Los exjefes de la inspección avisaron de los riesgos de crear Bankia, pero aconsejaron hacerlo

El 9 de mayo de 2011, Pedro Comín, jefe del grupo de inspección de Bankia, y Pedro González, director de la inspección, elevaron un documento a la Comisión Ejecutiva del Banco de España y al Ministerio de Economía en el que describía la formación del grupo BFA-Bankia. En el documento, aportado por ellos ayer a la causa, advierten de que había “rigideces que pueden afectar a la viabilidad de la matriz”, BFA, porque dependía de los dividendos de Bankia, pero concluyen que la creación del grupo “reforzará su solvencia” y aconsejan hacerlo.

Faltaban dos meses para la salida a Bolsa de Bankia y en el Banco de España se trabajaba con nervios y prisas para dar una salida al problema que podía arruinar la economía española: la creación del grupo Banco Financiero y de Ahorros (BFA) y su filial Bankia, dispuesta a salir a cotizar.

En ese ambiente, Pedro Comín hizo una selección de los correos que le había enviado su inferior inmediato en la inspección de Bankia, José Casaus, que declarará mañana. En el documento entregado ayer al juez Fernando Andreu, contiene un estadillo con las frases más relevantes de Casaus.

"Rentabilidad negativa" de BFA

Aparecen sentencias como que la cabecera del grupo tendría “rentabilidad negativa e iliquidez”; “BFA no es viable a medio plazo. Los ingresos y los costes están mal estructurados, y siempre habrá pérdidas por mucha cuenta de resultados que pinten”; “la estructura introduce rigideces que pueden afectar a la viabilidad de la matriz”... aunque también se dice que “si todo evoluciona normalmente, no habrá tensiones de liquidez” o que “si se cumplen las proyecciones financieras, se garantiza la viabilidad de las futuras matriz y filial cotizada”.Comín también recoge que en un correo se afirma que “si la entidad es inviable y se retrasa, puede encarecer la solución”...

Es decir, el documento presenta frases muy duras sobre el futuro de Bankia con otras más optimistas. Al final, Comín y su jefe, Pedro González, prepararon un informe técnico y el 9 de mayo lo elevaron a la cúpula del supervisor y al Ministerio de Economía. En un diplomático lenguaje de pros y contras, hacen suyas algunas afirmaciones de Casaus y admiten, por ejemplo, que la segregación de Bankia “aumenta los riesgos de ejecución y puede incrementar los costes de estructura”. Pero van más lejos y señalan que la creación de este grupo “introduce rigideces que pueden afectar a la viabilidad de la matriz” porque ésta se apoya en los dividendos de Bankia, originados con “atípicos procedentes de la recuperación de fallidos y de la actividad de carry trade” (compraventa de bonos con el dinero del BCE), “que comporta un significativo riesgo de interés”.

Pero también dicen que con la creación del grupo BFA se podía evitar “una inversión de dinero público de 5.775 millones”, que se mejoraría el gobierno corporativo y que “podría marcar el camino a seguir por otras entidades”. El informe concluye que el grupo “reforzará la solvencia”, lo que es “positivo, no apreciándose inconveniente en informar a favor” de la creación de BFA-Bankia, el monstruo que estalló justo un año después de este informe.