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¿Cuesta en realidad el Popular sólo un euro?

El BCE valora a la entidad entre 2.000 millones y 8.200 millones negativos

Vista de la fachada de la nueva sede del Popular. En el vídeo, el ministro de Economía habla sobre la operación.Vídeo: FOTO Emilio Naranjo EFE | VÍDEO ATLAS
J. S. G.

El Banco Santander ha comprado este miércoles al Popular por un solo euro. La operación sorprende por la pequeña cuantía que paga la entidad presidida por Ana Botín por el banco que hasta ayer dirigía Emilio Saracho. El euro, en realidad, es un precio simbólico. Pero el coste para el banco es mucho mayor: hay que tener en cuenta la valoración real del Popular y las nuevas exigencias de capital. El banco llega con una mochila que supondrá unos costes al Santander, que debe reforzar su propio capital para asumirlo.

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No es la primera vez que la compra de un banco se hace por un simbólico euro. El Sabadell también compró por un euro en 2012 al Banco CAM. Y ya ocurrió algo parecido en 2012 cuando el BBVA compró por un solo euro Unnim. Pero en esos casos, además, las entidades recibieron o bien ayudas públicas o al menos garantía para asumir ciertos procesos judiciales que después pudieran abrirse. Santander, por el contrario, ha asegurado que no tendrá ningún tipo de garantía pública sobre la operación o sobre futuros problemas judiciales que se puedan generar.

La Junta de Supervisión del Banco Central Europeo (BCE) explica en un hecho relevante que "ha recibido la valoración realizada por un experto independiente, a los efectos de lo previsto en el mencionado precepto. De la referida valoración resultan unos valores económicos que en el escenario central son de 2.000 millones de euros negativos y en el más estresado de 8.200 millones de euros negativos". Por eso, el Santander ha anunciado que lanzará una ampliación de capital de hasta 7.000 millones para cubrir las pérdidas del Popular y restablecer el nivel de capital de máxima calidad tras integrarlo en su balance. El coste de eso, claramente, no es de un euro.

Este tipo de operaciones se producen cuando la empresa que se adquiere tiene pérdidas latentes o atraviesa por dificultades financieras que no puede solventar a corto plazo. El supervisor bancario europeo decidió activar la resolución de la entidad y ha aprobado una disminución de capital para dejar todas las acciones a 0 euros.

Ahorros en la compra

Pese a las cargas que asume el Santander, tampoco la operación está libre de ventajas. La adquisición del Popular se produce tras la intervención llevada a cabo por el Fondo Único de Resolución (FUR) europeo y el FROB español. El banco quedó en sus manos y estas instituciones eligieron tarspasarlo al Santander, que fue seleccionada como entidad adjudicataria a cambio de un de valor simbólico.

Si Santander hubiera hecho la compra en circunstancias normales (pagando un precio a los propietarios, es decir, accionistas), hubiera sido bien distinto. Hasta ahora, y pese a su desplome, el Banco Popular estaba valorado en Bolsa en unos 1.300 millones de euros, que se volatilizan al 100% al fijarse ese precio simbólico. El Santander, de haber realizado una compra directa del Popular, sin un proceso de intervención del FROB, podría haber tenido que pagar al menos ese precio a los accionistas. Pero, además, habría tenido que asumir los llamados bonos contingentes convertibles (CoCos) —títulos convertibles en capital—, y la deuda subordinada, que asciende en total a más de 2.000 millones. Estos han quedado amortizados (los propietarios han perdido esas inversiones), así que Santander también se ahorra ese pago. Más de 3.000 millones en total.

Pero es probable que, de haber tenido que desembolsar esos 3.000 millones, el Santander no hubiera asumido la compra y el coste del posterior saneamiento. La operación se produce después de que la entidad, cuyas cuentas están muy lastradas por los activos inmobiliarios, perdiera en bolsa más del 50% de su valor en los últimos días y "sufriera un deterioro significativo en su posición de liquidez", según explica el BCE.

Otras compras simbólicas

El euro simbólico por el que el Santander se hace por el Popular es el mínimo precio posible que se debe desembolsar para justificar una compra. Ya ocurrió algo parecido en 2012 cuando el BBVA compró por un solo euro Unnim, la entidad nacida tras la fusión de Caixa Terrassa, Sabadell y Manlleu. Esta operación contaba también con el respaldo del Fondo de Garantía de Depósitos para garantizar las pérdidas que arrastraba la entidad catalana. Además, contaba con Esquema de Protección de Activos (EPA) que cubría el 80% de las pérdidas que pueda producir la cartera crediticia de Unnim.

El Sabadell también compró por un euro en 2012 al Banco CAM con el mismo procedimiento: el respaldo del Fondo de Garantía de Depósitos y con el Esquema de Protección de Activos, para asegurar pérdidas futuras.

Otras operaciones de compras sorprendentes por un solo euro es el que afectó a las empresas de Nueva Rumasa en 2011. El grupo de sociedades propiedad del empresario Ángel de Cabo, polémico liquidador de empresas, pagó, a través de diversas empresas, un euro por cada una de las 19 firmas de Nueva Rumasa que adquirió.

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Sobre la firma

J. S. G.
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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