La UE reprocha a EE UU sus prácticas de opacidad fiscal
Los Verdes publican un informe que acusa al país de emplear tácticas de paraíso fiscal
El término paraíso fiscal se asocia a países como Panamá o Mónaco, pero hay territorios en Estados Unidos cuyas prácticas se asemejan mucho. Una investigación del grupo parlamentario europeo de Los Verdes alerta de la opacidad existente en 14 de sus Estados y pide a la Comisión Europea que incluya a Washington en su lista negra de paraísos por el perjuicio que ocasiona a Europa. Bruselas insta al Gobierno estadounidense a cambiar su legislación para facilitar la transparencia y le pide reciprocidad en el intercambio de datos.
Las 34 naciones más ricas del mundo, reunidas en la OCDE, han promovido el intercambio automático de información financiera entre Estados para evitar la opacidad fiscal y el lavado de dinero ilícito. Estados Unidos no se ha adherido a esos principios y esa falta de reciprocidad preocupa en la UE. El país norteamericano concentra el 20% del mercado de servicios financieros para no residentes, por lo que muchas de las cuentas, depósitos y otros instrumentos de ciudadanos y empresas europeos quedan allí alojados sin que los Gobiernos comunitarios tengan la más mínima noticia. La UE, en cambio, proporciona a Washington mucha más información sobre sus ciudadanos.
Los Verdes en el Parlamento Europeo divulgan este miércoles un informe, al que ha tenido acceso anticipado este diario, que denuncia que hasta 14 Estados (entre ellos Delaware, Nueva York y Colorado) permiten crear empresas sin identificar ni a los accionistas ni a los gestores. Para evitar las críticas de falta de transparencia, el presidente estadounidense, Barack Obama, anunció la semana pasada —poco después de la publicación de los papeles de Panamá— una nueva regulación. El trabajo de Los Verdes sostiene que, pese a todo, los cambios propuestos no se aplicarán a todas las compañías y que la identificación del llamado beneficiario último de la empresa se podrá eludir (por ejemplo, citando a un administrador, no al propietario real).
El poder de atracción que tienen estos territorios para las empresas de otros países es enorme. Los Verdes citan el caso de un edificio en Delaware donde hay censados al menos 285.000 negocios diferentes. “Estados Unidos es clave para evitar la evasión fiscal multinacional, pero la lista de malas prácticas es escandalosa”, critica el eurodiputado verde Ernest Urtasun.
Como castigo, el informe propone que la Comisión Europea incluya a Estados Unidos en su próxima lista común de paraísos fiscales. Aunque la petición será rechazada, el Ejecutivo comunitario no está satisfecho con la actitud mantenida hasta ahora por sus socios estadounidenses. “Al igual que hemos hecho nosotros, Estados Unidos debe escrutar su propio sistema fiscal y cambiar lo necesario para asegurar una fiscalidad más justa y transparente. Eso enviará una importante señal a otros países del mundo”, asegura una portavoz.
La otra penalización propuesta por el grupo parlamentario toma como base la que aplica Estados Unidos cuando un territorio rehúsa enviarle la información financiera de sus ciudadanos (por ejemplo, de un estadounidense con cuentas en Suiza). Washington grava con un 30% cualquier cantidad que tenga como destino una entidad extranjera que no colabore (siguiendo con el ejemplo, esa tasa gravaría el dinero que pretenda depositar un neoyorquino en un banco suizo). Todos los países europeos (salvo Austria y Bulgaria) han aceptado este marco sin que ellos reciban, a cambio, el mismo tipo de información de sus ciudadanos.
Bruselas idea una lista única de paraísos
La lista común de paraísos fiscales que prepara la Comisión Europea no incluirá, con toda seguridad, a Estados Unidos. La argumentación es que no se puede juzgar al país por las prácticas de algunos de sus Estados, que no constituyen jurisdicciones fiscales independientes. Pero el Ejecutivo comunitario se ha propuesto incluir a otros territorios en una lista única que pueda ser aceptada por los 28 socios.
En primer lugar, Bruselas identificará a países que considera prioritarios para entablar negociaciones con ellos y decidir si merecen la denominación de opacos. Para tomar la decisión, utilizará unos indicadores que no detalla. A partir de ahí, los Estados darán su opinión y la Comisión iniciará el diálogo. En función de los resultados, los países miembros decidirán si el territorio en cuestión debe formar parte de la lista negra. Y también se fijarán criterios para sacar de este grupo a los que comiencen a cooperar.
Bruselas ya publicó hace un año una lista de paraísos. Pero incluía solo aquellos territorios que concitaban el acuerdo de todos. Después cada Estado añadía los suyos. La pretensión del Ejecutivo comunitario es que la lista sea ahora única, sin añadidos ni omisiones en las capitales.
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