La Naval de Sestao solicita concurso de acreedores con 150 millones de deuda
No ha logrado inversores pese a tener cuatro buques en proceso de construcción
La Naval de Sestao, Bizkaia, no acaba de salir del dique seco. El consejo de administración del astillero vasco ha aprobado en una junta extraordinaria solicitar el concurso de acreedores -está en situación de preconcurso- "ante la inviabilidad de las propuestas analizadas para su saneamiento financiero" y después de un infructuoso proceso de ampliación de capital. El pasivo que arrastra la sociedad asciende a unos 150 millones de euros, tras dos años en los que ha acumulado 80 millones de pérdidas acumuladas en los años 2015 y 2016.
Los actuales socios de la empresa han aprobado la propuesta del consejo "ante el vencimiento de los plazos legales previstos en el preconcurso en el que se encuentra la compañía". La Naval tiene cuatro buques en proceso de construcción para una plantilla fija de 215 empleados y 1.600 ligados a subcontratas. La empresa, cuyo anterior presidente fue el actual embajador de España en Estados Unidos y ex ministro de Defensa, Pedro Morenés, ha sufrido desde su privatización diversos conflictos laborales y accionariales.
Según ha informado la propia compañía en un comunicado, los socios actuales, entre los que Ingeteam y Murueta mantienen el 30% y se mantienen como socios de referencia, han analizado durante la reunión "la compleja situación financiera en la que se encuentra el astillero". Posteriormente, la dirección del astillero ha comunicado su decisión a los trabajadores de la empresa, a través de su comité, a los que "ha transmitido su compromiso de realizar todos los esfuerzos necesarios para mantener la actividad".
El astillero estaba en preconcurso de acreedores desde principios de junio para evitar una declaración de quiebra y ganar tiempo para buscar unas inversiones de 42 millones. Era la cantidad necesaria para revertir la situación. Manuel del Dago, principal accionista de Naviera del Norte, dueña del 10,5% de las acciones, se había mostrado partidario de inyectar al menos el 80% de esa cantidad.
El empresario asturiano afincado en Miami se reunió con las entidades bancarias, con el Gobierno vasco y con la dirección actual hace dos meses, y después con los representantes de los trabajadores. Sin embargo del Dago no ha acudido a la reunión extraordinaria de hoy con una propuesta firme para hacerse con el control de la empresa. Ante la ausencia de cualquier otro inversor, la dirección ha decidido acogerse al concurso de acreedores.
La crisis del sector naviero ha afectado a La Naval, sobre todo desde 2010, año desde el que acumula más de diez expdientes de regulación de empleo. Fue privatizada en 2006. El concurso de acreedores puede atraer a nuevos inversores una vez que la sociedad esté libre de cargas ya que sigue con cuatro buques en construcción. El que tiene un desarrollo más avanzado es el cablero Living Stone, para la holandesa Tideway, aunque para su finalización todavía se requerirán seis o siete meses. El armador se ha garantizado la entrega del buque gracias a que está gestionando directamente los pagos a los proveedores.
La Naval ha cerrado un pacto similar con Van Oord para construir dos dragas. El cuarto buque es un ferry de pasajeros para Balearia. De momento La Naval dispone de tesorería para pagar la nómina de agosto y la extra de principios de septiembre.
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