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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Junqueras, el delito de lesa patria catalana

El vicepresidente de la Generalitat no explica a la Cámara la huida de empresas ni sus papeles secretos

Xavier Vidal-Folch
El vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras.
El vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras.Toni Albir (EFE)

Delito de lesa patria es alta traición. O conducta que causa estragos inmensos en la economía y la moral de un pueblo.

Si existiese un Código Penal catalán, el vicepresidente económico de la Generalitat, Oriol Junqueras, habría incurrido en delito de lesa patria catalana. Antes que española.

Quien provoca la estampida de las sedes de 805 empresas; desertiza los centros de decisión autóctonos; suscita dictámenes negativos de agencias y mercados; condena a la juventud a un horizonte de miseria o de máxima incertidumbre; lo hace sin dar cuentas a nadie y sin la mínima valentía de comparecer ante su Parlamento, comete delito de lesa patria, si es que las patrias existen.

Junqueras y su equipo han producido tres papeles sobre la independencia, a cual más falaz, además de organizar desde sus despachos la huelga o parada de país del 3-O, tras la que se produjo la estampida o relocalización de depósitos bancarios. ¿Huelga desde el Gobierno? Insólito: ¿le importa el bienestar de los catalanes? ¿O solo la subversión?

El primer documento, estratégico, propugna abocarse "a un conflicto democrático de amplio apoyo ciudadano, orientado a generar inestabilidad política y económica que fuerce al Estado" ("Enfocats: Reenfocant el procés d'independència per a un resultat exitós", web de la SER, 9/10). Un gobernante económico que planea, y por escrito, la "inestabilidad económica", que procura la ruina de sus conciudadanos para obtener un resultado "exitoso" ¿qué merece? Juzgue cada uno.

El segundo es una nota manuscrita halladas en el despacho de su secretario general, Lluís Salvadó , "hoja de ruta" o calendario para la segregación que dibuja dos escenarios alternativos: la "guerra" o la "guerrilla" contra el Estado español, ¡de una institución que forma parte del mismo!: propugna usurpar los tributos de las empresas públicas y el IRPF de los funcionarios, retrasar los pagos a los acreedores, arrancar impuestos de todas las empresas sitas en Cataluña, impagar el FLA y emitir bonos patrióticos, de calificación basura (EL PAIS, 12/10; La Vanguardia, 15/10).

El tercer panfleto (La situació de l'economia en un Estat català) es el más oficial y pretende contrarrestar el inmenso trauma que supone para los catalanes la huida de las sedes de sus empresas emblemáticas. Sostiene que "no hay motivo" para que se vayan, que su éxodo “no tiene efectos reales sobre la actividad”, y que puede "revertirse". Contra la evidencia de lo que sucedió en Quebec.

Y en el caso de los bancos, aunque concede que es "preventiva", la atribuye a la "presión política", ignorando sus razones, su necesidad de no perder el paraguas protector del Banco Central Europeo (BCE) ni el sólido entorno regulatorio); la inseguridad jurídica ; la necesidad de evitar dobles imposiciones.

De Europa, Junqueras y los suyos lo ignoran todo (como que el BCE no protege a los depositantes y bancos de terceros países, salvo en dosis mínimas); defiende agarrarse ¡a la EFTA!, la asociación de libre cambio britanizante que fracasó ante la UE, y que solo puede pactar con ella... si hay unanimidad de los 27.

¿Lesa patria? Y vagancia. E ignorancia.

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