Cooperativas de vivienda paradas, a la espera de respuesta municipal
El Ayuntamiento de Madrid deja sin respuesta a varios proyectos en marcha
En el ecobarrio de Vallecas la promoción Residencial Asamblea de Madrid estaba de fiesta.Vitra estrenaba su primera promoción en un barrio en el que ha hecho otras 2.000 e inauguraba piso piloto. Con un edificio casi acabado y adjudicado, contaba con reservas para la segunda fase en la parcela colindante. No faltó el Concejal de la Junta Municipal del distrito, Paco Pérez, ni el director de Rehabilitación y Servicios Técnicos de la Empresa Municipal de Suelo y Vivienda de Madrid (EMVS), Antonio Fernández Gordillo, además del Consejo Rector de la cooperativa, presidida por Francisco Naranjo, y los socios de la promoción.
Para esta segunda fase, con 76 viviendas de precio básico y el proyecto terminado, baraja precios sustancialmente inferiores a los de la vivienda protegida. A 200 metros de la Asamblea de Madrid, no hay promociones equivalentes nuevas y a ese precio. Pero está pendiente de la respuesta del Ayuntamiento.
“Vivo en la zona y necesitamos una vivienda más grande. Llevamos medio año ahorrando para poder dar la entrada y es la única opción en el barrio a la que podemos acceder pero contábamos con el suelo a primeros de año. Teniendo en cuenta que hay gente que lo necesita y quiere asumir la construcción, el Ayuntamiento tendría que dar facilidades, no poner trabas. Me sorprende que un equipo municipal diga una cosa y se eche atrás”, explica Fernando Rodrigo. M.F. prefiere no dar su nombre. “Vivo de alquiler desde hace casi veinte años que llegué a Madrid. Me he acostumbrado a la zona y necesito el piso para poder traer a mi madre a vivir conmigo… pero veo que se va retrasando y tengo que pagar el alquiler, que supone ya mucho esfuerzo, más el de ahorrar para los pagos”.
Este ecobarrio se levanta sobre parcelas municipales de dos colonias de mediados de los cincuenta e, impulsado por las asociaciones de vecinos, intenta ser un ejemplo de desarrollo sostenible con la primera experiencia del de recogida neumática de basuras en Madrid y una central térmica que centraliza la producción de agua caliente. Desde el solar de Vitra en Puente de Vallecas pueden verse las torres de la central. Para su puesta en marcha es necesario que haya al menos unos 700 u 800 vecinos. De momento, rondan los 400.
En otro distrito, el de Carabanchel, la situación se repite en una parcela de la avenida de la Peseta. Se trataba de un solar municipal de grandes dimensiones y sin salida durante mucho tiempo. Vitra llegó al acuerdo con el Ayuntamiento de optar por una tercera parte, si se segregaba en tres solares. El propio Consistorio pidió que formase un colectivo y elaborase el correspondiente proyecto, para optar al concurso. No tenía asegurada la adjudicación, pero sí garantizaba al Ayuntamiento que no se quedaría desierto.
S. C. explica que hace un año se sumó a esta futura promoción y dio los 3.500 euros de señal, pensando que iba a salir el suelo a concurso ya. “Mi pareja y yo tenemos 25 años y llevamos desde los 15 juntos y sería nuestra primera vivienda. Miramos otros pisos pero vemos que es imposible por el precio, aunque los dos tenemos trabajo”. T.S. se apuntó en noviembre de 2015 porque en la cooperativa pensaban que el nuevo Ayuntamiento asumirían el compromiso del anteiror. “Parecía que tenía aires más sociales y comprometidos y sacaría a concurso pronto ese terreno para el que la cooperativa ya tenía prácticamente el diseño de las viviendas. Me aventuré a pagar la entrada con la expectativa de tener una respuesta pronto porque necesito el piso cerca del de mis padres. No entendemos por qué lo tienen paralizado ni hasta cuanto vamos a estar así. Es una falta de seriedad con un tema tan delicado como es la vivienda de protección pública”.
Dos realidades
Hay dos niveles de realidad. Por una parte, los cooperativistas y la gestora que han invertido tiempo y dinero en base a un compromiso con el Ayuntamiento y, por otro, el del Consistorio actual de Manuela Carmena, ley en mano. Este explica que “los expedientes de enajenación de ambas parcelas se iniciaron de oficio por la anterior Corporación pero estaban en trámites preparatorios y pendientes de los informes preceptivos. Los pliegos reguladores no se aprobaron, con lo que, cuando cambió la Corporación Municipal, las actuaciones de los concursos no llegaron a iniciarse. En consecuencia, no se ha incumplido ningún compromiso formal de disposición de las parcelas frente a terceros. Simplemente, su gestión se ha interrumpido al implantar el actual equipo de Gobierno municipal una estrategia de gestión integral del patrimonio municipal del suelo, en la que se están estudiando nuevas formas de administración del suelo público”.
Estudian dos líneas de actuación: nuevos pliegos para adjudicar suelo en los que, siguiendo las directivas comunitarias, se fijen criterios diferentes al precio y de carácter social, de estrategia urbana y medioambiental. Y, en segundo lugar, están analizando la totalidad de las parcelas del patrimonio, para “establecer criterios de gestión que, en función de las características técnicas de cada parcela y necesidades de su entorno, valoren alternativas a la enajenación, como puede ser la constitución de derechos de superficie”. Y añaden la fuentes municipales que, “esta estrategia se verá complementada, además con la cesión de parcelas patrimoniales de uso residencial a favor de la EMVS, encargada de la gestión y promoción de la vivienda en el término municipal”.
En resumen, para desesperación de quienes han invertido tiempo y dinero, están en fase de estudio. Para la EMVS lo prioritario es “cumplir el compromiso de construir 3.500 nuevas viviendas para alquiler, ya que el parque en arrendamiento es muy limitado”. Y se han modificado sus estatutos para que promueva la construcción, de manera directa. La EMVS prevé construir este año 770 viviendas, “con proyectos realizados y en fase de revisión y de adaptación”, según fuentes de la empresa, de un total de 3.500 de aquí a 2018. Gran parte de aquellas estarán en el ecobarrio.
Residencial Maravillas en Chamberí, el desencuentro
En una de las zonas más caras de Madrid, la cooperativa Residencial Maravillas, propietaria de un suelo comprado al Ministerio de Defensa, situado en la calle Raimundo Fernández Villaverde, consiguió que el actual equipo del Ayuntamiento de Madrid aprobara el plan Parcial de Reforma Interior (PERI) en noviembre de 2015. Falta, desde entonces, la firma de un convenio urbanístico para su gestión, previo a la solicitud de licencia de obras. La sociedad cooperativa denuncia inacción por parte del Consistorio y exigencias que contradicen lo aprobado y no son compatibles con el proyecto residencial aprobado: “Demoran la tramitación y es lo mismo que condenar al fracaso a la cooperativa; nos matan económicamente, porque hay que pagar intereses de carencia por el préstamo que obtuvimos y se nos hacen requerimientos que no consideramos legales”, explican en Residencial Maravillas.
“El Ayuntamiento quiere que sea de acceso y uso público el patio interior propiedad privada de la cooperativa, así como obtener locales comerciales, en lugar de la compensación económica que establece la normativa. Hay una propuesta, por otra parte, de pasar a ser el Ayuntamiento propietario de estos locales comerciales por poco más de 1.000 euros el metro cuadrado, un precio muy por debajo del de mercado”, según fuentes de la cooperativa.
Con la partida empezada cuando compraron el suelo, el cambio de reglas de juego deja a 350 familias que tienen que seguir pagando el préstamo para la compra de suelo -más de 110 millones de euros en 2015- y, en muchos casos, con todos sus ahorros invertidos. Tanto la sociedad cooperativa como algunos cooperativistas anuncian posibles medidas legales.
Al respecto, fuentes municipales explican que “se está articulando, en colaboración con la citada cooperativa, el contenido del convenio de gestión que, una vez suscrito, se someterá a información pública y posterior ratificación por el Pleno”. De momento, el consenso entre ambas partes parece difícil.
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