La fidelidad tiene crédito
Cuanto mayor es la vinculación del cliente con la entidad, mejor será el préstamo
Si hay una palabra que resume mejor lo que ha sucedido con los bancos durante este año sigue siendo “prudencia”: a pesar del crecimiento económico, el sector financiero sigue sin arriesgar demasiado. Aunque los créditos morosos hayan bajado un 10,67% en septiembre, lo hacen a la par de la caída del saldo total crediticio. Es decir, en este momento terminan o se cancelan más operaciones de las que se conceden.
En concreto, si se cerró 2014 con un saldo vivo de 585.441 millones de euros en los préstamos hipotecarios, en septiembre este importe se ha reducido hasta los 566.610 millones, lo que equivale a un 3,2% menos. En los préstamos no destinados a la vivienda también hay descenso, pero menor, y se ha pasado de 163.628 millones de euros a cierre de 2014 a 161.982 millones en septiembre de este año, un retroceso del 1%.
Los datos expresan que, aunque hayan mejorado las condiciones para ambos tipos de operaciones —en hipotecas, por ejemplo, se ha rebajado el diferencial de Euribor +1%—, la concesión de préstamos personales está siendo mayor que el otorgamiento de préstamos hipotecarios. Este crecimiento se sustenta tanto en mejores condiciones como en una mayor relajación en los criterios de concesión. Aunque para esta última variable siguen existiendo limitaciones.
Las ofertas para dinamizar el consumo han crecido respecto al año pasado
El principal obstáculo a la contratación de préstamos personales son las vinculaciones. Obligar a que se domicilie la nómina, es decir, que se tengan unos ingresos regulares, entra dentro de lo lógico; el problema es que en algunos casos se vinculan intereses menores condicionados a ingresos muy altos. Por ejemplo, Banco Pichincha ofrece su préstamo personal al 6,45% (6,99% TAE) sólo a los clientes con nóminas por encima de los 2.000 euros mensuales o, para aquellos que no tengan domiciliada la nómina, con ingresos de al menos 3.000 euros al mes. Si no se cumple este requisito, los intereses se elevan bastante.
La segunda condición es unir al tipo de interés nominal otros gastos que elevan la Tasa Anual Equivalente (TAE). No hay que olvidar que la TAE es la medida del coste del préstamo que debemos tener en cuenta a la hora de comparar diferentes productos de financiación, como las tarjetas o los préstamos, ya que incluye, además del interés, el resto de conceptos que pagamos por la operación.
Costes añadidos
Estos costes añadidos siguen siendo representados por elevadas comisiones de apertura y, en la mayoría de los casos, también de estudio y seguros de amortización de préstamo. Estos productos cubren el pago en caso de fallecimiento y, en algunas circunstancias —de forma limitada—, si se produce enfermedad o pérdida de empleo. Este seguro se imputa al principio de la operación, pagándose todo a la vez, o mes a mes, pero en todo caso eleva la TAE del préstamo. Con todo ello, el mercado ofrece condiciones mejores que hace un año y más ofertas que dinamizan el consumo, en un momento como el actual de campaña de Navidad.
Entre las ofertas más destacadas está la del BBVA: en medio de su apuesta por ser más “digital”, su propuesta de créditos personales se centra en el préstamo online al 7,50% de interés nominal para cualquier finalidad. Pero este interés se convierte en un 9,72% TAE por culpa de su comisión de apertura del 2,3% —este es un ejemplo para un préstamo de 10.000 euros a cinco años—. El requisito de ingresos no está entre los más excesivos: 1.000 euros en caso de un titular y 1.500 euros si son dos.
El Banco Santander tiene un producto con unas condiciones muy similares. Su interés nominal del 6,95% se eleva a una TAE del 10,61% por la comisión de apertura del 2,25% y por su seguro de protección de pagos. Pero esta domiciliación también están supeditada a otras condiciones: domiciliar la nómina —más de 600 euros o ingresos de autónomo con importe superior los a 175 euros—, domiciliar tres recibos trimestrales o realizar tres usos trimestrales con tarjeta de crédito o débito. De forma contraria, el interés sube al 9,95% de interés nominal, con seguro de protección de pagos y comisión de apertura hasta el 13,69% TAE.
Con menos condicionantes, está el préstamo naranja de ING Direct, con un 6,95% de interés nominal, 7,18% TAE. No tiene comisión de apertura ni de cancelación y tampoco exige la contratación adicional de productos. Eso sí, está destinado solamente a los clientes de cuenta naranja con nómina o pensión.
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