente a la nueva estrategia. Algo determinante fue el cambio en la composición del accionariado. En 2005, Friar se integró en Vicentin, un grupo económico que se ha puesto entre los mayores consorcios agroindustriales del país. Es uno de los grandes operadores en molienda de oleaginosas, uno de los principales fabricantes de aceites y biodiésel y el primer productor y exportador de algodón de Argentina.

“Con la entrada de Vicentin empezó un proceso de inversión importante”, explica Sartor. La actividad del grupo en la industria de los granos y oleaginosas encontró cierta sinergia con Friar. El establecimiento para la cría intensiva de ganado nació con el objetivo de “transformar la proteína vegetal (como el producto de la molienda de soja) en carnes”, según informan en Vicentin. Con unas 460 hectáreas ubicadas a 40 kilómetros de la planta de Reconquista, el establecimiento Los corrales de Nicanor representa el 30% de la faena y es lo que colocó al frigorífico a la cabeza de las exportaciones argentinas de carnes hacia la UE, con un 28% del total de las ventas. Asimismo, la operación ganadera permitió a la empresa hacer frente a la escasez de oferta de bovinos grandes de Argentina. “Podemos comprar animales flacos y terminar el engorde en el establecimiento”, explica Sartor.

Movimiento clave

Fue una inversión clave para sortear la crisis. La menor oferta de reses grandes en el mercado fue el principal problema de la industria, que entre 2009 y 2011 vio el cierre de 119 fábricas, según el cálculo del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina. Miguel Schiariti, representante de la institución, explica que, durante los años en los que el Gobierno de Cristina Kirchner acentuó la intervención en el mercado para forzar el abastecimiento interno de carne barata, Argentina perdió 12 millones de cabezas de ganado. “Es el equivalente al stock ganadero de Uruguay y era el 20% de los rodeos del país en ese momento, que se liquidaron por los fuertes controles de precios”, afirma Schiariti, que minimiza el impacto negativo tanto del cobro de derechos de exportación de carne, otra política del Gobierno kirchnerista, como de la sequía de 2009. “Eso solo aceleró el proceso”, asegura. Los altos precios de la soja también hicieron lo propio para que los ganaderos se pasaran a la agricultura.

El cambio de gobierno a finales de 2015 mejoró las perspectivas para la industria. “Hay una mayor apertura que nos favorece, ya que nuestro frigorífico fue pensado para la exportación”, afirma Sartor. El optimismo ya se ha transformado en nuevos proyectos para aumentar sus ventas tanto dentro del país como en el exterior. Friar ha anunciado una inversión de cinco millones de dólares para potenciar su planta de producción de carne kosher para exportación y aumentar su capacidad de faena en un 40%. “Las exportaciones argentinas de 2017 van a ser aproximadamente un 30% más que en 2015. Podrían ser más, pero todavía no hay novillos suficientes y va a llevar tiempo recuperarlos”, explica el director de Friar.

Asimismo, Sartor anticipa un salto para el año que viene en las ventas a la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, un mercado enorme en el que tiene solo un punto de venta, ya que la empresa hasta ahora ha concentrado su actividad en el centro y norte del país. “El objetivo es establecer una red de distribuidores y alcanzar un 20% del mercado”, precisa.

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