¿Piensas en ahorrar solo después de los 40 años? No, mejor empieza antes
Los españoles piden mejorar su educación financiera para poder ser capaces de hacer frente a los imprevistos
La respuesta es recurrente: “Ahora no estoy ahorrando, pero más adelante tengo planeado hacerlo”. Varios estudios se hacen eco de esta actitud, muy difundida entre los españoles y razón de preocupación frente a un eventual revés en las finanzas personales. ¿Este comportamiento se justifica más con una escasez de recursos o se debe a una falta de costumbre? Según Jordi Martínez, director de Educación Financiera en el Instituto de Estudios Financieros, ambas cosas contribuyen. “Hay personas que tienen unos ingresos tan bajos que de verdad no pueden ahorrar nada y otras que podrían pero no lo hacen”, asegura.
Ahorradores o no, las buenas intenciones no faltan, sobre todo entre los jóvenes. El 81% de los españoles de entre 20 y 35 años que ahora no ahorra considera que sí lo hará en el futuro, cuando tenga mejor trabajo y sueldo. La actitud es parecida entre el segmento que sí ahorra —un grupo consistente en el que se identifica el 76% de los jóvenes—: cuatro de cada 10 dicen que apartarán una cantidad mayor de su renta a partir de los 40 años, edad que identifican con un empleo más estable y mejor pagado. Así lo detalla el estudio Hábitos de ahorro en la generación millennial, publicado por VidaCaixa la semana pasada. Habrá que preguntase qué hacer si las cosas empeoran en lugar que mejorar, algo que le pasó a más de uno que confiaba en el sólido crecimiento que estaba teniendo la economía antes de 2008 y que se quedó sin nada.
“Lo primero que debemos entender es la importancia de tener un fondo de emergencia para cualquier eventualidad”, recomienda Martínez, también socio de EFPA España (Asociación de Asesores Financieros). “Y tener claro que no es fácil crear un hábito”, alerta. De momento, la mitad de los jóvenes que asegura ahorrar lo hace de manera esporádica, señala el informe de VidaCaixa. Y tampoco los que ahorran para el retiro lo hacen de manera sistemática, independientemente de la edad: solo un 27% de los españoles es ahorrador habitual, según una encuesta internacional llevada a cabo por la aseguradora Aegon.
La costumbre se entrena
Numerosos análisis han demostrado la existencia de una correlación negativa entre la escasa educación financiera y el ahorro. Un artículo publicado por el Banco de España recoge las conclusiones de varias publicaciones, en su mayoría anglosajonas, en las que se evidencia que recibir algún tipo de educación financiera en la escuela o en el trabajo aumenta la tasa de ahorro en edad adulta. Asimismo, las personas con conocimientos más amplios invierten en productos más complejos y rentables. Según el estudio de VidaCaixa, los jóvenes ahorradores españoles privilegian cuentas corrientes y de ahorro para guardar el dinero que les sobra cada mes, renunciando así a mayores ganancias.
“Cuando se entienden mejor las finanzas se sabe que pedir un crédito rápido con una TAE del 4.000% es un peligro, y si se comprende qué es un interés compuesto quizás se empiece a ahorrar antes”, ejemplifica Martínez. Según un informe del Instituto Aviva, nueve de cada 10 españoles creen que es necesario aumentar la formación en finanzas y economía en las escuelas. También el Estudio Global de Inversión 2016 elaborado por la gestora Schroders evidencia como más de un tercio de los inversores españoles hubieran querido recibir más educación financiera en su etapa escolar o en la universidad: un 92% de los encuestados, la tasa más alta de Europa, quisiera ampliar sus conocimientos en la materia. Son sobre todo vascos, cántabros, navarros y riojanos los que más lamentan haber recibido una enseñanza nula o muy limitada en estos temas. “Creo que con la crisis tomamos conciencia”, contextualiza Martínez.
Un 92% de los inversores españoles quiere ampliar sus conocimientos financieros
Pero España sigue siendo el país donde más de la mitad de la población no sabe distinguir entre IPC y PIB, de acuerdo con el Instituto Aviva, donde los jóvenes entre 15 y 18 años suspenden en conocimientos financieros y donde menos de la mitad de los adultos no entiende conceptos financieros básicos, según concluían el informe PISA de 2012 y la encuesta Global Financial Literacy Survey, publicada el año pasado y elaborada por varias entidades, entre ellas el Banco Mundial.
Todo esto después que el Ministerio de Educación, el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), se apresuraran en diseñar un plan de educación financiera —dirigido a los centros educativos interesados en implementarlo de manera voluntaria— como respuesta tardía al sobreendeudamiento hipotecario y la estafa de las participaciones preferentes, y la Unión Europea aumentara la protección al pequeño inversor. Bankinter ha sido la última entidad en ser sancionada por la CNMV con 4,1 millones de euros, el pasado martes, por no evaluar los conocimientos de sus clientes en la venta de productos financieros entre 2008 y 2009.
“Muchos de los excesos de la crisis han sido por la falta de escrúpulos de los bancos, pero también por la falta de educación financiera; necesitaríamos al menos una década de cambio cultural”, mantuvo Fernando Fernández, profesor de economía en IE Business School, durante un acto organizado el pasado lunes por la CNMV y el Banco de España con ocasión del Día de la Educación Financiera. “En España, hablar de dinero es de mala educación y fomenta una cultura del silencio”, lamentó, “además existe una idea perversa de que todo es gratis… “¿para qué vamos a aprender?”.
Las palabras del gobernador del banco central, Luis María Linde, y del Secretario de Estado de Economía, Íñigo Fernández de Mesa, se movieron en la misma dirección. “El objetivo del plan de educación financiera no es formar expertos, sino ayudar a los ciudadanos a tener los conocimientos y las habilidades para tomar una decisión adecuada”, aseguró Linde. Para intentar modificar los nefastos resultados hasta ahora cosechados por España en materia financiera, está en marcha una macroencuesta dirigida a conocer el verdadero nivel de conocimiento en los hogares. Las conclusiones del estudio, a partir de las cuales se trazará una hoja de ruta para mejorar las competencias en materia económica de los españoles, estarán disponibles en 2018. “Ojalá la macroencuesta me demuestre que esté equivocado”, concluyó Fernández.
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