_
_
_
_
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Enredo europeo

Lo que ocurre en Washington, siendo muy importante, no debe hacer olvidar sus deberes a la UE

Santiago Carbó Valverde
Frans Timmermans, vicepresidente primero de la Comisión Europea.
Frans Timmermans, vicepresidente primero de la Comisión Europea.OLIVIER HOSLET (EFE)

Las previsiones económicas de la UE han dado continuidad a esa situación en la que el crecimiento económico europeo parece menguar pero España sigue creciendo por encima del promedio. Los riesgos a la baja, sin embargo, son considerables en el continente. Puede que no esté ayudando la distracción que genera el panorama cuasi circense de la gobernanza de Estados Unidos. Aún así, la solidez económica sigue siendo muy distinta a ambos lados del Atlántico. El enredo en la UE es considerable y lo que ocurre en Washington, aun siendo muy importante, no debe hacer olvidar los deberes propios.

Más información
Bruselas sitúa el déficit español en el 3,5% del PIB en 2017 y apunta a más recortes
Buen dato de PIB pero…
¿El fin de Davos?

El problema es recurrente. Cada vez que se revisa el estado de la UE y sus perspectivas económicas son como cuando se dejan unos auriculares en un cajón. Al volver a cogerlos uno no puede creer como es posible que se hayan enredado tanto. Repetitivo es que cada vez que Grecia debe acometer un vencimiento de su deuda, exija renegociar las condiciones del rescate bajo amenaza de dar un portazo al euro. La hostilidad hacia el proyecto europeo no solo se repite, sino que parece consolidarse también en otros países.

Por otro lado, la crisis bancaria no se ha cerrado porque algunos sectores europeos no llegaron a acometer o no completaron sus ejercicios de transparencia, casos de Italia o Portugal. También es cansino que los procesos electorales —a escala europea o doméstica— frenen cualquier atisbo de acuerdo o de progreso común en aspectos cruciales como la coordinación fiscal. Y este año nos enfrentamos a elecciones de gran trascendencia en Europa.

El europeo es un nudo gordiano que algunos quieren cortar al estilo de Alejandro Magno al conquistar Frigia, con un golpe de espada. Son los que atacan a las instituciones europeas, alaban la protección frente a la inmigración e, incluso, la salida del euro. Son los que ven en el Brexit o en las alternativas políticas extremas y antieuropeas una solución. El error del corto plazo que lleva al horror del largo plazo. A Europa no le debe valer aquello de “tanto monta cortar como desatar”. Algunos representantes del parlamento europeo dicen con probable razón que el proyecto de la UE es más fuerte de lo que pueda parecer pero está atrapado en una selva burocrática. Faltan líderes que puedan navegarla y comunicar y convencer sobre los beneficios de la coordinación. Los partidos que podrían emprender reformas en muchos estados miembros se mantienen agazapados y culpan a la crisis de su falta de popularidad. Falta arrojo y renovación.

Tal vez es también el momento de que España pueda lograr mayor representatividad en la gobernanza económica europea. Esto va a ser además, esencial, porque algunos de los desafíos mencionados deben contar con un posicionamiento claro desde nuestro país. En el Brexit, España se juega mucho, de los que más en la UE. Y en materia financiera y bancaria, no debe dejarse arrastrar por los vientos de la oscuridad y ahondar en la transparencia, proceso en el que el sector bancario va por delante pero sin margen para la complacencia.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_