Jornada negra de la Bolsa y el peso mexicano, que sufre su mayor caída en 6 años
México responde al Brexit con un recorte del gasto público de 1.700 millones de dólares
México se amarró al mástil ante la turbulencia del Brexit. En un ejercicio de crudeza económica, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, anunció un segundo recorte del gasto público para hacer frente a la volatilidad financiera que traerá consigo la salida del Reino Unido de la Unión Europea. El ajuste, de casi 1.700 millones de dólares, supone una señal clara a los mercados: por muy fuerte que sea el vendaval, México se apretará el cinturón antes que aumentar otra vez su déficit. “Fortalecer los fundamentos económicos es que lo que debe hacer cualquier país frente a eventos de esta naturaleza”, señaló el secretario de Hacienda, mientras fuera ya tronaba: el crudo brent cayó un 4,4%, la Bolsa un 2,7% y el peso un 3,47% (18,93 unidades el dólar en la cotización interbancaria), la mayor bajada en seis años.
El ajuste es una receta que Videgaray conoce bien. Ya la aplicó en 2015 y este mismo año, en febrero, impuso otro de 7.000 millones de dólares. Esta vez la diferencia radica en que el grueso del recorte, el 91,7%, se centrará en los gastos corrientes, dejando fuera a Pemex, cuyas pérdidas de 40.000 millones de dólares la mantienen en la unidad de cuidados intensivos.
La mala salud de la petrolera estatal se ha vuelto un factor de erosión para México. Hace cuatro años, Pemex aportaba el 40% de los ingresos públicos. Ahora, en el primer cuatrimestre del año, apenas representa el 13,3%. Este vertiginoso desplome, debido a la caída de la producción y del precio de barril, ha activado todas las alertas. El Gobierno, ante la evidencia de que la era del oro negro pasó a la historia, ha buscado compensar las pérdidas con la mejora de la recaudación por otros conceptos, pero también con sucesivos recortes y aumentando la deuda hasta situarla en 2015 en el 54% del PIB.
El resultado ha sido una economía de resistencia y crecimiento bajo, sobre la que ahora se cierne cada vez con más fuerza la amenaza de una tormenta financiera internacional. Los elementos para el estallido están ahí. Incertidumbre, atonía económica y volatilidad forman un circuito viral que se retroalimenta y ante el que los inversores buscan refugio en deudas sólidas, como la estadounidense y la alemana. La consecuencia es un aumento de la inestabilidad en las divisas más abiertas. Como el peso. La moneda mexicana es la más líquida de todos los países emergentes. Más de 135.000 millones de pesos cambian diariamente de manos. Y desde hace dos años vive en constante pugna con el dólar. Sólo en los últimos 12 meses se ha depreciado un 20% y estos días anda cerca de tocar las 20 unidades por dólar, un límite psicológico que despierta los demonios en México.
En esta presión cambiaria han intervenido tanto un posible alza de los tipos de interés en Estados Unidos como la amenaza de un triunfo de Donald Trump. Y ahora se ha sumado el gigantesco reto del Brexit. Un fenómeno que ha empeorado repentinamente el cuadro: el petróleo cayó ayer un 4,4%, la Bolsa un 2,7% y la propia moneda un 3,47%. "Los mercados financieros han reaccionado con una notoria volatilidad. Hemos visto un movimiento de capitales hacia activos que se consideran seguros, una apreciación notable del dólar norteamericano y del yen japonés, un debilitamiento, por supuesto, de la libra esterlina, del euro y, fundamentalmente, del resto de las monedas, incluyendo el peso mexicano. Estamos ante una enorme incertidumbre sobre los impactos, no solamente en la economía del Reino Unido, sino del mundo entero", señaló Videgaray.
Ante este escenario, el Banco de México ha insistido en la solidez de los fundamentos económicos del país. “En este momento, en el sistema financiero no hay ningún riesgo que nos preocupe, tenemos una banca bien capitalizada, por lo que no vemos un impacto que pudiera generar estrés a nuestras instituciones financieras”, afirmó el subgobernador Roberto del Cueto. En esta línea, el propio Videgaray recordó que el Reino Unido apenas representa sólo el 0,7% del comercio global de México, y que ante cualquier eventualidad, México dispone de reservas por valor de 177.000 millones de dólares y una línea de crédito flexible con el FMI de 88.000 millones.
Esta confianza no impidió a los responsables económicos alertar del peligro de que en este momento de alta volatilidad se generen "episodios de especulación" que puedan torpedear el objetivo de mantener la inflación por debajo del 3%. Frente a este riesgo, Videgaray insistió en la capacidad de actuación en el mercado cambiario que tiene el Gobierno y el Banco de México. Algo que ya se hizo en febrero pasado y que vino acompañado de una subida de los tipos de interés. "Estamos listos para intervenir con la oportunidad y la firmeza que sea necesaria", afirmó el subgobernador.
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